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miércoles, 23 de agosto de 2017

Votos sí, balas no @pesclarin


Por Antonio Pérez Esclarín


Al único que le conviene que no haya elecciones  de gobernadores es al Gobierno. La fanfarronada de Maduro de que ganarán las 23 gobernaciones oculta la convicción y el miedo de que, en unas elecciones transparentes, las perderán todas o casi todas. El CNE convocó  a elecciones  en primer lugar para lavarse la cara ante el mundo vendiendo la imagen de que aquí no hay dictadura,  y, en segundo lugar,  con la ilusión de dividir a la oposición o de que,  muchos opositores decidan abstenerse y no ir a votar. Como piensan que la oposición está viviendo momentos difíciles,   las adelantaron a Octubre, con la esperanza de que no tengan tiempo para montar una estrategia fuerte y única. Espero que no caigamos en la trampa ni terminemos haciéndole  el juego al Gobierno. Espero también que los  líderes de la oposición no piensen en sus intereses personales y estén dispuestos a renunciar a sus aspiraciones en pro de una candidatura única.  Sería imperdonable que la oposición fuera en algunos Estados con varios candidatos  para,  de ese modo, entregar la gobernación al candidato del Gobierno. Si bien es cierto que la democracia es expresión de la pluralidad, se trata en estos momentos de salvar a Venezuela y demostrarnos y demostrarle al mundo que somos una abrumadora mayoría que elegimos el camino democrático del voto.  Por eso rechazamos cualquier salida militar, tanto interna como externa. El mejor servicio que Trump puede hacerle a Maduro es amenazar a Venezuela con una intervención militar, que rechazamos rotundamente. No queremos militares extranjeros en Venezuela ni gringos, ni cubanos.

La lucha por recuperar la democracia hay que darla en todos los frentes: en la calle con movilizaciones masivas,  no violentas y muy  creativas;   en los medios de comunicación;  en el trabajo;  en las conversaciones con la gente;   en el ámbito internacional,   y también  en el frente electoral, que es el basamento fundamental  de la democracia.  El mundo va a estar  con los ojos puestos en esas elecciones y no le va a ser fácil  al Gobierno cometer un nuevo fraude electoral, por mucho que la Constituyente haya renovado en el cargo  a las cuatro damas del CNE lo que una vez más demuestra su carácter sumiso.  Además, aunque el árbitro siga vendido, no le va a ser posible ganar un partido cuando el otro equipo  tiene los jugadores y la fuerza  para meterle una goleada.


Muchos están convencidos de que las dictaduras no salen con votos, pero yo más bien pienso que  en Venezuela, con una cúpula militar  al lado del poder,   debemos drenar nuestra angustia y descontento  saliendo a votar masivamente para gritarle al mundo que no queremos ni golpes ni intervenciones, ni  que nos  impongan un gobierno a la cubana,  con un único partido y una farsa de elecciones sin opositores. La  consulta de julio evidenció que la mayoría queremos  resolver nuestras dificultades por medio del voto. No  ignoramos  que las elecciones no se dan en términos equitativos pues el gobierno utiliza todos sus recursos para imponer a sus candidatos, pero eso debería motivarnos a combatir con más vigor y esperanza. Los espíritus aguerridos se crecen en las dificultades.

22-08-17




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