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miércoles, 2 de octubre de 2013

Chávez: ¿líder o show man?

MARÍA MAS HERRERA lunes 30 de septiembre de 2013
Economista y profesora universitaria
Twitter: @mariamasherrera

No es elegante hablar de los muertos, menos criticarlos. Pero el malentendido obliga. Escucho repetidamente la colosal equivocación que asegura que el expresidente Chávez (que en paz descanse su alma) fue un gran líder. Eso no es verdad y argumento el porqué.

Un líder tiene atributos especiales. Hablar inconteniblemente hasta cansar el ánimo de la audiencia no es un atributo del liderazgo. Cualquiera con ademanes artísticos baila, canta y zapatea hasta el cansancio por muchas horas y si encuentra unos borrachos trasnochados seguro le aplaudirán. No se trata del espectáculo que prontamente es bochinche sino del arte. Y el liderazgo es un arte que exige concreción y eficiencia.

Un líder innova en los métodos que utiliza. Dar un golpe de Estado para cambiar a Venezuela no fue ninguna innovación. No mostró un ápice de inteligencia creadora. La conspiración, el espionaje, el engaño y los asesinatos no dan cuenta de un líder en acción. Todo lo anterior sufrido por los venezolanos, con suficientes pruebas en la mano, sólo apuntan a un alma sin ética, de baja compasión con el prójimo y con el terrible desatino de no conocer las formas de construcción de la historia, pues éstas, no la hacen los seguidores del ejército, sino la heurística de los hechos, en manos de personas que prefieren el papel y la pluma antes que las armas y la sangre de sus soldados goteando por las paredes de Miraflores o de La Casona.


Un líder no miente. La mentira es un mortal pecado. Pues ¿quién puede caminar tras un charlatán falso? ¿Cómo confiar el futuro a una persona de criticable confiabilidad? Un líder dice la verdad como premisa base. Mientras más se habla más se miente si el alma es enferma.

Un líder tiene aliados para el desarrollo de sus seguidores. Las alianzas con algunos países han confirmado lo inconveniencia económica de los acuerdos para Venezuela. ¿Cuál es nuestro saldo con Cuba? ¿Dónde está la transferencia tecnológica? ¿Los avances médicos? ¿La nueva minería? ¿El mejor turismo? Un líder no se enamora del pasado que está obsoleto en el presente y crea su propio estilo, luchas, causas propias. Lee comiquitas pero no se cree Superman ni el Hombre Araña. Eso de la burguesía, la comuna, la guerra entre libertad, igualdad, justicia y seguridad se quedó en el XX. Sabemos que las necesitamos a todas. Esa cantaleta tiene siglos de obsolescencia.

Un líder es solidario con sus seguidores y no sólo con sus directivos cercanos. Lamentablemente, algunos militares, arrodillados ante este hombre sabanetero, son los ciudadanos de primera y quien le lleve la contraria, no sólo no es un buen soldado o ciudadano, se le tratará de conspirador y va a la picota sin grandes juicios. La solidaridad y la justicia no fueron grandes dones para este presidente.

Un líder construye un futuro común. ¿Cómo está Venezuela después de Chávez? Gran deuda externa e interna, empresas quebradas, baja del empleo, la producción y devaluación nunca en la historia llegaron a tal grado de pobreza.

Un líder da cuerpo y espíritu de cooperación entre sus seguidores. Quizás, este sea el mayor crimen del extinto presidente Chávez por el cual la historia lo crucificará sin contemplaciones. Este hombre show visto porque entretenía con sus ocurrencias, canto,  baile y palabrerío barato, sembró todos los odios: político, étnico, geográfico y más.

Chávez fue lo que fue, pero nunca fue un líder. Aprender que la política es para gente seria y para verdaderos líderes es nuestra tarea, que considero, aún está por aprenderse en esta extensa Venezuela.


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