Por Damián Prat C.
La historia no es tan
vieja, pero mucha gente la ha olvidado. Venezuela era totalmente autosuficiente
en producción de gasolina, diésel y otros combustibles. Por décadas no necesitó
importar y, por el contrario, hasta exportaba algunos excedentes. Tenía un alto
nivel de consumo por el extenso parque automotor, por la intensa actividad
económica y -también- por los precios muy bajos del combustible.
Sus siete refinerías
producían alrededor de un millón de barriles diarios. El Centro Refinador
Paraguaná (Cardón, Amuay y Bajo Grande) llegó a ser, por muchos años, el centro
integrado más grande del planeta. Luego, el segundo más grande. Y luego estaban
las refinerías de El Palito, Puerto La Cruz, San Lorenzo y San Roque.
¿Cómo pudo la
“revolución” chavomadurista destruir todo eso y llevarnos a esta
terrible escasez de hoy y hacernos dependientes de rogar que lleguen unos
barcos con gasolina, desde Irán, pagados con oro de sangre, para medio surtir
un 15% o un 20% de las necesidades nacionales?
* * *
La producción nacional
de gasolina y diésel ha estado en cero o casi cero por momentos. Y en ocasiones
en 10% de la capacidad instalada. A duras penas. Con equipos e instalaciones en
condiciones inseguras para el trabajador.
Igual que con la
industria de Guayana, es decir, muy parecido a lo que ocurrió con Sidor, las
industrias del aluminio, Ferrominera, etcétera, el “milagro al revés” no
sucedió de un día para otro, sino progresivamente.
Casi cuatro años atrás
yo tuve en mi programa de radio al líder sindical petrolero de Falcón, Iván
Freites, quien estuvo de visita en la región.
“La producción de
gasolina está en apenas 30%”, me dijo ese día. Me puse a averiguar con otros
técnicos y especialistas y todos confirmaron esa terrible situación. Supe que
Pdvsa ya tenía varios años importando gasolina, incluso desde Nueva Orleans, EE
UU, de India y otros países, para tapar el déficit.
* * *
Despidos masivos de
técnicos y especialistas, ahogo a muchos otros que terminaron migrando,
abandono del mantenimiento, de las inversiones, “gerentes” que no saben o
sabían nada de la industria, negocios irregulares.
Eso y más fue
deteriorando a las refinerías poco a poco. Y aunque el consumo nacional de
combustibles cayó como producto del desastre económico, cada vez más las
importaciones “tapaban los huecos”.
Hasta llegar al
desastre de estos últimos años, que se ha sentido más en regiones como Guayana,
aderezado por el deterioro de los sistemas de distribución y la prioridad que
el régimen da a que no le falte gasolina a su “Arco Minero” en detrimento de
los ciudadanos.
Igual ha sido en los
Andes, Lara, etc.
* * *
Hay que apuntar que las
refinerías se crearon en los años de las compañías como Shell, Creole, Exxon
Mobil y otras. En buena medida porque una ley de 1943 obligaba a las compañías
petroleras a crear refinerías para cubrir el consumo nacional.
Tras la nacionalización
de 1975 se hicieron nuevas inversiones en ampliar y modernizar las refinerías.
Pdvsa hizo crecer la industria.
* * *
Las sanciones. Así
pues, como queda muy claro,
la robolución chavomadurista sancionó a Venezuela destrozando la
producción petrolera y de combustibles. Algo insólito. Países en guerra y/con
sanciones, como Irán, producen su gasolina e incluso exportan.
El Gobierno de EE UU,
los últimos dos años y medio, ha aplicado sanciones que restringen el comercio
de gasolina con Venezuela, lo que ha reforzado los daños causados por
la robolución. El diésel ha estado exento de esas medidas.
Hoy se difunde que
voceros de la Casa Blanca amenazan con impedir también el trueque de petróleo
por diésel. Si el anuncio de tal medida es solo un recurso de campaña electoral
para electorados polarizados como el de Florida, no lo sabemos. Pero si se
concreta sería muy dañino. Solo reforzaría la destrucción y las carencias para
la población venezolana, sin lograr ningún efecto en favor del cambio.
Esperemos que no sea
cierto ni se concrete, gane quien gane allá. Pues una cosa son las sanciones
contra los megacorruptos y violadores de DD HH. Otra muy distinta son sanciones
que deterioran aún más la muy escasa calidad de vida a que la robo-lución
somete a los venezolanos.
Incluso le sirve al
régimen para su propaganda engañosa con la que tratan de justificarse.
Hay que saber, que muy
asesorados por el Gobierno cubano y sus jefes militares, la robolución usa las
graves carencias del pueblo y se ve muy claro con lo de la gasolina, para
desmovilizar y para crear dependencia de la corrupción.
TIP 1: Libertad
plena para Rodney Álvarez. Uno de los casos más indignantes cometidos por la
robolución contra los trabajadores es el encarcelamiento sin sentencia de
juicio por nueve años contra el ferrominero Rodney Álvarez, a quien han usado
como chivo expiatorio.
¡Basta! Libertad plena
para este inocente.
TIP 2: Teodoro
Petkoff. Se cumplieron dos años de su muerte. ¡Cuánta falta le hace a Venezuela
su pensamiento democrático y su profundidad intelectual! Porque Teodoro es uno
de esos casos, no tan frecuentes, del político de acción que al mismo tiempo es
un hombre de ideas, capaz de revisar su pensamiento sin complejos. Su ruptura
de fondo, sin complejos, hace ya más de 50 años con el comunismo soviético
inspiró a muchos. Su creación periodística de la última etapa de su vida fue
extraordinaria. Yo debo agregar algo en lo que también lo conocí muy bien: su
pasión por Guayana. Lo recordamos siempre.
TIP 3: Tuit
del economista Jesús Casique.
El PIB (producto
interno bruto) de Venezuela en 2012 era de 352 mil millones de dólares.
En 2013, 258 mil
millones de dólares.
En 2020, 48 mil
millones de dólares.
Desempleo: 54%.
TIP 4: Otro
tuit de mismo Jesús Casique.
Venezuela en 1953 tenía
2 mil 564 empresas del sector manufacturero.
En 1998 había crecido a
11 mil 198 empresas manufactureras.
Al cierre de 2019
quedaban solo dos mil 849 empresas operativas.
Un retroceso de 70
años, agrego yo,
(…)
03-11-20
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