Rafael Veloz García 16 de marzo de 2022
@Rafaelvelozg
Cuando hablamos de la crisis humanitaria venezolana tenemos la obligación de ir a los números, pues nos sirven como elementos probatorios para poder medir sus gigantescas proporciones. Sin embargo, una cosa es reseñar, por ejemplo, el altísimo porcentaje de familias que viven en nuestro país en condiciones de pobreza y pobreza extrema y otra completamente distinta es ver los rostros de quienes la padecen y escuchar de sus labios palabras de dolor y angustia por tener que encarar la miseria a diario. Esto último es algo que arruga el alma y constriñe el corazón.
Vivir esa experiencia no tiene precio para quienes luchamos por la libertad y por la calidad de vida que se merecen todos los ciudadanos de nuestro país. Y decimos que no tiene precio, porque nosotros como diputados a la Asamblea Nacional legítima electa en 2015, como servidores públicos que somos, nos comprometemos más a alcanzar las metas que tenemos previstas lo antes posible.
La
realidad que expresamos la hemos sembrado en nuestra memoria para tenerla
presente cada día, así como les toca vivirla a los que están sumergidos en la
crisis venezolana dentro de su más oscura profundidad, como señalamos antes.
Hoy
sentimos que sobre este tema podemos poner las cosas en contexto de la manera
más actual posible, gracias a la gira que estamos cumpliendo por todo el país,
en consonancia con el movimiento Salvemos a Venezuela. Ya hemos recorrido 15
estados y nos encontramos en ruta para conocer las realidades de otras
entidades, incuyendo las del occidente del país.
El
espejismo y la verdad
La
burbuja de Caracas y de algunas otras ciudades del país de una aparente
normalidad en el plano económico no es otra cosa que un espejismo, cuando te enfocas
en un diagnóstico nacional. Y es que al país hay que verlo de una forma
integral.
La
cruda realidad avala la Encuesta Nacional Condiciones de Vida en Venezuela
(Encovi 2021) de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), que reveló en su
último informe (septiembre 2021) que la pobreza en Venezuela se ubicó en 94,5%
y la pobreza extrema alcanzó un 76,6%. Cifras realmente escandalosas que de
aquel momento para acá no pueden haber variado de manera sustancial, sobre todo
porque no se han tomado medidas para coadyuvar a solucionar los problemas
económicos de ese importante porcentaje de venezolanos, que se concentra más en
el interior del país. Allí encontramos a aquellos que no reciben remesas del
exterior, que son la mayoría, en una Venezuela con una dolarización de facto,
con excepción del salario.
Durante
nuestra gira por el interior del país nos han hablado y hemos sido testigos de
la acentuada precariedad de los servicios públicos, de manera especial de la
energía eléctrica, los problemas del gas doméstico, la gasolina y el transporte
que afectan con más fuerza a los pequeños productores del campo, así como el
paupérrimo estado de los centros de salud, la pobre situación de los planteles
educativos y el cierre de empresas industriales y comercios, lo que incide en
el desempleo. Por tal motivo, la economía informal, que no brinda seguridad
social alguna, ha experimentado un notable crecimiento. Ante ese panorama, hay
ciudades y pueblos que apenas cae la tarde se convierten en lugares
fantasmales.
Hemos
hablado con esos venezolanos que padecen cualquier tipo de calamidades, quienes
aparte de expresarnos con sumo dolor que están al límite y no aguantan más la
actual situación, nos muestran su deseo de ser parte de la solución de la
crisis, por lo que apoyan todo lo que estamos haciendo para poner fin a la
miseria en que viven, convertida en una tragedia sin precedentes en la historia
del país. Esa voluntad y determinación nos nutre y revitaliza en la lucha que
libramos por salvar a Venezuela.
Otro
factor que ven con mucho agrado y respaldan los ciudadanos es la legitimación e
institucionalización de las organizaciones políticas, como la que adelanta
Voluntad Popular. Consideran que hay que dar valor al liderazgo emergente de
sus regiones, por ser factores medulares para alcanzar los objetivos que nos
proponemos.
…………………………………………..
Yasmina
Khadra (seudónimo femenino del escritor argelino en lengua francesa Mohammed
Moulessehoul) dijo en su excelente novela Lo que sueñan los lobos que “Ninguna
miseria puede detener el curso de la vida”. Algo muy cierto.
Khadra nos presenta un auténtico retrato de la tragedia vivida por la juventud
argelina y, por ende, del llamado Tercer Mundo, que lucha por librarse de la
miseria diaria, para lograr el derecho al respeto y a una vida decente, por lo
cual esa juventud se enfrenta a la violencia de unos y el desprecio de otros.
Esta desgarradora novela de Yasmina Khadra, aunque en un contexto y una
realidad de planos diferentes al venezolano, nos permite afirmar que la miseria
hay que enfrentarla y vencerla sin demoras, porque ella traerá consigo
desolación y muerte. Y la mejor arma que tenemos ahora para combatirla es la
esperanza, la cual no podemos permitir que no las arrebaten, porque es la
fuerza y la luz que impiden que nos quedemos de brazos cruzados, la que nos
permite avanzar y luchar.
Puedo asegurarles que todos los que estamos inmersos en el movimiento Salvemos
a Venezuela tenemos esperanza porque hay razones para tenerla. Tenemos un plan
bien diseñado y la activa participación de sectores de la vida nacional y del
pueblo llano, cuyas personas se suman cada día más. Tenemos un presidente
encargado de Venezuela, que es Juan Guaidó, que está al lado de la gente, que
ejerce su liderazgo y no se rinde. Y tenemos el apoyo del mundo libre, que
conoce bien los esfuerzos que hacemos por recobrar la democracia y la libertad
en paz, a través de los mandatos constitucionales, como son las elecciones
presidenciales y a la Asamblea Nacional libres justas y verificables, que nos
debe el régimen usurpador de Nicolás Maduro.
Tenemos mucha esperanza y hay muchas razones para tenerla, sobre todo en este
momento en que en el horizonte ya se asoma ese nuevo amanecer para Venezuela
que esperamos todos.
Únanse a nosotros. ¡Unión es la clave!
Rafael
Veloz García
@Rafaelvelozg
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