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sábado, 15 de octubre de 2016

El pasticho de la pasta por @miropopiceditor


Por Miro Popic


La receta de los ravioli, plato italiano (sic) es muy detallada y completa, llena de detalles e incluso con la manera de preparar la masa, tomada seguramente de una persona que los cocinaba, y muy bien

Dos hechos son determinantes en nuestra historia de la pasta en el país, ambos del período republicano. Uno, la instalación de las primera fábricas de fideos en 1846, en el puerto de La Guaira, según documenta el cronista de esa ciudad Enrique Rivodó, mientras que en Caracas fue en 1879 por un señor llamado León Suarez y luego por Luis Allegri quién en 1884 registró la marca La Genovesa.

Dos, la llegada organizada de los primeros emigrantes italianos, más bien elbanos, procedentes de Marciana, de la isla de Elba, que se instalaron en la región de Los Andes, Mérida y Trujillo, a partir de 1837, siguiendo recomendaciones de Agustín Codazzi al propio Libertador a comienzos de la República. La contribución de estas familias ítalo-venezolanas que se fueron formando, se vio, tal como lo cuenta Mariano Picón Salas, en Memoria de Antonio Spinett Dini, "... en ciertos hábitos alimenticios, en el aseo y adorno de casas de jardines, en el gusto por la música, fiestas y otras formas de relación social. En muchas casas merideñas se comían muy sabrosos ravioles el día domingo, circulaba el vino italiano, las garrafas de Chianti o de Aleático que los parientes distantes mandaban a sus hijos, nietos y sobrinos ultramarinos...".


En los equipajes de estas emigrantes, como lo narra Miguel Ángel Burelli Rivas, venía "... pequeñas maquinarias domésticas para amasar la harina y fabricar las pastas, para tostar el café y molerlo, el fonógrafo y los discos, los condimentos...".

En el primer libro de recetas venezolanas, del merideño Tulio Febres Cordero, de 1899, Cocina criolla o Guía del ama de casa, aparecen ocho recetas de pastas, en el siguiente orden: macarronada criolla, macarronada italiana, macarrones con ostiones, macarrones en pura salsa de tomate, macarrones con papas, ravioli plato italiano más una versión breve, y sopa de tallarines. Como no indica la manera de preparar los macarrones y tallarines, se presume que se trataba de productos industriales, tanto de los que habían comenzado a ser importados por Maracaibo como a los que se producían en las diferentes fábricas ya instaladas en diferentes partes del país.

A falta de horno, las macarronadas se ponían a fuego lento en un sartén tapado con una lata con brasas encima. La macarronada criolla llevaba solo queso, tomates y un sofrito. La macarronada italiana era más compleja, se elaboraba con carne de res o de marrano, además de "suficientes ruedas de tomate riñón o conserva de lo mismo, cebollas de cabeza, ajos bien majados, apio de Castilla en poca cantidad, perejil, una hoja de albahaca extranjera, pimienta, unos tres clavos de comer, aceite y manteca". La receta de los ravioli, plato italiano (sic) es muy detallada y completa, llena de detalles e incluso con la manera de preparar la masa, tomada seguramente de una persona que los cocinaba, y muy bien. Posiblemente de su propia esposa, Teresa Carnevalli, descendiente de los primeros emigrantes elbanos llegados a Mérida.

15-10-16

http://www.talcualdigital.com/Nota/133661/el-pasticho-de-la-pasta


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