Antonio Maria Delgado Publicado
el domingo, 06.23.13
Nikita Khrushchev, quien sucedió a
José Stalin al timón de la antigua Unión Soviética, alertó alguna vez sobre el
riesgo para la Revolución Bolchevique que representaba la escasez de productos,
explicando que si la gente no tenía acceso a la leche o a los zapatos no había
manera de convencerles que el marxismo era algo bueno.
Pero la advertencia parece haber caído
en oídos sordos entre los líderes del Socialismo del Siglo XXI, quienes décadas
después tratan de convencer a los venezolanos de no darle tanta importancia a
que no consiguen pollo, harina de maíz o papel higiénico porque la Revolución Bolivariana
les ha traído “patria”.
“Nosotros somos los hijos y las hijas
de los libertadores de este continente”, declaró el sábado el canciller
venezolano, Elías Jaua, mientras desestimaba las críticas del líder de la
oposición, Henrique Capriles, de que el régimen bolivariano había destruido el
aparato productivo hasta tal extremo de que en el país no se consigue papel
higiénico.
“De manera que puede agarrar este
rollo de papel [higiénico], este burguesito, y se lo mete donde mejor le quepa,
porque aquí tenemos patria bolivariana, revolucionaria, socialista”, manifestó
Jaua.
Las declaraciones fueron emitidas en
momentos en que el país atraviesa por un agudo problema de desabastecimiento
que incrementa el descontento contra el régimen de Nicolás Maduro.
El índice de escasez del país llegó a
su punto más alto desde que el Banco Central de Venezuela comenzó a hacer
seguimiento en el 2009, ubicándose en niveles del 21 por ciento. Es decir, que
de cada 100 productos en observación, 21 de ellos no se consiguen.
El papel higiénico está entre estos
rubros, pero también lo están ciertas medicinas, el pollo, la leche y la harina
de maíz utilizada para la elaboración de arepas, uno de los platos de mayor
consumo en Venezuela.
Los problemas de desabastecimiento,
que se han vuelto crónicos en el país sudamericano, han condenado a millones de
sus habitantes a pasar largas horas de tienda en tienda y en largas colas para
poder adquirir los productos más básicos.
Pero según Jaua, la seguridad
alimentaria no debe ser tomada en cuenta para evaluar el bienestar de la
sociedad.
Hacerlo, “es una necedad, compañero,
porque un problema puntual de abastecimiento no puede medirse como un valor
supremo, como es tener patria”, expresó Jaua durante su intervención.
“La patria no se mide en un
supermercado. La patria [...] se mide en la conciencia de los hombres y de las
mujeres que habitan una nación […] La patria es humanidad, la patria es
conciencia. [...] Eso no tiene que ver con nada con un anaquel de un
supermercado”, comentó el canciller, uno de los más cercanos colaboradores de
Maduro.
Y para reforzar el punto, lanzó la
pregunta: “¿Ustedes quieren patria o quieren papel [higiénico]?”
Como sucede con la mayoría de los
males en Venezuela, Maduro a atribuido la crisis de desabastecimiento a los
adversarios del chavismo, tratándose en este caso de empresarios
“inescrupulosos” que estarían escondiendo los productos para desestabilizar su
gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico