Rafael Orihuela, médico
cirujano, investigador y político venezolano. Hizo posgrado en medicina
tropical en la Universidad de São Paulo, Brasil, trabajando de regreso a
Venezuela como investigador en Medicina Tropical del la UCV en los laboratorios
del doctor Félix Pifano. Entre 1992 y 1993 Orihuela ocupó el cargo de ministro
de Sanidad y Asistencia Social.
Siempre preocupado y metido
de lleno en los problemas de salud de nuestro país, quisimos entrevistarlo por
todo lo que tiene que ver con los casos de difteria que se han presentado
últimamente en la región de Guayana. La difteria una enfermedad
infectocontagiosa que estaba erradicada desde hace 24 años.
-Doctor Orihuela ¿Qué es la
difteria?
- La difteria es una
enfermedad infecciosa producida por una bacteria, el Corynebacterium
diphtheriae, que tiene la particularidad de ser muy agresiva cuando ataca a los
seres humanos y también con la particularidad de ser muy contagiosa. Es una de
las enfermedades frente a las cuales la humanidad ha estado enfrentada a
grandes epidemias muchísimas veces a lo largo de la historia y que encontró la
horma del zapato a partir de 1970 cuando comenzaron a hacerse campañas de
vacunación con una vacuna eficiente y Venezuela estuvo entre los países
que logró crear una institución que se llama el Instituto Nacional de
Higiene que elaboraba esa vacuna llamada Triple bacteriana contra
difteria, tosferina y tétanos, junto con la vacuna BCG contra la
tuberculosis, eso facilitaba la campaña de erradicación y lo que era historia
del año 70 hacia atrás, muy larga historia de siglos de epidemias de difteria
comenzó a ser controlado y el año que marca un punto o marca importante 1978,
ya después que pasó un año de la campaña de erradicación, donde los casos que
estábamos acostumbrados a ver de más de un millón por año de más de 60.000
muertos a nivel mundial se transformaron en cifras de más o menos 10.000 casos
por año con uno, dos, tres o cinco muertos. Allí la enfermedad estuvo bajo
control.
-¿Cuándo se erradicó la
difteria en Venezuela?
- En el caso venezolano, el
último enfermo conocido data del año 1992, yo era ministro de Sanidad en ese
momento y tuve el honor de despedir la difteria en Venezuela y no hubo más
casos durante 24 años y eso fue producto de la campaña de erradicación y de
vacunación eficaz que se hizo en ese tiempo.
-¿Por qué es tan contagiosa?
- Algunas bacterias tienen
una alta contagiosidad interhumanos, es decir, pasan de un humano a otro
muy fácil. En el caso de la difteria la trasmisión es por la tos y el
estornudo, es decir que la bacteria está en la saliva, en esas pequeñas goticas
que se acumulan con las secreciones que después se botan con la tos y al que
está enfrente que recibe ese tosido le entra la bacteria y por eso el mecanismo
de transmisibilidad es muy alto porque se contamina el que está muy cerca del
otro.
-¿Se puede considerar en
este momento como una epidemia?
- Hasta ahora es un brote
epidémico porque después de tener 25 años sin enfermos, ya eso define una
epidemia.
-Los casos encontrados se
han dado en la región de Guayana muy cerca de los sectores mineros ¿Tiene algo
que ver?
- La minería es un
problema de orden social, es lo que se llama un desarreglo de la sociedad que
estamos viviendo que está muy estimulada por la crisis económica y la gente que
anda en la calle sin posibilidad de trabajo, prefiere montarse en un autobús,
irse para esa zona minera a ver si se consigue una pepita de oro y salva
su semana, su mes o sus dos meses y esto es lo que hace que se mezcle mucha
población de un lado y de otro, sobre todo por las zonas fronterizas.
En esa zona en el sur de
Venezuela, en Guayana, en el kilómetro 88 famoso, Las Claritas, El Dorado
llegan autobuses con gente todos los días, unos procedentes de países cercanos
como Brasil y Colombia, donde también existen casos de difteria. Las zonas
fronterizas están más lejos de sus capitales y los que se aventuran para acá
son familias enteras que se desplazan de un lado a otro, que fundan un pueblo,
que después lo tumban, siguen para otro pueblo porque les gritan que hay una
“bulla” de oro y eso es un proceso continuo de desbarajuste social que
desorganiza a la sociedad, esos padres van a con sus hijos y el que por mala
suerte esté incubando y se enferma en Venezuela va a encontrarse con la
zona sur del país, Delta Amacuro, Amazonas, estados poco protegidos por vacunas
y si aparecen casos humanos es porque están poco vacunados
-¿Son más susceptibles los
niños que los adultos?
- El niño en general en este
tipo de epidemias es más susceptible, por eso estas enfermedades se llaman
infecto contagiosas de la infancia.
-¿Cuándo y por qué se dejó
de vacunar en Venezuela?
- Cuando se trazan metas de
vacunación se está obligado a pensar para cualquier enfermedad de las que se
atacan a través de estos programas de vacunación e inmunización que se deben
alcanzar en el óptimo un 95% de los que tienen que vacunar, porque si se cierra
ese círculo ahí no tienes epidemias.
En un país como Venezuela en
el que nacen 600.000 niños por año, si se deja de vacunar a un 15% que no es
tanto, pero tendrás una masa de niños que no será vacunada nunca que
pasará en 5, 10, 15 años a ser susceptible y esa masa que no se vacunó nunca es
lo que explica la epidemia que está ocurriendo. Habría que verificar desde
cuándo comenzó la falla de vacunación objetiva. Entonces a esa población hay
que revisarla, vacunar lo que haya que vacunar porque ahí la vacunación ha
fallado por lo menos en los últimos 5 años.
