Jair Díaz 26 de diciembre de 2020
@JAIRDIAZTV
Cerca de dos millones de migrantes venezolanos pasaron
esta Navidad en Colombia, la mayoría de ellos, lejos de sus familias. Desde la
distancia celebran sus tradiciones, en su “Noche Buena” no faltaron las
tradicionales hallacas, que por décadas han acompañado la cena navideña de los
venezolanos.
A pesar de celebrar, el dilema de las familias
venezolanas es notorio. En su cena navideña le hacen falta muchos de sus seres
queridos. Por eso sus sonrisas en la “Noche Buena” esconden un profundo vacío.
Para Luis Alfredo Calderón, migrante venezolano que se
encuentra radicado en Bogotá, Colombia, le parte el corazón estas fechas
cuando se le viene a la mente el recuerdo de su nieta, Antonella, a quien tuvo
que dejar en Venezuela para salir en busca de mejores oportunidades que en su
tierra natal ya no encontraba.
"Me faltan mucho mi hija Tairisiya y mi nieta
Antonela. Me duele mucho que no estén”, dice con lágrimas en su rostro Luis
Alfredo Calderón, mientras recuerda a sus seres queridos.
Luis Alfredo pasará esta Navidad en Colombia junto a
su esposa y uno de sus hijos. Pero para estas fechas de Navidad llegan las
lágrimas ocasionadas por el recuerdo que le traen su hija y nieta, que por la
crisis política y social del país sudamericano hoy los tiene separados a ellos
y a millones de familias.
"Gracias a Dios tengo trabajo, hambre no vamos a
pasar con los que ando, la mujer y mis hijos. Creo que sí alcanza para
hacer unas hallacas”, dice Luis.
Y con la esperanza de que algún día puedan retornar y
reunirse, esta familia de venezolanos celebró en su cena navideña un viaje por
el mundo de olores y sabores propios de su natal Venezuela.
"Lo bonito de hacer la hallaca en familia es que
cada integrante tiene un rol. Uno limpia la hoja, otro la corta, otro la
envuelve, otro hace la masa, otro la extiende y eso es lo bonito porque cada
quien se coloca en un sitio para seguir paso a paso el proceso”, cuenta Yosmary
Coromoto, madre migrante venezolana.
Entre nostalgia y entusiasmo se arregló la mesa. Las
especias de la hallaca, las luces y los adornos navideños hicieron la noche un
poco más amena y las ilusiones más fervientes.
“Pidiéndole a Dios, a Jesucristo, que pronto estaremos
nuevamente juntos, a mi nieta que la amo muchísimo, es la primera Navidad que
voy a pasar sin ti mami, te amo, te guardaremos tu regalo para cuando nos
volvamos a ver", contó Yosmary Coromoto.
La celebración también dejó espacio para la reflexión.
Pues si bien hay bendiciones que agradecer y sueños que perseguir, también son
muchas las dificultades de vivir en un país que aunque les abrió las puertas,
no es el suyo.
“He tenido que acostumbrarme a muchas cosas, ya no
tengo las mismas amistades, no conozco tanta gente como allá. No tengo amigos
de la infancia, no hay como esa amistad, esa tradición de allá, me faltan
muchas cosas que acá no he podido tener”, afirma Luis.
En la mesa tampoco podía faltar el tradicional pan de
jamón y un vino para brindar por el futuro de su hija y de su nieta.
“Desearle que la esté pasando bien, que sea feliz, que
me cuide mucho a mi nieta, a quien adoro, mientras esté vivo pelearé por ella y
las aspiraciones aquí, es conseguir una casa, un apartamento en Bogotá para
traerlas”, explicó Luis.
El contraste de emociones también evidenció un
sentimiento de solidaridad en la Noche Buena. Entre tradiciones
culinarias y religiosas, la familia Calderón Coromoto, oró para que todos los
venezolanos que hoy aguantan hambre en su país, puedan recibir alguna expresión
que haga feliz su Navidad.
Tomado de: https://www.voanoticias.com/venezuela/lejos-de-casa-asi-celebran-los-venezolanos-la-navidad
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