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miércoles, 16 de enero de 2019

Desmontaron albergue de migrantes y reubicaron a los más vulnerables, por @BogotaET




El Tiempo 15 de enero de 2019
@BogotaET

Con maletas, costales, bolsas y cajas, y en completa calma, el último centenar de migrantes venezolanos que quedaban en el albergue temporal del barrio Luis María Fernández (Engativá) terminaron de abandonar el sitio.

El espacio había sido habilitado desde el pasado 13 de noviembre por parte de la Secretaría de Integración Social, y desde el inicio la alcaldía había advertido que sería temporal y solo funcionaría hasta el 15 enero del 2019.

A pesar de la constante oposición de los vecinos, quienes al inicio se negaban a aceptar la presencia de estas personas en condición de vulnerabilidad, más de 500 refugiados llegaron a albergarse en este lugar. Allí les suministraban alimento, dormida y acompañamiento médico y psicosocial.

La Administración se vio en la necesidad de abrir esta suerte de hospicio, montado con carpas, camastros y en una amplia zona verde, frente a la crisis que se estaba generando con la constante llegada e instalación en cambuches de gente proveniente de Venezuela y que terminaron por invadir un terreno público en inmediaciones de la terminal Salitre, sobre la carrera 68B con calle 23.

A mediados del año pasado se comenzaron a ubicar las primeras familias cerca del Salitre, en busca de un lugar donde poder refugiarse de los aguaceros que por esa época sacudían no solo a Bogotá, sino al resto del país.

Con el paso de los días fueron llegando más, hasta completar más de 80 cambuches, armados con plásticos de basura, pendones y pasacalles. Pero pronto se convirtió en un territorio en disputa donde se llegó a cobrar por la dormida, se armaron mafias que acapararon las ayudas y otros se quedaban con los alimentos y el agua. También hubo brotes de violencia y heridos, lo cual, sumado a la presión de los vecinos, obligó a la creación del campamento humanitario transitorio.

El 19 de noviembre, seis días después de su traslado, se presentaron disturbios en el interior del campamento humanitario: se robaron las cámaras de vigilancia, hubo heridos y varios funcionarios fueron agredidos. Esto obligó a la intervención de las autoridades. En las requisas se descubrieron presuntos infiltrados, varias armas blancas y otras irregularidades.

Traslado

Integración Social confirmó que al menos 50 de los venezolanos que permanecían en Engativá tuvieron la opción de ser acogidos este martes en otro albergue de la entidad, el cual se ubica en la localidad de San Cristóbal (suroriente de la ciudad). Este grupo podrá permanecer allá durante tres días, para luego abrirles la posibilidad a nuevos usuarios (para un aproximado de 1.500 cupos al mes).

Las demás personas se dirigieron a otros puntos de la ciudad, donde serían acogidos por amigos, redes familiares o vivirán en habitaciones arrendadas. No fueron pocos los que se mostraron preocupados ante la nueva situación.

El lunes anterior, hacia las 6:30 de la tarde, 11 niños y 22 adultos más fueron despachados en un bus de turismo desde el campamento humanitario con destino a Cúcuta, Norte de Santander, en límites con Venezuela. La idea era que estas personas retornaran a su país de procedencia.

Desde las ventanas, niños y mujeres mandaban besos y saludos a sus familiares, entre ellos papás, abuelos y hermanos y, en general, al resto de compatriotas que decidieron quedarse en Bogotá.

Tras la salida de todas estas personas, en el terreno quedaron partes de colchones, cajas y otros residuos. La alcaldía espera limpiar todo esto para luego darle paso a la ampliación del hogar El Camino, en el que son atendidas poblaciones vulnerables (ancianos y personas en procesos de recuperación de adicción a alucinógenos).

“Estamos agradecidos con todos los entes que estuvieron regulando el proceso durante estos meses, porque aunque al principio faltó información a la comunidad, en adelante cumplieron con todos los compromisos. Se hizo un proceso con seguridad y bien organizado”, expresó Andrea Pacheco, vocera del conjunto habitacional Entre Verdes.

Carlos Chanagá, presidente de la junta de acción comunal del barrio Luis María Fernández, agregó: “Esperamos que a los migrantes se les pueda mejorar su situación, que se puedan volver productivos”.


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