-¿Cómo se explica la
ocultación de la enfermedad por parte de las autoridades?
- La gente cree que engaña
al otro si oculta y eso no es cierto porque todo se sabe. Por ejemplo,
en el caso difteria ahorita habría que fajarse a hacer
recordatorios de qué cosa es esa en los médicos venezolanos porque es una
enfermedad que no se ve desde hace 24 años, eso se dejó de enseñar en las
universidades porque no existía y si lo ocultas te va peor.
Ahora crearon una cosa que
se llama Sala Situacional, puro discurso, está ubicada en Puerto Ordaz, la
dirige la doctora July Cermeño, Cruz Cordero y una doctora llamada Mayra
González Pérez que es cubana, ella es supuestamente la coordinadora de esa Sala
Situacional ¿Qué es esto? Lo primero que hay que hacer es una rueda de prensa a
Venezuela explicando el problema.
No puedes ni alarmar a la
población ni salir con un discurso catastrófico, pero hay que poner el problema
en su sitio. Lo que tenemos es un brote de difteria que está confirmado, que
tenía fuera del país 24 años, que hay que atacarlo, que hay que vacunar, es muy
simple.
-¿Por qué fracasan estas campañas?
- Porque hay un empeño en
negar la crisis que estamos viviendo, en negar la emergencia en salud que
estamos viviendo con el argumento de que si admites que existe te van a
invadir, esa pila de tonterías que realmente no sirven para nada. Lo que tienen
que hacer los actores de este gobierno es dejarse ayudar, dejarse aconsejar y
actuar porque se pierde mucho tiempo negando la verdad. Hay que actuar porque
negar la verdad u ocultarla es mucho peor que admitir los hechos y actuar.
-¿Dónde está el foco
encontrado en Venezuela actualmente?
- En el estado Bolívar
en el municipio Sifontes, en la población migratoria que está haciendo
pueblos, más o menos a unos ciento y tantos kilómetros de Ciudad Bolívar, pero
eso es una ruta continua de movimiento porque la vida minera ilegal en esa
zona, eso que llaman ahora El Arco Minero es un desastre, ahí no hay
planificación de nada.
Este es un problema muy
serio porque refleja un país en descomposición, si estás dependiendo de que la
Providencia Divina te lance una pepita de oro, que no va a pasar, lo que haces
es exponer a tu familia a pasar hambre, a que se enfermen porque no están
vacunados y este es un verdadero desastre que tiene que tener una normativa y
no lo puedes seguir ocultando inventando planes que no existen, lo que hay es
que informar claramente lo que está pasando y ya. Si la población toma
conciencia de lo que está pasando y colabora la cosa es mucho más fácil y no
estar amenazando a los médicos porque eso perjudica a la revolución ¡qué es
eso!
-¿Cuáles son los síntomas de
la enfermedad?
- Un diagnóstico
popular puede ser una amigdalitis, las agallas inflamadas con placas,
dificultades para tragar, malestar y fiebre. Esto puede ser difteria y que es
potencialmente grave. Hay tres tasas de mortalidad para la difteria: en
los menores de un año la mortalidad alcanza hasta un 20%; entre uno y cinco
años la mortalidad es del 10% y en los adultos y adultos mayores está alrededor
del 2%.
-¿Existe algún tratamiento
para la difteria?
-Sí, el suero antidiftérico
que se utiliza con las personas que ya están enfermas, que no es fácil de
elaborar ni de conseguir y por eso hay que buscarlo en el exterior, pero
existen los fondos rotatorios, fondos de ayuda mutua que pueden estar en
Colombia, Brasil, es decir, que hay mecanismos pero hay que ponerlos en
funcionamiento.
-¿Se debe decretar una
alarma por este brote de difteria en Guayana?
- Debemos estar alerta, no
creo que haya suficientes razones para alarmar a la población, pero si el
Gobierno no actúa, evalúa bien la masa que debe ser vacunada de inmediato, si
no tienen la vacuna, si no tienen el suero entonces estamos trancados.
Lo que hay es que tener una
actitud expectante, estar preparados, pero lo que está pasando es ocultar y
ahora que la reconocemos entonces no hayamos cómo hacer para ser eficientes en
la campaña que necesitamos hacer. Me encantaría que me dijeran que ya se vacunó
al 100% de la población, pero sabemos que eso no va a ocurrir, entonces hay que
estar pendientes, no bajar la guardia.
-¿Ha habido fallecidos por
este brote?
- Por ahora se habla de 23
muertes de niños, no lo puedo asegurar porque no tengo la evidencia, pero
eso en el caso de Bolívar y los primeros pacientes que tienen que ver con el
foco minero de la zona del kilómetro 88 y del Municipio Sifontes
pareciera que es verdad. Si me preguntan dónde pondría el foco de atención
diría que en Oriente completo: Monagas, Anzoátegui, Delta Amacuro, Amazonas,
Bolívar y por si acaso Nueva Esparta.
-¿En el país hay vacunas
contra la difteria?
- Yo no lo puedo asegurar,
esa es la vacuna más simple que hay, fácil de producir y de conseguir, si no la
hay sería lamentable. Aquí no se vacuna no sé por qué, por flojera,
negligencia, desidia por cantidad de cosas que no tienen nada que ver con la realidad
o una subrealidad.
08-10-16
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