Por Carlos Romero M., 22/04/2016
“La participación ciudadana se encuentra
en el núcleo mismo de la idea de democracia”, así lo expresa una iniciativa del Gobierno Vasco, identificada como Libro
Blanco de la Democracia y Participación, cuyo contenido fue el producto de un
proceso participativo y colectivo, en el que distintos actores de la sociedad
vasca contribuyeron en el diseño de un modelo de gobernanza mucho más
participativo.
Con esta iniciativa, el Gobierno Vasco reconoce que la participación ha
dejado de ser una demanda y una obligación para convertirse en una necesidad
política para lograr con mayor efectividad las transformaciones sociales que
los tiempos demandan. El Libro Blanco de la Democracia y
Participación fue el resultado de una estrategia para enfrentar la
desafección política de los ciudadanos expresada en la desconfianza de los
ciudadanos en la política, en sus representantes y en todo lo que tenga que ver
con lo público y las instituciones.
La participación ciudadana es asumida, en ese modelo, como un proceso
de aprendizaje y desarrollo tanto personal como colectivo, que busca
transformar las relaciones, las respuestas y las acciones, dando espacio y voz
a las personas para que ejerzan su responsabilidad y capacidad de influencia en
la generación del valor público.
La participación ciudadana asumida como un proceso de aprendizaje, se
convierte en una herramienta útil para facilitar al individuo y/o a la
comunidad la oportunidad de valorar la institucionalidad política, la igualdad
ante la ley y la responsabilidad que exige el ejercicio de la autonomía y la
libertad.
Pero en la medida que no se facilitan espacios para la participación,
que se debilitan las instituciones y se condicionan o se restringen las
libertades individuales y colectivas para la participación, como ha sido el
caso venezolano, se va anulando claramente ese proceso de aprendizaje, lo que
contribuye a que la democracia vaya perdiendo sentido y vigencia.
La participación ciudadana como lo reconoce elLibro Blanco de la
Democracia y Participación,es un asunto de actitud, su ejercicio se ve
condicionado a la voluntad del individuo o de la comunidad, por lo tanto, debe
haber una motivación, un incentivo y unas reglas de juego claras que garanticen
el efectivo y eficiente ejercicio de la participación.
Esta iniciativa del Gobierno Vasco define la participación en tres
dimensiones: una primera dimensión plantea la participación política, que
supone la interacción entre la administración y la ciudadanía para el diseño,
planificación, monitorización y evaluación de las políticas públicas.
Una segunda dimensión, se refiere a la participación para el diseño de
los servicios públicos, que persigue incorporar la visión y experiencia de la
ciudadanía en el diseño, redefinición y/o mejora de dicha prestación.
Busca que el ciudadano se incorpore en la discusión sobre la eficiencia del
servicio y la operatividad en la prestación del mismo.
La tercera y última dimensión habla de una participación colaborativa,
que tiene que ver con la iniciativa y colaboración que surge de la propia
sociedad civil para la generación de un valor público. Esta dimensión claramente
se refiere al ejercicio de la corresponsabilidad y cogestión ciudadana.
Recientemente en el marco de la VII Cumbre Mundial de Gobiernos
Regionales, celebrada en Rio de Janeiro el 14 y 15 de abril de 2016, el
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de
Regiones Unidas (ORU), decidieron otorgar un Premio de Buenas Prácticas
Regionales al Gobierno Vasco, por dos motivos, entre ellos el Libro Blanco
de la Democracia y Participación.
La ORU es un espacio internacional en el que se unen regiones de todo
el mundo a los fines de impulsar una política global de desarrollo equilibrado
y de cohesión territorial. Su misión, el reconocimiento de gobiernos
intermedios como actores de la gobernanza global y la defensa de la descentralización
como principio que acelera el desarrollo y fomenta la democracia[1].
A lo largo de estos años, la participación ciudadana en Venezuela, en
el marco del Socialismo del Siglo XXI, no ha sido más que un engaño, una
manipulación, una estrategia vacía de aprendizaje que se limitó a ser una
estrategia de mercadeo político, útil y necesario para el control social del
gobierno y como herramienta de organización proselitista.
Si algo debemos aprender de estos últimos 16 años, es que el ejercicio
del voto no es suficiente para fortalecer la democracia, se requiere mucho
más. En este modelo impulsado por el Gobierno Vasco, es oportuno destacar
que no menciona entre las dimensiones de la participación el sufragio, por el
contrario, va más allá y extiende la participación hacia la gestión pública
como una herramienta útil en el fortalecimiento de la democracia.
No cabe duda que entre los grandes desafíos que tenemos como sociedad,
está el de rescatar la participación ciudadana que, asumida como un proceso de
aprendizaje, brindaría la oportunidad a los venezolanos de valorar la
ciudadanía, rescatar el sentido de la institucionalidad política y
reencontrarnos con el principio de igualdad ante la Ley y, de esa manera,
entonces recuperar la democracia. La participación no es un asunto que se
aprende desde la academia, por el contrario, se aprende cuando se experimenta
de manera efectiva.
Venezuela necesita plantearse una Ley Marco de Participación Ciudadana,
que asumiendo el compromiso expresado como Estado en el 2009 en la Cumbre
Iberoamericana de Participación Ciudadana, promueva la relación entre
participación ciudadana y gestión pública a través de leyes estadales y
ordenanzas.
Un nuevo modelo de participación ciudadana en Venezuela debería
diseñarse bajo un diseño descentralizado de Estado, a los fines de comprometer
a las autoridades locales y estadales en la promoción de un nuevo modelo de
participación que a través de adecuados niveles de autonomía y libertad,
garantizados en instrumentos jurídicos estadales y locales, profundice el
concepto de responsabilidad cívica en el ejercicio de la participación a los
fines de contribuir al rescate de los valores esenciales de la democracia.
¿Creemos, como sociedad, que la participación ciudadana es parte del
núcleo mismo de la idea de democracia, tal y como lo plantea el Libro
Blanco de la Democracia y la Participación? En la respuesta a esta inquietud
encontraremos algunos indicios para valorar si la participación se asume como
un simple mecanismo legal o por el contrario como un proceso de aprendizaje, en
un eventual nuevo modelo.
[1]Noticiaspress.es El Gobierno Vasco defiende la
singularidad de Esukadi en la VII Cumbre Mundial de Gobiernos Regionales. 16 de
abril de 2016. Online en:http://www.noticiaspress.es/2016/04/el-gobierno-vasco-defiende-la-singularidad-de-euskadi-en-la-vii-cumbre-mundial-de-gobiernos-regionales-2/
Escrito para @PolitikaUCAB
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