Fernando Camino Peñalver 11 de noviembre de 2017
@fernandocaminop
En los
intentos de diálogo entre la oposición y el régimen, está la negativa del
gobierno de aceptar que existe una crisis humanitaria en nuestro país y que
debe permitir la ayuda humanitaria internacional. Si el régimen niega que una
inmensa mayoría de nuestra población, literalmente se esté muriendo de hambre,
y que miles de nuestros compatriotas fallezcan por falta de medicinas y
atención médica, es mucho más difícil que admita que su nefasta política
económica es la causante de esta dolorosa tragedia.
La
emergencia humanitaria que padece nuestra población, debe ser el principal
punto de discusión en la agenda de un posible diálogo entre oposición y
gobierno y debe servir de hilo conductor, para que la mediación internacional
apoye decididamente la solución de orden político al problema social.
La
crisis humanitaria que sufre nuestra población es inédita en el mundo, ya que
situaciones similares a la nuestra se han producido por catástrofes naturales o
confrontaciones bélicas a lo interno de un país o entre países beligerantes.
También es inédito que gobiernos de un mismo régimen hayan tenido ingresos de
más de mil millones de millones de dólares y haberse comprometido con un
endeudamiento superior a los cien mil millones de dólares, y se tenga la inflación
más elevada del mundo y una caída de su producto interno bruto, con un
acumulado superior al 35% entre 2012 y 2016.
Es
importante exponer ante la mediación internacional, la verdadera causa de la
debacle económica que nos condujo a esta terrible crisis social: la aplicación
de un modelo político y económico equivocado y no una guerra económica interna
y un bloqueo financiero ejecutado por la oligarquía criolla y el imperio del
norte, como lo pretende hacer creer el régimen.
El
socialismo del siglo veintiuno y su destructiva herramienta, el plan de la
patria, ejecutaron la destrucción del sector de la producción privada, para
sustituirlo por las fracasadas empresas de producción socialista y del poder
comunal. Mediante un entramado de leyes y decretos inconstitucionales, el
régimen logró acabar con más de cinco millones de hectáreas en plena
producción, dos tercios del plantel industrial y un sesenta por ciento del
sector comercio. Esto trajo como consecuencia la caída de un setenta por ciento
de la producción de bienes y servicios, ante la imposibilidad del gobierno de
sustituir esta merma mediante importaciones masivas de productos y materia
prima.
El
planteamiento de la ayuda humanitaria, no debe relacionarse solamente con la
donación alimentos, medicinas e insumos médicos, porque esto es insuficiente
para la solución del problema. La ayuda humanitaria inmediata, está limitada
por el número reducido de atención a la población más vulnerable, mientras que,
si logramos que esa ayuda humanitaria se convierta en un compromiso entre
acreedores internacionales y el gobierno para refinanciar la deuda comercial,
podemos producir para empezar a abastecer a nuestra población de bienes
esenciales para su normal desarrollo vital.
La
mora del pago de la deuda comercial, contraída entre empresas privadas
nacionales y proveedores de materia prima, maquinarias e insumos para la
producción y la elaboración de alimentos y medicinas, sucede por el
incumplimiento del gobierno de liquidar las divisas para honrar la deuda ya
aprobada por todos sus organismos competentes. Dentro de un posible acuerdo
para mejorar la oferta de alimentos y medicinas con producción nacional, el
gobierno debe comprometerse ante la comunidad internacional a respetar el acuerdo
de refinanciamiento de la deuda comercial, mediante el cumplimiento del
convenio cambiario.
Para
que este acuerdo de ayuda humanitaria tenga mayor efectividad, debe existir
también, el compromiso por parte del gobierno, de respetar la propiedad privada
y garantizar la seguridad jurídica de los productores y comerciantes. Claro,
estamos hablando de un acuerdo transitorio, mientras se efectúa un cambio de
gobierno hacia un estado de derecho conforme a lo establecido en nuestra
constitución.
Fernando
Camino Peñalver
@fernandocaminop
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