Escrito por Ramón Guillermo
Aveledo Jueves, 27 de Junio de 2013
Increíble, pero cierto. El canciller
Jaua, tras afirmar categórico y definitivo que "la patria no se mide en un
supermercado" sino "en la conciencia de los hombres y mujeres",
y calificar de "necedad" eso de protestar por el desabastecimiento,
preguntó en alta, clara e inteligible voz: "¿Ustedes quieren patria o
papel toilette?", lo cual quedará probablemente registrado en los anales
de la historia como el dilema de Jaua. "Ser o no ser" de Shakespeare
en Hamlet; "Pan o libertad", de Haya de La Torre, y "Patria o
papel toilette", de Jaua. Por cosas así, este gobierno es como es.
Un compatriota me contó que en el supermercado Éxito de la Carrera Séptima bogotana, al entrar casi tropieza con una enorme exhibición de papel toilette en oferta. La lógica de Jaua indicaría que nuestros vecinos y hermanos no tienen patria, lo cual no es cierto, desde luego, aunque más de uno en el Gobierno de aquí ya lo venía sospechando.
Pero la Sala Situacional de Miraflores ha enviado a la Casa Amarilla la orden de remitir urgente nota de protesta al Palacio de San Carlos porque, no nos engañemos, ese automercado está como a cuatro cuadras de la Casa de Nariño y a tres del Congreso, y que no venga Santos a hacerse el inocente que él recibió a Capriles y ahora nos propina esa otra puñalada trapera, pedante, echándonos en cara que a él le sobra lo que aquí falta. La protesta hay que enviarla, preventivamente, a las demás capitales latinoamericanas, para que quede claro que exhibir abundancia de papel toilette será interpretado como una clara agresión a nuestro Gobierno, lo cual los pone no solo como guerreristas e hipócritas, sino además como malagradecidos porque nosotros, para tener patria, nos sacrificamos y les compramos café, carne, leche, quesos, cacao, ropa íntima y aviones.
Ese dilema excluyente carece de la más mínima solidez científica. Ni bolivariano es, pues se sabe que el Libertador era escrupuloso al extremo con la higiene personal, se bañaba a diario aun en campaña, se limpiaba los dientes con afán y se vaciaba el frasco de agua de colonia. Si tuviera razón Jaua, no tendrían patria los japoneses, los norteamericanos, los europeos y, honestamente, tampoco los latinoamericanos, por dejar hasta ahí la cuenta. Pobres pueblos que, por no haberles sido revelada la verdad revolucionaria, ignoran la relación inversamente proporcional entre patria y papel higiénico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico