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sábado, 21 de diciembre de 2013

Data contable, beneficios contables y precios justos

Escrito por Rafael Gónzalez Viernes, 20 de Diciembre de 2013

Con la intención de contribuir a la discusión sobre la justificación y eficacia que podrían tener las inspecciones realizadas por el Ejecutivo Nacional sobre comercios y empresas, alegándose la búsqueda del “precio justo”; presentamos este artículo. A continuación presentaremos una especie de traducción y resumen libre, comentado, de un capítulo titulado “The Bottom Line on the Persistence of Profit” escrito por Steven Schwartz, vicepresidente senior del NERA una de las consultoras en materia regulatoria de mayor reputación mundial, que apareciera publicado en el libro Economics of Antitrust: New Issues, Questions, and Insights, Nera Economic Consulting, 2004.

Schwartz escribe este brevísimo artículo para llamar la atención que la información contable y los indicadores que puedan construirse a partir de esta –beneficios contables- pueden decir poco o nada, sobre poder de mercado e incluso respecto a una eventual lesión del interés público y del bienestar social. En este sentido, Schwartz deja entender entrelíneas que hacer un objetivo per se y Ad Hoc a los beneficios contables como un indicio de ejercicio de poder de mercado, podría lesionar esquemas de incentivos y niveles de valores verdaderamente importantes a la hora de tomar decisiones por parte de los oferentes -como los costos económicos y el beneficio económico-; afectando a la eficiencia dinámica y al bienestar social.

De esta manera, Schwartz inicia su artículo realizando la pregunta de si empresas que arrojan altos beneficios poseen poder de mercado. Schwartz responde, que una visión inocente del mundo, podría hacerlo creer a uno que todas las empresas que arrojen beneficios deberían ostentar poder de mercado. Asimismo, continua invitándonos a reflexionar al preguntarnos si los beneficios contables constituyen una dimensión y definición útil para un análisis o una investigación sobre poder de mercado. Más allá, nos pregunta si este tipo de información contable resulta de utilidad para evaluar y contrastar alegatos sobre eventuales despliegues de conductas anticompetitivas o explotativas.

En este orden de ideas, Schwartz comienza respondiendo que los beneficios contables no nos dicen la historia completa. Complementa haciendo la advertencia que incluso al usar medidas económicas de los beneficios, el analista debe tener mucho cuidado porque los beneficios económicos pueden ser persistentes, incluso, en mercados y sectores caracterizados por una competencia vigorosa y con bajas barreras de entrada.

El juicio o prejuicio respecto a márgenes positivos y persistentes como indicio de poder de mercado proviene de la microeconomía neoclásica y delbenchmarketing de competencia perfecta, con precios iguales a costos marginales y beneficio igual a cero. Sin embargo, como lo destacara Dominick Armentano en su libro Antitrust and Monopoly: Anatomy of a Policy Failure, Second Edition, The Independent Institute, 1996; esta teoría atomística y tal enfoque estructuralista parte del equilibrio, no describe el proceso de competencia hacia el equilibrio. Es decir, la situación de competencia perfecta y sus premisas constituyen un equilibrio en sí y las premisas –información completa, número de empresas y nivel de concentración, etc.- más que condiciones ideales constituyen variables endógenas que pueden ser determinadas por el propio proceso competitivo. El conocimiento y la información, traducido en know how y productos para satisfacer necesidades son más el resultado del propio proceso competitivo que una premisa exógena. Así las cosas, Armentano plantea que el benchmarketing de la microeconomía neoclásica constituye un equilibrio estático y no un proceso dinámico competitivo. Visto de otra manera, el proceso competitivo puede implicar persistencia de beneficios económicos, producto del perfeccionamiento de premisas como información suficiente, producto de las propias estrategias competitivas y de emprendimiento de las empresas (este tema resulta fascinante por si mismo pero requeriría un artículo propio). En resumen, el perfeccionamiento y mejoramiento de condiciones como la información y alternativas a los consumidores, obedece al propio proceso competitivo, que encuentra en los beneficios, incluso aquellos persistentes por ejemplo producto de patentes y de la propiedad intelectual, los incentivos para crear bienes y servicios que al satisfacer las múltiples necesidades de los consumidores crean y constituyen la fuente de excedente del consumidor, riqueza y bienestar de la sociedad. Como hemos insistido en numerosas ocasiones, las relaciones humanas, especialmente las económicas y comerciales constituyen un juego suma positivo (la visión pueril y errónea marxista basada en la teoría del valor trabajo ha sido utilizada para pretender perfeccionar una “superestructura” política que sí constituya en lo político, lo social y lo económico una sociedad juego suma cero, fascista o de apartheid. La “lucha de clases” no aguanta un mínimo cuestionamiento basados en posibles mejoras Paretianas o incluso Hicksianas. De aquí la trascendencia del Estado para crear la más importante de sus funciones, responsabilidades y bienes públicos, el resguardo de los derechos de propiedad y la reducción de los costos transaccionales por medio de una institucionalidad jurídica robusta y seguridad jurídica que fomente y resguarde las transferencias de propiedad, fuente de generación de valor y riqueza).

Un planteamiento en extremo interesante que hace Schwartz en su artículo es que la teoría microeconómica neoclásica sugiere que la entrada de competidores se consuma hasta que los beneficios desaparecen. Sin embargo, como veremos más adelante, esta no sería la única razón para que se reduzca o desaparezca la entrada a los mercados. De hecho, aun con persistencia de beneficios contables, la desaparición de beneficios económicos o el incremento de los costos económicos y de los riesgos, pueden paralizar la entrada en mercados con reducidas o nulas barreras de entrada. Lo anterior tiene especial significado en el caso venezolano, dada la desinstitucionalización del país, el desmantelamiento del Estado de Justicia, del Estado de Derecho, del debido proceso y del respeto a los derechos de propiedad.

El riesgo de diseñar y basar las políticas públicas y regulatorias en información contable radica en:

·                Los beneficios contables reportados no tienen porque incidir sobre las decisiones de entrada a los mercados; es el beneficio económico el que determina tales decisiones.
·                Altos o persistentes beneficios contables no implican ni altos ni persistentes beneficios económicos.
·                Los beneficios económicos pueden persistir, incluso en mercados caracterizados por la libre entrada, bajas barreras de entrada y competencia vigorosa.
·                Beneficios económicos persistentes no tienen porque implicar que el nivel de competencia ha sido lesionado o que se ha desplegado un ilícito económico.

Schwartz asegura que muy contrario a la creencia popular, los beneficios que son reportados en los estados financieros no son ganancias que sean consideradas por las empresas cuando deciden cómo y dónde serán asignados los recursos. Profundiza aclarando que las magnitudes absolutas de estos beneficios no son considerados por las empresas cuando se encuentran tomando decisiones sobre la pertinencia o no de las distintas líneas del negocio (importa su relatividad especialmente ante los riesgos asumidos y el costo de oportunidad de los recursos).

Es así como se hace necesaria la distinción entre los beneficios contables y los beneficios económicos. Los beneficios económicos representan las ganancias por encima de aquel monto necesario para mantener los recursos de la empresa empleados en su uso actual, es decir en el negocio que se encuentra generando beneficios (Schwartz, 2004). Dicho de otra manera, el beneficio económico representa la diferencia entre los ingresos percibidos y los costos incurridos, incluyendo en estos últimos el costo de oportunidad tales como el costo del capital y reflejando los cargos acorde con la tasa de retorno requerida. Es así como los beneficios económicos suelen ser mucho menores que los beneficios contables reportados.

Adicionalmente, debe ponderarse la ausencia de correlación o relación causal entre los beneficios contables y el beneficio económico. Schwartz a este respecto llama la atención que empresas con elevados costos de oportunidad y con altos beneficios contables pueden realizar pequeños o incluso negativos beneficios económicos. Lo anterior tiene especial relevancia en un país como Venezuela, en el que las propias barreras legales, la desaparición del debido proceso, medidas preventivas confiscatorias y desproporcionadas; están elevando notablemente el costo de oportunidad de desarrollar actividades económicas en el país.

