Por Economista Jesús Alexis González, 06/09/2013
Al hablar
de economía se referencia implícitamente lo relativo a cómo debe la sociedad gestionar adecuadamente sus escasos
recursos a los efectos de producir bienes y servicios (ByS) para ser bien
distribuidos entre la población. En este sentido, se presta importante atención
al tema del crecimiento económico como
fuente de prosperidad y bienestar para los ciudadanos y el país como un
todo; siendo al propio tiempo una medida
de idoneidad de la actividad gubernamental en su rol de propiciar un
crecimiento sostenido del producto per cápita, a la luz de una eficiente política económica (fiscal:
gasto público e impuestos; monetaria: cantidad de dinero en circulación,
inflación controlada y estabilidad de la moneda) que condicione una tasa
favorable del PIB (valor de todos los ByS finales producidos en un período de
tiempo determinado) que para el caso venezolano mostró para el IT 2012 un
crecimiento del 5,9% en contrario al IT 2013 que fue de 0,7%, en el entendido
que el incremento del capital y del trabajo no explica suficientemente sus
variaciones, aún cuando es claro que si una nación presenta altas tasas de inversión ello se
traduce en altos niveles de renta y crecimiento, en obligante armonía con un
sector externo (importaciones y exportaciones) que muestre dinamismo con
adecuado grado de apertura y la presencia de un bajo índice de inflación
(aumento continuo, sustancial y general del nivel de precios).
Mediante
la contabilidad social (datos que
miden la contribución de los sectores al PIB) y haciendo uso tanto de la
información estadística disponible, como de modelos econométricos (aplicación
de técnicas matemáticas para la verificación y solución de problemas
económicos), se hace factible integrar distintas variables condicionantes del crecimiento económico en aras de generar
enfoques analíticos cuyos resultados aperturen la posibilidad de instrumentar
acciones a favor de la actividad económica. A tenor de ese norte resulta vital
la medición—haremos inferencias para Venezuela—de aspectos tales como el consumo privado (gasto total en ByS que
realizan las familias) que muy probablemente baje en un 6% en 2013; el consumo público (gasto en ByS que
realiza el Estado) que se estima disminuya en 2013 un 8,1%; la demanda doméstica (demanda interna sin
incluir las importaciones) que puede decrecer un 7,2% en 2013; la tasa de inflación que puede superar el
45% a final del 2013; las exportaciones
totales que es muy factible disminuyan en un 7,6% en 2013; las importaciones que también podrían
disminuir en un 14,9%; la productividad
que al presente ha caído en un 35%, y la inversión
en infraestructura que para 2013 se situó en 2% muy lejano de un deseable
5%. Ante tal comportamiento esperado para nuestra economía en 2013, la CEPAL
estimó que crecería sólo en un 1%, diferente a otras opiniones que pronostican
un crecimiento negativo cercano al -2,5%.
Adicionalmente
pueden mencionarse otros elementos que condicionan el crecimiento económico,
dentro de los cuales podemos citar la distribución
de la renta (distribución de la riqueza entre el trabajo y el capital) que
expresa el nivel de bienestar social muy desigual que induce la aplicación de
programas sociales compensatorios (y de modelos económicos de corte ideológico
diferente) que contradictoriamente tienden a contraer las expectativas e
incentivos para la inversión, lo cual afecta negativamente la oferta doméstica (oferta interna sin
incluir las importaciones) hasta generar tensiones
sociales ante la aparición de escasez y desabastecimiento de bienes, que
genera mayor presión sobre las importaciones; también debe mencionarse el capital social (normas y relaciones que
facilitan la acción colectiva) al establecer las reglas para la existencia de
un clima de paz social. En fin, el
crecimiento económico es mucho más que
un asunto de cantidad de divisas.
Econ. Jesús Alexis González
@jagp611
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