Por Simón García
Reinan las incertidumbres en
torno a la forma, el momento y los cómo del desenlace que tendrá este año el
conflicto entre la sociedad y el Gobierno. Es así porque las complejidades de
la situación ruedan como un dado. Pero hay datos y también conductas que
previsiblemente pueden alterar las fronteras que hoy aparecen como inamovibles.
Hay una mayoría social y
política que exige soluciones, urgencia y con la certeza que su situación jamás
cambiará con el actual gobierno. Es una mayoría con madurez suficiente para
tomar unas vías y descartar otras y que ha llegado a la conclusión,
aparentemente paradójica, que sólo los cambios generarán estabilidad.
El gobierno es el polo
conservador. Aferrado a su recetario comunista y empeñado en profundizar un
programa de ajuste a la cubana. Ya destruyó a la clase media y ahora sus
políticas están poniendo en su contra a los pobres. La prolongación de los
severos castigos contra la población tienen un límite: la generalización de la
crisis humanitaria. Su indicador más cruel, el hambre, se está expandiendo.
Hay dos limitaciones
gubernamentales adicionales. Una, más asociada a los intereses ocultos de la
cúpula que al proyecto que aparentan defender mientras lo despedazan: la
defensa de sus privilegios y los de una élite que opera, bajo impunidad
injustificable, un entramado de mafias de la corrupción, del contrabando y del
narcotráfico.
La otra es la
incompatibilidad entre la configuración totalitaria del régimen y el funcionamiento
de unademocracia basada en el voto del pueblo, la separación de poderes y la
competencia plural para acceder a ellos mediante elecciones. Todos los
autoritarismos sonalérgicos a la Constitución cuando ella deja de servirles.
Maduro ha reiterado una sola
cosa: no le importa la Constitución y está en rebeldía frente a cualquier
solución democrática y electoral. Ha disuelto de hecho al poder legislativo,
impidió las elecciones de gobernadores y ahora intenta bloquear ilegalmente el
referendo. A su vez, arruina al país y le impone a la población calamidades
insoportables.
Ese doble ataque, a la
situación social de la gente y al ejercicio de derechos constitucionales
terminará conduciendo a la extinción del gobierno. La propuesta de la MUD es la
de poner ese proceso directamente en manos del pueblo.
Un objetivo que es posible
lograr si todos los partidos y organizaciones de la sociedad civil deciden
comprometerse a fondo en la realización del referendo. Si además, comprenden
que la fuerza del cambio está en la gente y le conceden mayor importancia a su
relación con ella.
Las jornadas del 20% deben
formar parte del inicio de un acuerdo nacional con la participación de
gobernadores, instituciones, organizaciones del mundo empresarial y del
trabajo, universidades, gremios profesionales y todos los que ejerzan una
representación útil para afinar los rumbos. Un primer paso para definir las
bases, composición y objetivos de un gobierno de integración nacional el 2017.
09-10-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico