Escrito por Enrique Pereira, Lunes, 09 de Julio de 2012
Un presidente
que miente con descaro se deslegitima a sí mismo. Se hace un flaco favor
cuando a los cuatro vientos trata de convencernos que no está abusando de los
recursos del estado para hacer campaña electoral. Eso lo afirma en medio de una
cadena de radio y televisión, convocada para temas tan intrascendentes como una
graduación de cadetes Importante para el mundo militar, pero no para los que no
tenemos nada que ver con eso. Tampoco es motivo suficiente el Foro de Sao
Paulo, o la despedida en Miraflores a un dictador europeo.
Mentiras a borbotones que llenan los días y
las semanas de este pueblo asqueado de tanta revolución. Plomo parejo es lo que
se escucha en los barrios y ciudades del país, desbordadas por la
incontenible inseguridad. Para ocuparse de eso no hay tiempo ni cadenas.
Ahora la oposición lleva violencia a los
barrios –advierte el chavismo- y en una guerra mediática hace creer que Chávez
es el culpable de esa violencia electoral. Policía y partidarios de su partido
intentado, por la vía del miedo, que la oposición no pasee sus banderas del
progreso en lugares que antes votaban a mansalva por la revolución y ahora
dejaron de mostrar su apoyo.
Al más puro estilo cubano, hasta un
camarógrafo del canal oficial, ofrecía su preparado testimonio de cómo la
“oposición violenta” que intentaba marchar por La Vega, un barrio caraqueño,
llevó gente armada y provocó a la policía. Miles de seguidores de Capriles se
hicieron paso entre los menos de cien partidarios del gobierno que impedían a
los marchistas visitar ese barrio.
En cada pueblo que visita Capriles hay una
fiesta popular. El Chavismo lo siente e intenta las vías menos convencionales
para desmeritar esos encuentros de pueblo, vestidos de esperanza tricolor.
Perdiendo sus territorios de pueblo a manos
llenos, no le queda otra que buscar las más complicadas explicaciones a los
sucesos que sólo nos hacen entender que este gobierno está acorralado en sus
propias mentiras. Ahora el presidente no hace campaña en la calle –según sus
explicaciones- por estar muy ocupado en tareas de estado. No terminan de
comprender que se acercan a un gran fracaso electoral.
Afiches de un glamoroso Chávez, tapizan las
paredes y postes del país. Vallas mostrando su sonriente figura comienzan a
parir por toda Venezuela. La campaña del corazón venezolano sigue castigando
nuestros oídos. Cuanto rinde un día del sueldo del chavismo.
Maduro y Jaua ya no serán candidatos a
Gobernador en Carabobo y Miranda. Acaso no nos dice algo ese retiro de
aspiraciones electorales en dos estado emblemáticos por la cantidad de
electores que registran. El pendejo lo tienen lejos, saben que pierden por
bastante.
@pereiralibre
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