Miguel Méndez Rodulfo Caracas,
21 de septiembre de 2013
El nivel de gobierno más cercano a la
gente es el Poder Público Municipal, el cual tiene la alta responsabilidad de
darle continuamente la cara a los electores. Como quiera que la ciudad es el
ámbito urbano donde convivimos y nos encontramos todos, ineludiblemente las
autoridades municipales se van a relacionar y contactar continuamente con los
ciudadanos de su municipio, por eso es tan expuesta la gestión de los gobiernos
locales, cuestión que es todavía más pronunciada en los pueblos y localidades
rurales. A diferencia de los niveles de gobierno nacional y estadal, cuya
relación con los votantes es más distante, el alcalde está más sujeto al
control ciudadano y esto es muy bueno, porque lo obliga a ser transparente,
cosa que contribuye a mejorar los niveles de eficiencia de la gestión del
gobierno local, lo cual redunda en beneficios de los ciudadanos al elevar la
calidad de los servicios públicos.
Por supuesto que ha habido alcaldes
que hacen caso omiso de su deber ante los electores que lo eligieron y ante la
comunidad como un todo, pero el reto de la nueva gobernanza pasa por la
transparencia del gobierno abierto y por la eficiencia en la gestión pública.
La gerencia municipal tiene ante sí el desafío de coordinar una cantidad
compleja de actividades que, salvo contadas excepciones, ha desbordado la
capacidad de los alcaldes de turno, para infortunio de sus comunidades. Cierto
es que el gobierno nacional ha ahorcado financieramente a las alcaldías, al
negarles el derecho a recibir la cantidad de situado constitucional que les
corresponde por mandato constitucional y legal. Ni aún las alcaldías gobernadas
por el régimen, reciben lo que les corresponde legalmente. Pero es que también
desde las más altas esferas de poder se obra activamente para bloquear o
entorpecer la gestión de los alcaldes de oposición.
Un caso significativo es el diseño del
trazado de la Circunvalación Sur, que debía unir a Hoyo de la Puerta con
Macaracuay. Al presentar a la prensa este proyecto, el ministro del área dejó
claramente sentado, en los planos de la vía, que no se construirían los
distribuidores que van conectar a las urbanizaciones de El Hatillo con dicha
circunvalación, con lo cual la vía será de más utilidad para los ciudadanos de
Petare y de Tazón que para el conjunto de comunidades alojadas al norte de la
autopista. Pero a pesar de este bloqueo,
los gobernantes municipales deben apelar a la imaginación para realizar una
serie de intervenciones urbanas y obras, que resuelvan los problemas de su
comunidad. Por ejemplo, todo alcalde tiene en su jurisdicción una zona popular.
Como sabemos los problemas de los
barrios son enormes y entrañan la inmensa deuda social que el país tiene con
los desposeídos. De manera que un alcalde por sí solo no podría solucionar el
problemas del agua, las cloacas, las vías o la vivienda, pero cuando nos
acercamos a conocer la realidad que sus pobladores viven día a día,
encontramos, por ejemplo, que resolver un problema tan manejable por la
alcaldía como el del ocio de los niños y adolescentes, es un asunto crucial
para evitar que caigan en las redes de las drogas y en la espiral de la
violencia. Un programa de actividades que tenga como centro el funcionamiento
de la escuela todo el día, en el que se impartan tareas dirigidas, deportes, teatro,
lectura, acceso a internet, etc., previene graves daños a la sociedad y resulta
un proyecto de bajo costo y alto impacto.
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