Si no se entiende la lógica hasta ahora explicada, podría estar lesionándose y destruyéndose los esquemas de incentivos implícitos en la economía; atentando contra la eficiencia dinámica, el bienestar social y el interés público. En palabras de Schwartz (2004): Es la presencia de beneficios económicos –no los beneficios contables- lo que crea incentivos a la entrada.

Con la información contable hay que tener cuidado, toda vez que la misma se deriva de decisiones contables y de metodologías adoptadas por la empresa y sus auditores. En la medida que la información contable puede estar presentada en formas alternativas, siendo esto perfectamente legítimo desde la perspectiva contable, el hecho cierto es que podría mostrar variantes en el desempeño de la empresa. Por ejemplo, en el caso venezolano, ¿han aprovisionado las empresas las sucesivas pérdidas cambiarias?, toda vez que las empresas han visto desaparecer referentes cambiarios para denominar su patrimonio y “beneficios” hasta ahora no repatriados. ¿Acaso la información contable pondera los riesgos y la incertidumbre sobre el capital propio, más allá y distinto al costo de la deuda? Schwartz llama la atención que por definición, los beneficios contables no ponderan al costo de oportunidad del capital.

La persistencia de beneficios económicos no constituye, necesaria ni inequívocamente, poder de mercado, su ejercicio o lesión del interés público. Incluso la teoría microeconómica neoclásica reconoce la persistencia de beneficios económicos y márgenes positivos o “supracompetitivos”. Lo anterior ocurre entre otras razones por:

1.         La existencia de oferentes inframarginales en mercados de pool.
2.         Ante el hecho que casi todas las empresas se enfrentan a una demanda con pendiente negativa.
3.         Existencia de competencia monopolística y diferenciación de productos.
4.         La existencia de patentes, así como la aceptación y valoración de marca por parte de los propios consumidores

En este orden de ideas resulta fundamental para un Estado Benevolenteque pondere maximizar el bienestar social; identificar si la persistencia no es producto de prácticas explotativas, si se debe a la existencia de barreras y trabas legales y administrativas responsabilidad del propio Estado (por ejemplo, el control de cambio) o si resultan naturales y legítimas producto del propio proceso competitivo y de innovación.

Llegados a este punto debemos entender que optar por una posición Ad Hoc de causalidad de la persistencia de beneficios económicos como producto de explotación del mercado, podría condenar a la sociedad a perder beneficios y eficiencias económicas que podrían estar explicando tal persistencia. En el estado del arte de esta discusión quedo claro este punto cuando la escuela revisionista de la Economía Industrial, con Harold Demsetz como uno de sus principales pioneros, propuso la Hipótesis de Diferencial de Eficiencia, refutando la posición Ad Hoc y apriorística de altos y persistentes beneficios económicos como producto del ejercicio de poder de mercado. Basta que exista una empresa líder, eficiente y competitiva en el mercado, para que esta posea mayor participación de mercado, y dado su mayor beneficio producto de sus eficiencias y su mayor peso relativo; determine un promedio ponderado del beneficio del sector superior a cualquier otro que no posea empresas competitivas y eficientes.

Así las cosas, Schwartz finaliza su artículo destacando que la persistencia de beneficios contables no significa necesariamente nada. Continua afirmando que para utilizar información de las empresas respecto a sus beneficios, márgenes o ganancias para concluir algo respecto a poderes de mercado o explotación del mercado; se requieren análisis detallados, robustos y técnicos no solo del margen, sino de su evolución en el tiempo, así como de las características intrínsecas de cada sector económico y su nivel de competencia.

Mi preocupación personal, es que los controles, las barreas legales, las trabas administrativas y las acciones regulatorias son uno de los grandes responsables de las distorsiones de la economía venezolana y que estas distorsiones están siendo utilizadas para querer justificar la continua vulneración y abolición de los derechos y libertades económicas, así como del imperio de la justicia en el país.

Economista. Master in Competition and Market Regulation. Master in Industrial Organization and Markets. Maestría en Economía y Derecho del Consumo. Postgraduate Program in Economics for Competition Law. Especialización en Economía de los Sectores Telecomunicaciones, Energía, Farmacéutico, Transporte, Agua y Banca. Programa Avanzado en Política de Competencia. Consultor de Empresas.


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