Por Mario Villegas, 22/07/2012
Publicado en el Diario 2001
Columna de Puño y Letra
Por supuesto que no es escogida al azar la consigna “Chávez, corazón de
la patria”. Pero así como ésta procura seducir
y remolcar votantes a través de una pretendida identidad, mecánica e
indisoluble, entre la figura del presidente Hugo Chávez y la venezolanidad, a
la vez contiene en sí misma y pone al descubierto la mayor de las razones para
no dejarse subyugar por tan “amorosa” convocatoria.
Todos los órganos del cuerpo humano son y cumplen una importante
función. Pero ninguno como el corazón para garantizar la sobrevivencia. Cualquier
corcoveo o insuficiencia cardíaca puede poner en severos aprietos al cuerpo
todo. Y si deja de latir, el organismo sencillamente muere.
Si bien los estrategas del chavismo han querido fundamentar la campaña
oficialista en el supuesto vínculo afectivo entre el candidato del gobierno y
el pueblo, fácil es advertir también la subyacente idea de que si el “corazón”,
o sea Chávez, sale del poder, ha de morir la patria misma.
Mire usted menudo detalle: no es Chávez quien tiene a la patria en su
corazón, como ha de ser lógico en un auténtico patriota o en un genuino
socialista, sino es la patria la que depende de un individuo que pretende
colonizar sus funciones vitales. Aberrante manera de concebir el patriotismo y
el socialismo, pues nada más lejos del sentido patriótico que anteponer el
interés individual ante los intereses de la nación, así como tampoco hay nada
que antagonice más con el colectivismo socialista que el personalismo.
La consigna chavista tiene más debilidades que fortalezas, tanto por el
concepto personalista que encierra como por la oportunidad en la que toma la
palestra, justamente cuando los venezolanos no terminamos de salir de la
incertidumbre y la zozobra generada por un Presidente enfermo de cáncer,
sometido a recurrentes tratamientos fuera
de su propia patria, mientras su gobierno andaba al más absoluto garete.
Con lo que hemos presenciado en el último año, cualquiera llega
rapidito a la conclusión de que antes que a la patria le dé un infarto le conviene
cuanto antes un trasplante de corazón.
El 7 de octubre es buena fecha para esa operación. Cada elector ha de
asumir la tarea del cirujano: extraer cuidadosamente el viejo y lesionado
corazón para sustituirlo por uno joven y vigoroso. Pero para ser congruentes
con la inspiración democrática que nos anima, el nuevo órgano debe representar la
suma de 29 millones de esperanzados ciudadanos que, a contrapelo de la consigna
oficialista, llevan a la patria en cada uno de sus corazones.
BREVES
- En
el chavismo hay factores que ven el crecimiento de la candidatura de
Henrique Capriles Radonski y se muestran dispuestos a garantizar no solo la
transición sino también la gobernabilidad en caso de que el candidato de la
oposición resultara victorioso.
- Josefina Caraballo,
una humilde habitante de la zona 6 del barrio José Félix Ribas, en Petare,
denuncia que la ministra para la Mujer e Igualdad de Género, Nancy Pérez, tiene
un retraso de varios meses en el pago de la asignación de 1.400 bolívares
mensuales a las beneficiarias de la Misión Madres del Barrio, destinada a
madres en situación de pobreza extrema.
- Nada bien han caído
entre las beneficiarias de la Misión Hijos e Hijas de Venezuela las expresiones
del arzobispo de Coro, monseñor Roberto Lückert, quien no solamente cuestiona
este programa creado por el gobierno nacional para favorecer con una asignación
monetaria a las madres solteras y adolescentes embarazadas, sino que lo ha
denominado públicamente “Misión Piernas Abiertas”.
- El
abogado Hermann Escarrá es todo un caballero, siempre presto a florear respetuosamente
a las damas. Además es dueño de un fino humor. En estos días le presenté a unas
colegas periodistas, a quienes dije que Escarrá es un verdadero galán. Él volteó
sonriente y aclaró: “Antes de los 45 era un galán. Después me engordé y ahora soy
un galón".
Twitter: @mario_villegas
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