Eddie Ramírez, 28/06/2013
Por fin tengo algo que agradecerle al
totalitarismo Siglo XXI. Después de más de diez años de trabajar sin devengar
ingresos, identifiqué un importante nicho que debe resolver mi problema y el de
algunos compañeros de Gente del Petróleo.
No piensen que estoy negociando con los rojos
la reventa, con el tradicional sobreprecio, de los 18 aviones que compramos y
que ya no podemos usar porque el perverso José Vicente y el Ilegítimo delataron
el bien planificado complot. Se trata de un negocio muy lucrativo, mientras no
se entere Samán, que tiene un amplio mercado cautivo: Cursos de idiomas poco
conocidos para que los políticos de la alternativa democrática puedan
comunicarse sin que el régimen viole la privacidad de las conversaciones.
Ciertamente es un negocio no sustentable, ya
que pronto recuperemos la democracia, pero algo es algo.
Ofrecemos varios cursos y su costo depende
del grado de seguridad de los mismos. Algo así como los antivirus de las
computadoras, que mientras más baratos son más vulnerables.
Para los políticos que están pelando, por
cierto la mayoría, ofrecemos los cursos de “Lengua por señas” y de “Lectura de
labios”, que como sabemos es uno de los que utilizan nuestros compatriotas que
padecen de sordera. Es a prueba de grabaciones de sonido, pero vulnerable a los
videos. Tienen también la desventaja de que el régimen dispone de varios
expertos en estas “lenguas”.
Para quienes requieren mayor seguridad
ofrecemos el curso de lenguas de los grupos chino-tibetanos y birmanos, como
Mia-yao y Kuki-chin-nage. Garantizamos que en Venezuela los rojos no tienen
intérpretes. El riesgo es que con las estrechas relaciones que tienen los
revolucionarios con China, intercambien unos cuantos tibetanos por barriles de
petróleo. Pero como eso lleva tiempo, garantizamos el producto por tres meses,
después de lo cual hay que cambiar de lengua como hacemos con las odiosas
contraseñas de los correos electrónicos y las bancarias.
La joya de la corona es nuestra oferta de una
lengua conocida como Koro, que no es de Corea ni del Estado Falcón, sino de una
remota aldea de la India. Está a punto de desaparecer ya que solo la hablan
unos pocos nonagenarios. Como estos viejitos no pueden correr el riesgo de un
largo viaje en avión, ya que no tienen la vitalidad de nuestros amigos Pompeyo,
Tejera y Zamora Conde, este producto es de máxima seguridad. Ya María Corina y
el distinguido historiador Carrera Damas contrataron el curso y para ellos lo
daremos gratis como promoción y agradecimiento por sus aportes a la democracia.
Nos da vergüenza tener que hacer negocio
aprovechando la violación de un derecho humano fundamental como es la
privacidad. Más avergonzados deberían estar Jorge Rodríguez y Ernesto Villegas
por esa ilegal grabación que todos debemos condenar, pero ellos no tienen
escrúpulos.
Todos a marchar en defensa de la autonomía
universitaria ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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