Sofía Nederr 07 de enero de 2019
@snederr
Monseñor José Luis Azuaje
señaló que la Asamblea Nacional está llamada a reactivar la credibilidad de los
venezolanos en la política y la búsqueda de salidas democráticas a la crisis
humanitaria del país. Cuestionó la tosudez del Gobierno en continuar con una
cartilla que no mejora las condiciones de vida de los venezolanos.
La
Iglesia cuestionó la juramentación de Nicolás Maduro para un nuevo período
presidencial. “Las elecciones no estaban pautadas para que el pueblo venezolano
pudiese ejercer su derecho libremente, quiere decir que el próximo 10 de enero
no tendremos a un legítimo presidente”, aseveró el presidente de la Conferencia
Episcopal Venezolana, Monseñor José Luis
Azuaje, durante la apertura de la CXI Asamblea Ordinaria Plenaria de Obispos,
este lunes 7 de enero.
El
prelado indicó que no es tradición que la directiva de la CEV asista a la
juramentación presidencial y puntualizó que no habrá excepciones en esta
oportunidad. Azuaje sostuvo que “la historia cuando sea el momento, a través de
los actores que propiciaron unas elecciones tan dudosas en un marco de
ventajismo, dará su veredicto. Lo que si es cierto del todo es que nuestro país
vive una desproporcional crisis en todos los ámbitos, pero por desgracia quien
ha dirigido el Gobierno nacional durante estos últimos años, produciendo un
deterioro humano y social en la población y en las riquezas de la nación, está
empeñado en proseguir la misma cartilla, sin cambios significativos en la
economía y en el mejoramiento de las condiciones de vida de los venezolanos,
por lo que en su desempeño se ha hecho ilegítimo y moralmente inaceptable”.
Asimismo
dijo que los obispos lamentan que no existe sensibilidad humana y social que
apunte hacia un giro contundente en la conducción del país.
Señaló
que se no han cesado “los grandes índices de pobreza, de mayor número de
personas enfermas sin poder ser atendidas por las instituciones de salud porque
han colapsado, mayor amenaza y represión, una violencia incontrolable que ha
dejado más de 20.000 personas asesinadas en el 2018, una hiperinflación y
destrucción del sector productivo, la brutal y abierta corrupción, la migración
más grande de nuestra historia venezolana, centenares de presos políticos,
civiles y militares, que claman justicia y las violaciones de los derechos
humanos que ha tenido su colofón en el asesinato del joven indígena Pemón
Charly Peñaloza de 21 años y la represión a comunidades indígenas y líderes
comunitarios, donde hay en juego muchos intereses”. El obispo también fustigó que el Gobierno
jugara con el sentimiento de las personas más pobres que mantienen la ilusión
de llevar algo a la mesa para alimentar a su familia.
El
prelado destacó que nadie en el país puede pensar que existe un futuro si
continúa el mismo camino y con los mismos protagonistas.
Por
otra parte, exhortó al Poder Legislativo, cuya directiva fue electa el 5 de
enero, a activar los cambios democráticos y ratificó el llamado a que el
Ejecutivo reconozca las competencias del Parlamento. “La Asamblea Nacional debe
reactivar la credibilidad de los venezolanos en la política y la búsqueda de
salidas democráticas a esta grave crisis humanitaria y material que vive el
país. Como poder del Estado legítimamente elegido por voto popular del pueblo
Venezolano, es un reclamo el que se le devuelvan sus competencias y siga
fortaleciendo la democracia cumpliendo con lo establecido en la Constitución.
En un nuevo período legislativo, los venezolanos vuelven a darle un voto de
confianza”.
El
presidente de la CEV fue claro en su solicitud al presidente de la AN, Juan
Guaidó (VP) y al resto del Parlamento: “Trabajen para que se recomponga el
orden democrático desde el ámbito constitucional y estén cerca del pueblo que
les ha elegido, ejerzan lo que llamamos en la Iglesia el ministerio de la
escucha y toquen las heridas y el sufrimiento de las personas en sus
comunidades”.
Esfuerzo de todos
Monseñor
Luis Azuaje señaló que las salidas a la crisis del país exigen del esfuerzo de
todos: “La clave y fuerza para lograr
este cambio integral de política y líderes es la unión de los venezolanos
dentro y fuera del país y, por tanto, no sólo de la dirigencia política de
oposición, que ya de por sí ha sido cercenada en su accionar. Es necesaria hoy
más que nunca la organización comunitaria en torno a un ideal de reconstrucción
del país, de generación de cambios para eliminar la ruta destructiva y buscar
formas novedosas de desarrollo integral”.
Recordó,
en su exhortación pastoral, las palabras del Papa Francisco cuando dice que
“cuando el ejercicio del poder político apunta únicamente a proteger los
intereses de ciertos individuos privilegiados, el futuro está en peligro”.
Azuaje
agregó que, durante sus visitas pastorales y el encuentro permanente con las
comunidades, los obispos han encontrado que, en Venezuela, “no nos hemos constituido del todo en pueblo,
y cada vez más se incentiva una estrategia de hacernos masa, al desestructurar
el tejido social y al haberse abandonado su concientización y unidad para sólo
organizarse en algunas instancias, partidos y movimientos políticos, gremios,
asociaciones; que son necesarias, pero que no son el todo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico