Por Gregorio Salazar
Tras las elecciones del
21N, no ha habido mayor afrenta para las humildes familias de Barinas que el
derroche a manos llenas, ostentoso y sin medida, que hacen los dos comandos de
los dos candidatos paracaidistas que se han instalado en la capital del Estado.
Los dos candidatos de
aparatoso y polvoriento descenso, oficialista uno y evidentemente pro
oficialista el otro —a quienes los barineses perciben como alienígenas— creen
que, entre los dos y a punta de billetes, pueden derrotar a la democrática
opción opositora.
La oposición ya derrotó
limpiamente, en todas las acepciones del término, a las toldas que representan
los candidatos sobrevenidos y, como lo indican claramente las encuestas, las
volverá a derrotar liderada por Sergio Garrido, un curtido luchador social a
tiempo completo al que nadie puede acusar de golpista ni señalar como
abstencionista.
La dispendiosa cayapa
con la que pretenden fallidamente torcer la voluntad de los barineses, que ya
se pronunciaron contra la eternización chavista de la incapacidad y la
corrupción, la evidencia la instalación de los dos comandos de campaña en los
dos hoteles más caros de la capital barinesa.
La reserva de
habitaciones no baja de 50 en cada caso y con sus ocupantes a cuerpo de rey:
comida, bebida, exquisiteces y una flota de camionetas de último modelo a su
disposición. ¿Y quién será el Paganini?, se preguntan todos.
Barinas, la capital —a
cuyas calles abandonadas por años ya solo les falta que el chavismo en su
desesperación les pase aspiradora, coleto, cera y pulidora— luce tapizada por
los afiches de los dos candidatos. No queda poste sin los consabidos carteles
de las desvaídas presencias de ambas candidaturas del oficialismo. Miles de
dólares quemados inútilmente para una campaña de un mes.
Hay un rasgo absurdo en
esta campaña electoral barinesa. Si tomáramos, por ejemplo, el resultado de las
elecciones del 21N como una primaria en la cual dos candidatos, Freddy
Superlano (MUD) y Argenis Chávez (PSUV), recibieron un número de votos que
individualmente duplicó al tercero en discordia, Rafael Rosales Peña (Alianza
Democrática), solo las dos opciones más votadas justificarían su presencia en
esta nueva ronda electoral.
Con mayor razón si
Rosales Peña, cuya votación rondó los 45 mil votos, declinó y declaró su apoyo
a Sergio Garrido (MUD) y la mayoría de la estructura partidista regional de
Alianza Democrática ha retornado con Garrido a AD. Súmese a ello que Avanzada
Progresista, Fuerza Vecinal y otras organizaciones se han sumado a la opción de
Sergio Garrido, a quien Barinas ha visto surgir, crecer y desarrollarse como
político desde muy joven.
Sin embargo, hay otras
candidaturas cuyo propósito no puede ser otro sino distraer y eventualmente
restar votos potencialmente opositores para favorecer la pálida candidatura de
Jorge Arreaza. Así está siendo vista, de manera lamentable, la candidatura de
Claudio Fermín, quien numéricamente parte sin opción de triunfo para esta
«segunda vuelta» y que pese a lo alejado de la región compite. Lo mismo Adolfo
Superlano, alacrán con todos sus papeles en regla, quien esta vez no podrá
cazar incautos con una tarjeta que imita en colores y diseño a «la de la
manito».
A una semana de la
repetición de la elección de gobernador en Barinas, los sondeos de opinión
hablan muy claramente. Los 130 votos de ventaja, que heroicamente obtuvo Freddy
Superlano para lograr la victoria que el régimen opresiva e ilegalmente le robó
el 21N, se han multiplicado por miles.
Y esto es así, aparte
de los apoyos que ha sumado partidariamente Sergio Garrido, por la reacción
inmediata que se produjo en el seno de los hogares barineses decididos a
rechazar al régimen y que estuvieron divididos de cara a los comicios del 21 N.
Unos votaron y otros se abstuvieron. La votación de la familia barinesa,
es vox populi, será ahora masiva a favor de un modo de hacer las cosas
distinto al que han conocido durante los últimos 22 años. Sin sectarismo, sin
corrupción, sin exclusiones
Jorge Arreaza, muy
apercibido del rechazo a la familia Chávez y al chavismo, ha intentado una
pirueta desesperada y tragicómica. Pretende deslindarse de la familia y ¡oh,
sacrilegio! del mismísimo caudillo.
Obedece a Maduro, dice,
lo orientará Maduro, sigue a Maduro, cuyo fracaso concita el mayor rechazo de
un gobernante desde nuestros orígenes. Salta del sartén para caer en el fuego,
va de Guatemala a guatepeor y se guinda una rueda de molino al cuello. Y allá
va, en plena caída libre como por un foso, como por la boca de un tubo. Y
acelerando. Chao, Jorge, chao…
Gregorio Salazar es
periodista. Exsecretario general del SNTP.
02-01-22
https://talcualdigital.com/barinas-por-una-historica-victoria-por-gregorio-salazar/
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