Por Saúl Jiménez
Venezuela es un país agrícola
por excelencia cuenta con grandes extensiones de tierra aptas para diferentes
cultivos y tan necesarias para la alimentación general de la población,
pudiéramos decir que nuestro país con una buena política agraria sería una
nación de autoabastecimiento agrícola y pecuario con capacidad y calidad de
exportación pero lamentablemente es de lo que carecemos, nuestros gobiernos,
producto de ser país productor de materia prima (petróleo y otros minerales)
hemos dejado la atención de los sectores agrícolas en las manos de Dios,
cuestión que en estos momentos con la caída del precio del petróleo hemos
venido sintiendo la necesidad de mirar hacia los campos, es triste que sea por
la crisis y no producto de una seria reflexión colectiva y la elaboración de un
plan de desarrollo agrícola y pecuario donde puedan participar todos los
sectores que hacen vida en el campo, llámense empresas privadas o colectivas,
individualidades, asociaciones, cooperativas, sindicatos y demás entes que de
una forma u otra tienen algo que aportar al tema,
pero como siempre de nuevo se
diseñaron políticas agrícolas de emergencia desde las oficinas de Caracas sin
siquiera visitar las zonas con esas vocaciones, indudablemente que dichas
políticas tienen un 80% de probabilidades de fracasar por cuanto no parte de
las realidades sino que solo se toma en cuenta el marco teórico y las
necesidades existenciales.
Una de esas zonas es el
municipio Andrés Bello (La Azulita) del estado Mérida, zona cafetalera por
excelencia debido a su altitud y clima, además siempre habían combinado la
caficultora con siembra de cambur y arboles maderables para unos cafetos bajo
sombra, cuestión que les permitía producir un café de calidad de exportación y
además lograban vender su cambur en los mercados cercanos y procesar la madera
de los árboles, igual todas las familias tenían sus animales para consumo
interno, una zona de verdad envidiable, sin embargo por la carencia de
políticas claras e incentivos para esos productores desde la década de los
ochenta fue declinando la agricultura tradicional y se iniciaron la cría de
ganado de doble propósito lo que conllevó a ir convirtiendo los bosques en
sabanas.
En esa lucha por la
supervivencia y en medio de la crisis de los 80, en el año 1991 surgió,
producto de una asesoría externa, una organización de base que optó por la
agricultura orgánica como mecanismo para preservar el medio ambiente y
continuar obteniendo calidad de exportación en sus productos, la misma se
denominó Cooperativa de Producción Agrícola Orgánica “Quebrada Azul” y luego
más tarde se le agregó artesanía por el trabajo que se inició con las mujeres
que trabajan el bejuco y el papel artesanal, loable idea que empezó a contar
desde sus inicios con asesoría en la parte organizativa y agrícola, luego se
fueron conformando granjas integrales para autoabastecerse y depender menos de
las cosas que vinieran de fuera.
Luego en 1995 se consiguió un
financiamiento con el mismo se logró mejorar las siembras, terminaron de
construir la sede y la misma se diseñó para que sirviera de sede administrativa
pero también como procesadora de café para la venta directa, elaboración de
artesanía y el procesamiento y deshidratación del cambur que permitiera cubrir
un sector del mercado nacional con el café tostado y molido, el cambur
deshidratado y el resto del café se exportara a Europa que les permitiera
obtener mayores ingresos y lograr mejorar sus condiciones de vida, esa etapa se
logró con la cosecha 93-94 que se exportaron 14 toneladas a Suiza y se
siguieron repitiendo en las subsiguientes cosechas hasta que el año 2001 el
Gobierno nacional prohibió la exportación de café y la cooperativa se queda con
40 Ton. listas para exportar, lamentablemente no valieron ninguna de las
razones expuestas y solo quedó empezar a trabajar con la creatividad, desde ese
momento el café se empezó a vender en grano en algunas tiendas de Caracas y se
continuo el proceso de tostado y molido para la venta local para luego empezar
a comercializar hacia otros estados, lo cual se mantiene hasta los momentos.
Uno de los productores de la
Cooperativa, decía: “Que le causó risa que en una cadena de radio y TV el
presidente de la República invitara a los productores a producir para exportar
porque nuestro país necesita divisas, los socios de la Cooperativa señalaban
que si fuera tan fácil lograr una producción para la exportación y que todo el
esfuerzo que ellos realizaron en varios años para lograr un mercado
internacional se desvanecieron en un día por un decreto gubernamental y ahora
nos piden que exportemos y que mañana esté todo listo para hacerlo, la cosa no
es soplar y hacer botellas”, señala.
Los productores en Venezuela
tienen la experiencia en ese tema y se puede ampliar la producción para hacerlo
pero se debe contar con unas reglas claras para poder invertir el tiempo, los
recursos y montar la capacidad administrativa para hacerlo y se pudiera lograr
una vez más en la vuelta de 2 años.
22-04-16
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