Por Golcar,
25/06/2013
Debo confesar que, por mucho tiempo,
incluso desde mucho antes de que el hoy difunto presidente pasara a mejor vida,
sospeché de que se habían vendido al régimen, Estaba casi seguro de que los
humoristas del país, en vista de la escasez de espacios, de la censura y la
autocensura, habían terminado por vender su arte y creatividad al Socialismo de
Siglo XXI.
De
verdad, no los culpaba. No es difícil comprender que ellos también comen,
tienen familia qué mantener, colegios qué pagar, multas eléctricas qué
cancelar, si no quieren que la intermitente oscuridad se les torne permanente.
Por muy buen humor que tengan, tienen que pagar al buhonero de la esquina la
Harina Pan a 50 bolos y el azúcar a 20 el kilo. O sea, como todos los que no
estamos inscritos en una Misión del gobierno, si no trabajan, no comen y, si lo
único que saben hacer es humor y, en este país, el omnipotente régimen es el
único que da empleo, ¿qué les quedaba? O se vendían al régimen, o sucumbían a
la “insiforia”, vieja palabra maracucha que denota la más absoluta ruina y que,
por más que pase de moda, es la que mejor expresa esa sensación de pobreza
extrema. Porque, por ejemplo, no es lo mismo decir “el chavismo dejó el país en
ruinas” que “El chavismo dejó el país en la insiforia”.
En
fin, ¿quién podría señalar a Laureano Márquez, a Claudio Nazoa, a Emilio
Lovera, a los del Chigüire Bipolar o a Rayma si, para poder comprar 4 rollos de
papel tualé, a escondidas en el chino de la cuadra a 90 bolívares, más guillaos
que quien compra droga, se vieran forzados a escribir los guiones a los
ministros y al supuesto presidente? No sería yo quien tirase la primera piedra.
Leía, oía y callaba. Aunque cada vez, reía menos.
Pero,
resulta que, cuando ya estaba absolutamente convencido de mi teoría, la
hermana, del cuñado, de la prima de un amigo cuyo hijo está en el mismo hogar
de cuidado diario a donde lleva a su peque Rosita, la señora que le plancha los
boxers a Laureano, -sí, sí. No se asombren. No creerán ustedes que Laureano con
esa cara de social cristiano que se gasta va a usar slip o hilo y, mucho menos
que, tan Opus como se ve, como buen copeyano, se pondrá los boxers sin
plancharlos-.
Bueno, pues mi amiga me chismeó que Rosita, la doñita de la plancha,
contó de la desesperación en la que entró el humorista cuando vio la noticia
que daba cuenta de que Nicolás había dicho que Chávez al momento de morir “No tenía casa, ni carro. La pensión que le daban, la donaba a los
pobres. Él hizo un voto de pobreza”.
-¡No
puede ser! Esto era “Pobre de toda santidad”, mi columna para este viernes en
Tal cual, -dice Rosita que se quejaba el humorista, batuqueando el periódico
hacia el cielo-. ¿Cómo pudieron, de nuevo, fusilarse un texto que ni siquiera
he publicado? Ahora, ¿qué escribo para el periódico?
Contaba
la mujer que ya antes le había visto una crisis parecida cuando Laureano vio
que denunciaban desde el gobierno que la oposición había comprado por docenas
aviones de guerra. El hombre, furibundo, se pasaba la mano por la cabeza con
frenesí y decía con ojos llorosos y cabellos erizados, como si hubiese metido
los dedos en un tomacorriente o se peinara con triqui-traquis:
-Estos
desgraciados tienen que haberme hackeado el computador. No solo me vigilan e
intervienen el teléfono sino que también el computador me lo tienen controlado.
No hay otra explicación para que se filtrara mi columna sobre los aviones antes
de que la publicara en Tal Cual.
A
partir de ese día, a Laureano, por más que quiere escribir con humor, solo le
salen textos tristes y dramáticos que no hacen sonreír a nadie.
Cuentan que algo similar le pasó a Claudio Nazoa cuando escuchó que
Nicolás decía “Nosotros tenemos un objetivo
con el Sicad: torcerle el brazo ‘completico’ al dólar paralelo”.
“¡Coño, alguien escuchó cuando le contaba a Kico Bautista de qué iba mi
artículo!”, pensó Nazoa al ver la declaración. Y, días después, cuando leyó que
Eljuri afirmaba muy serio que “la inflación debe bajar en junio y la escasez en los próximos dos
meses “será un problema resuelto”, rió con nerviosismo a
carcajadas, con los ojos más salidos de sus órbitas de lo habitual, se afiló
las puntas del bigote con los dedos índice y gordo y gritó histérico:
-¡Me
tienen pillado! ¡Saben de qué escribo incluso antes de que lo escriba! Se
acabó. no escribo una línea más. Viviré de hacer mis panes de jamón ¡Hasta hoy
regalo esos panes en navidad! Si el gobierno se va a robar mis textos antes de
que los publique, pues me dedicaré a vender pan de jamón todo el año y se acabó
la pendejada de la humorada. Total, para lo que da hacer humor en este país y
con semejante competencia desleal…
Y por
allí siguió la enloquecida perorata del Nazoa que se veía rico a punta de hacer
pan de jamón sin pararse a pensar de dónde diantres sacaría la harina.
