Barómetro Político 03 de marzo de 2016
Se
juntaron el hambre con las ganas de comer. El
Niño coincidió con la
insuficiente generación de energía térmica, dada la inoperatividad del equipamiento colocado y
reportado por las autoridades del sector eléctrico. El resultado: la predecible
agudización de una crisis.
Lo que
la gente pueda llegar a sufrir depende de los paliativos que se pongan en
marcha frente a un problema que yace entre la demanda eléctrica máxima de la
población, la capacidad instalada y la capacidad disponible del sistema para
cumplir con el requerimiento social.
Desde
1998 y por un lapso de aproximadamente 8 años hubo una reserva operativa de
electricidad, es decir, la capacidad disponible cubría la demanda máxima, hasta
que la situación se revirtió en 2006, de acuerdo a un estudio realizado por el
Grupo Ricardo Zuloaga y presentado ante la Asamblea Nacional con la finalidad
de aportar soluciones (ver presentación anexa).
Una
fuente especializada en la materia sostiene que el Gobierno ha invertido una
importante cantidad de dinero en proyectos en Guri y en otros proyectos termoeléctricos, que no
tuvieron el rendimiento esperado. Explica que la crisis se deriva de un
equipamiento térmico de vieja data que actualmente no funciona en su totalidad
y un equipamiento nuevo, adquirido y declarado por el propio gobierno, que
tampoco se desempeña como debería. “El balance es que hay un gran déficit”.
La
capacidad de máquinas hidráulicas, que conformaban el mayor soporte del sistema
eléctrico, aportaba el 65 y 70% de energía anual, si un año no era tan “mojado”,
en términos de lluvia, la energía
termoeléctrica suplía las deficiencias. A la fecha debería existir una
generación que en teoría duplica la
demanda nacional y no es esa la situación, frente a ello cabe preguntarse ¿qué
pasó?
“El Niño es muy conocido, medido y
anunciado”
El
experto consultado alega que El Niño
no se presenta como un rayo, sus
manifestaciones comienzan en junio y hay organizaciones internacionales que
miden el calentamiento en el Pacífico e informan su presencia e intensidad. “Cuando
se anuncia este tipo de fenómeno normalmente quienes dirigen el sector
eléctrico hacen un menor uso del parque hidroeléctrico y optan en mayor medida
por el parque termoeléctrico. Así se enfrentaron muchos Niños en Venezuela”.
El
comportamiento del río Caroní durante 65 años ha reportado periodos bondadosos
y otros más perezosos, han aparecido
hasta tres Niños seguidos, incluso súper Niños. Guri se diseñó para un caudal
promedio que permite embalsar agua para atender la demanda nacional con un uso
racional. La administración del vital líquido depende mayormente de la
operatividad del parque termoeléctrico, pues si hay una sobre carga de la
demanda se pone en riesgo la operatividad plena del sistema, lo que podría
ocasionar la paralización de una parte de sus turbinas generadoras (ver
presentación anexa del Grupo Ricardo Zuloaga).
El
Niño de 2010 fue el que impulsó a las
autoridades a adquirir nuevo equipamiento térmico, pero ya en ese año la
reserva operativa había disminuido hasta desaparecer y en los años siguientes
el panorama continuó igual, sin el excedente necesario para atender una
crisis. Hay una capacidad instalada
anunciada que no corresponde con la capacidad operativa que, además, está por debajo de la demanda máxima.
Los
cálculos revelados en la estudio del Grupo Ricardo Zuloaga ubican para el año
2015 la capacidad instalada nominal en 34.400 megavatios, la capacidad
operativa real en 17.220 megavatios y la demanda máxima en 18.300 megavatios,
es decir hubo un déficit de 1.100 megavatios que se manifestó en apagones,
cortes e inestabilidad general del sistema.
Dentro
de este equipamiento térmico, que normalmente opera con gas -Venezuela tiene
limitaciones con este recurso y la refinería de Paraguaná está paralizada- se
compraron unidades usadas y barcazas: centrales eléctricas flotantes. Según lo
manifestado por las autoridades estaríamos
sobrequipados con unidades que hoy están fuera de servicio y a esto se le suma que la
infraestructura hidráulica no se encuentra
en su máximo funcionamiento por la falta de agua.
El mal llamado colapso
El río
Caroní tiene fuertes variaciones, en verano presenta 200 metros cúbicos por
segundo y en invierno alcanza 18 mil metros cúbicos por segundo, por eso
el lago está ideado para almacenar el
agua y así administrarla el resto del año, durante los periodos más secos.
La
fuente especializada expone que Guri debe ser analizado con todo su complejo,
porque gota de agua que sale de allí genera energía en Tocoma –proyecto
pendiente y prometido en varias
ocasiones por el gobierno nacional – , Caruachi y Macagua. A medida que
desciende la cantidad de agua que drena desde la represa hay menor generación
de energía en el resto de las centrales hidroeléctricas.
“La
última etapa de máquinas instaladas en Guri tiene 10 unidades, cada una de 700
megavatios, conectadas en la parte superior del embalse y se ubican cerca de la
cota 244. Todo el mundo habla de la cota, cuando se toca la cota 244 del nivel
del agua del embase y sigue bajando, se forman remolinos, si se llega a la 236
existe el riesgo de que el aire de estos embudos entre en la turbina del
equipo, cambie la presión violentamente y pueda
producir explosiones que conlleven
a la paralización del dispositivo para evitar daños mayores. Si se paraliza una máquina hay que suspender
el funcionamiento de al menos 8 turbinas, lo que se traduce en la no
generación de 5 mil megavatios y probablemente
2 mil más, aguas abajo. Vale
recordar que el agua que drena de la
represa de Guri es utilizada para generar en las represas ubicadas más abajo,
Caruachi y Macagua. Eso es lo que llaman el colapso”.
”Sin
embargo, esta eventualidad no significa la paralización total de Guri porque el
resto de las máquinas continuarían activas. La palabra colapso está mal usada,
lo que hay es una reducción importante del suministro eléctrico del país”, que
evidentemente tendría un fuerte impacto en la calidad de vida y desarrollo
productivo de la población. La parada de
estas turbinas restaría el 29% de la oferta eléctrica disponible, un problema de atención inmediata.
¿Cómo proceder?
Rogar
a Dios para que llueva, nunca estará demás.
Los expertos dicen que las precipitaciones tempranas son escasas y que no resolverán el problema, pues lo hacen cuando entra el invierno fuerte,
época en que el caudal del Caroní crece. El invierno empieza técnicamente a
mediados de abril, pero este es un año Niño.
Poner
a funcionar las máquinas del parque térmico, es una de las medidas viables, así
como buscar nuevo equipamiento. Lo ideal es poner a funcionar la cantidad de equipos adquiridos
inoperativos y emprender un agresivo plan
de mantenimiento, que no ha sido aplicado en muchas unidades desde hace
más de 10 años.
El
racionamiento de la energía en función
de los megavatios faltantes, es una
acción indispensable. Es importante
alertar sobre la grave crisis, si se tuvieran que parar 8 turbinas de Guri estaríamos ante un déficit
de 5 mil megavatios-equivalentes al consumo eléctrico de dos ciudades como
Caracas- que hay que compensar de
alguna manera.
Fuente:
Presentación Grupo Ricardo Zuluaga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico