Por Walter Márquez
Venezuela está sumida
en la más profunda crisis humanitaria compleja de su historia republicana,
donde el socialismo del siglo XXI, o la barbarie roja, ha desmantelado las
instituciones democráticas, controlando los medios de producción, los medios de
comunicación y avanzando hacia un totalitarismo o a una tiranía similar a la
del modelo cubano, mediante elecciones fraudulentas. Frente a esta situación de
crisis por parte del régimen, con un modelo hegemónico y una oposición
fraccionada cuya dirigencia no ha logrado la reconquista de la democracia,
luego de las fraudulentas elecciones parlamentarias del 6D y la consulta
popular del 12D de 2020, es necesario definir una hoja de ruta, que propongo
con base en las siguientes acciones:
1- Organización
Desde el año de 1999
hasta la actualidad, las fuerzas democráticas han sido conducidas por
la Coordinadora Democrática, la Mesa de la Unidad Democrática y El Frente
Amplio sin resultados concretos. El avance ha sido muy poco, más bien, al
contrario, la profundización de la crisis es mayor porque se ha partido de
organizaciones políticas que han monopolizado la representación de las fuerzas
democráticas, a través del llamado G-4 y G-7, dejando a un lado las estructuras
organizativas de la sociedad civil, por lo que se hace necesario revisar ese
modelo fracasado y diseñar una nueva organización socio-política que amplíe
la base social, que permita a los partidos políticos y la sociedad civil se
integren además, por organizaciones gremiales, laborales, agrícolas y
productivos, culturales, académicas, económicas, estudiantiles y muchas más,
que se deben unificar coherentemente para que alcanzar triunfos concretos en
rescatar la democracia y libertad.
2- Ideología
En las dos últimas
décadas, se ha intentado reconquistar la democracia con métodos clásicos,
tradicionales frente a una dictadura. Hay que pasar de la lucha por la democracia
a la lucha por la libertad. Lo vimos en el pasado debate electoral, es por ello
que con la finalidad de definir una estrategia se debe escoger entre elecciones
libres o liberación nacional, porque estamos en presencia, no de una
organización política controlada por el régimen tiránico, sino ante una
devastadora estructura criminal de delincuencia organizada, mientras que las
fuerzas opositoras utilizan modelos democráticos, ellos implementan métodos
delincuenciales. Es impostergable pasar de la lucha por la democracia a
una batalla por la liberación y la libertad, inspirados en los padres de la
patria y en los valores de la constitucionalidad.
3- Espiritualidad
Tenemos que asumir la
defensa espiritual de Venezuela , porque el régimen se ha valido de fuerzas
oscuras afrocubanas para la conquista y consolidación del poder,
utilizando esos recursos como una política de Estado. Para combatir
estos feroces adefesios hay que convocar a la práctica de la fe y la
religiosidad de todas las organizaciones de conciencia en Venezuela,
promoviendo la defensa espiritual de nuestra amada Venezuela, con ayunos,
oración y lectura de la Biblia. Cada quien desde su profunda fe, los católicos
a través de misas, rosarios y exorcismos y los cristianos predicando la palabra
y el evangelio y reprendiendo a las fuerzas malignas, al igual que las otras
corrientes espirituales que se quieran sumar a esta iniciativa.
Es importante la
defensa espiritual de Venezuela con base en los siguientes objetivos: I La
Liberación física y espiritual del país, II La reconstrucción de la nación III
La elección de gobernantes sabios y prudentes. El día que todos, desde el
punto de vista espiritual, nos unamos en una lucha de liberación, en una
batalla espiritual contra las fuerzas de las tinieblas, las fuerzas malignas,
el actual régimen será derrotado.
4- Diplomacia
El Grupo de Lima, la
Unión Europea, la OEA y Estados Unidos han ejercido una diplomacia declarativa.
Necesitamos pasar a una diplomacia activa y efectiva, para lo cual hay que
diseñar una estrategia integral de acciones concretas, una diplomacia producto
de una planificación por escenarios para lograr resultados específicos,
unificando criterios, tanto en la diplomacia del gobierno de iuris, como en la
diplomacia de nuestros aliados internacionales, una alianza de fuerzas
internas y externas para alcanzar el éxito esperado mediante una diplomacia
coherente y efectiva.
5- Justicia
Debemos impulsar la
justicia tanto en el ámbito nacional como la justicia penal internacional. En
ese sentido la Corte Penal Internacional es una institución en la que se debe
lograr sanciones penales, en la medida en que logremos que la fiscal de la
Corte aliada del régimen de Maduro se inhiba, sea recusada o removida del cargo
y se asigne el caso a un fiscal imparcial. Las sanciones económicas contra
jerarcas del régimen no han dado el resultado esperado, ellas afectan más al
pueblo que al régimen de Nicolás Maduro, en cambio las sanciones penales
internacionales con base en el Estatuto de Roma, son directas y personales
contra Maduro y altos funcionarios de su gobierno.
Es impostergable
impulsar la justicia internacional para que ¡haya justicia en La Haya! Y la
justicia universal, pidiéndole al cosmos que la justicia divina juzgue a los
responsables de los delitos atroces y los crímenes de lesa humanidad en
Venezuela.
Consideración final
Ante la crisis
humanitaria compleja que afecta al país, sugiero un gran acuerdo nacional
tomando en cuenta, entre otros, la responsabilidad de proteger (R2P), esas
cinco iniciativas estratégicas, que propongo impulsar para lograr la anhelada
liberación de Venezuela, librando la nueva Batalla de Carabobo en el año 2021
cuando celebramos el bicentenario de esa hermosa jornada histórica, herencia de
nuestros libertadores.
29-12-20
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