Con Rayma no fue diferente la historia. Dicen que dos hechos la hicieron
pensar definitivamente en cambiar de profesión. Uno fue cuando vio que una
caricatura suya de biberones y leches maternas entre rejas era plagiada por las
palabras de una diputada que ofrecía castigos y multa a quienes usaran esos
productos y, el segundo y definitivo, fue cuando vio a la ministra de Deportes con un body painting de generala, exactamente
igual al que le había pintado ella a Lina Ron, en una caricatura que guardaba
bajo el colchón. Ese día, despidió a la mujer que iba dos veces por semana a
limpiar su casa y se inscribió en un curso de peluquería canina on line, porque
de hambre no se iba a morir. “Prefiero pelar perros que pelar bolas -dicen que
dijo-. Si encima de que nos persiguen, nos enjuician, nos acosan y multan, nos
van a boicotear el trabajo antes de que se publique en El Universal, me doy por
vencida y empiezo a peluquear cachorros”.
Emilio Lovera, con un humor digno de ser el futuro cliente de Rayma, o
sea, de perros, sacó su traje hediondo a naftalina, la peluca y la barba de
cuando interpretaba a Perolito y se juró que, en adelante, se dedicaría a
recoger latas y pedir limosna, luego de ver que Samán le robó, con puntos y
comas, el texto completo del que sería su próximo stand up comedy, en el que hablaba de que saldría a
perseguir a los buhoneros causantes de la inflación con su especulación. Show
que tenía escrito junto con una jocosa charla en la que hablaba de que en las
cárceles no había presos sino “privados de libertad y no existían “pranes” sino
líderes negativos. El espectáculo finalizaba cuando Lovera, mirando a la
tribuna, fúrico y con mirada de poseso decía:
Los otros que, según dicen las malas lenguas, están buscando a qué
dedicarse -parece que ya metieron papeles para optar por cargos de profesores
universitarios (¡así estarán sus almas!)-, son los de El Chigüire Bipolar, pero
antes, entablarán una querella judicial por derechos de autor y plagio a los
del Sibci y de “Ola Bolivariana”, porque no hacen más que publicar con
“copy y paste”, en sus portales de internet, sus posts humorísticos. Demanda
que todo el mundo sabe cómo terminará con el TSJ que nos gastamos en este país.
Así, poco a poco, han ido y seguirán cayendo uno a uno los humoristas y
comediantes de este país. La siguiente fue Tania Sarabia que está montando un
restorán en el patio de su casa para vender almuerzos hechos con las recetas de
su abuela porque Jaua le chalequeó la obra de teatro que estaba por estrenar y
que se llamaba “Patria o papel tualé”. Ella, como es su
costumbre, no se amarga y muerta de la risa echa el cuento de cómo el canciller
se aprendió completico el texto de la comedia teatral.
Dicen
que el gremio de humoristas del país está haciendo una petición on line para
exigirle al gobierno que no se meta en su campo de trabajo, con amenazas de
dedicarse ellos a gobernar si el régimen insiste en hacer humor ilegítimamente.
Parte de la petición diría, más o menos, así:
“Señores
del régimen, respetuosamente les decimos que no hay creatividad ni humor que
pueda con ustedes. Están empeñados en serrucharnos el trabajo y resulta que
siempre terminan contando por adelantado el final del chiste.
Los
humoristas nos negamos rotundamente a dedicarnos a copiar y pegar las
declaraciones y noticias que ustedes emitan, por muy hilarantes que nos
parezcan. Preferimos dedicarnos a la panadería y a pelar perros.
Ustedes,
y se lo decimos sin acritud, están matando el humor. Se dedican a hacer comedia
de manera ilegítima, como todo lo que hacen. Ilegitimidad parece ser su sino. Los
chistes que ustedes hacen no causan risa a nadie porque, para hacer humor, hay
que tener talento, cosa de la que carecen todos ustedes que ostentan cargos
oficiales. Talento, humor y régimen son palabras opuestas, antagónicas, que no
cuadran en una misma oración.
Es por
eso que, mientras la gente disfruta y ríe con nuestras ocurrencias, cada vez
que ustedes pretenden hacerla reír con sus humoradas, terminan todos llorando a
moco tendido.
Ustedes
ejercen el humor de manera ilegítima, por eso sus chistes terminan siendo una
payasada. Pretenden hacer una gracia y les sale una morisqueta. Eso se debe a
que a nadie le gusta que se burlen de uno. Los chistes de ustedes, terminan
siendo una ofensiva burla a la lógica y a la inteligencia. Todo el mundo se da
cuenta de que se están burlando del país, que se ríen “de” nosotros y no “con”
nosotros, como haríamos los verdaderos humoristas.
Finalmente,
si ustedes insisten en seguir demostrando día a día que, como humoristas, hacen
muy mal gobierno y como gobernantes hacen pésimo humor. Nosotros nos veremos en
la imperiosa necesidad de asaltar el poder y enseñarles a ustedes cómo se
gobierna bien y cómo se hace buen humor”.
Firmas
en depósito.
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