Escrito por Rafael Gónzalez Viernes, 20 de Diciembre de
2013
Con la intención de contribuir a la
discusión sobre la justificación y eficacia que podrían tener las inspecciones
realizadas por el Ejecutivo Nacional sobre comercios y empresas, alegándose la
búsqueda del “precio justo”; presentamos este artículo. A continuación
presentaremos una especie de traducción y resumen libre, comentado, de un
capítulo titulado “The Bottom Line on the Persistence of Profit”
escrito por Steven Schwartz, vicepresidente senior del NERA una de las
consultoras en materia regulatoria de mayor reputación mundial, que apareciera
publicado en el libro Economics of Antitrust: New Issues, Questions,
and Insights, Nera Economic Consulting, 2004.
Schwartz escribe este brevísimo
artículo para llamar la atención que la información contable y los indicadores
que puedan construirse a partir de esta –beneficios contables- pueden decir
poco o nada, sobre poder de mercado e incluso respecto a una eventual lesión
del interés público y del bienestar social. En este sentido, Schwartz deja
entender entrelíneas que hacer un objetivo per se y Ad Hoc a los beneficios
contables como un indicio de ejercicio de poder de mercado, podría lesionar
esquemas de incentivos y niveles de valores verdaderamente importantes a la hora
de tomar decisiones por parte de los oferentes -como los costos económicos y el
beneficio económico-; afectando a la eficiencia dinámica y al bienestar social.
De esta manera, Schwartz inicia su
artículo realizando la pregunta de si empresas que arrojan altos beneficios
poseen poder de mercado. Schwartz responde, que una visión inocente del mundo,
podría hacerlo creer a uno que todas las empresas que arrojen beneficios
deberían ostentar poder de mercado. Asimismo, continua invitándonos a
reflexionar al preguntarnos si los beneficios contables constituyen una
dimensión y definición útil para un análisis o una investigación sobre poder de
mercado. Más allá, nos pregunta si este tipo de información contable resulta de
utilidad para evaluar y contrastar alegatos sobre eventuales despliegues de
conductas anticompetitivas o explotativas.
En este orden de ideas, Schwartz
comienza respondiendo que los beneficios contables no nos dicen la historia
completa. Complementa haciendo la advertencia que incluso al usar medidas
económicas de los beneficios, el analista debe tener mucho cuidado porque los
beneficios económicos pueden ser persistentes, incluso, en mercados y sectores
caracterizados por una competencia vigorosa y con bajas barreras de entrada.
El juicio o prejuicio respecto a
márgenes positivos y persistentes como indicio de poder de mercado proviene de
la microeconomía neoclásica y delbenchmarketing de competencia
perfecta, con precios iguales a costos marginales y beneficio igual a cero. Sin
embargo, como lo destacara Dominick Armentano en su libro Antitrust and
Monopoly: Anatomy of a Policy Failure, Second Edition, The Independent
Institute, 1996; esta teoría atomística y tal enfoque estructuralista parte del
equilibrio, no describe el proceso de competencia hacia el equilibrio. Es
decir, la situación de competencia perfecta y sus premisas constituyen un
equilibrio en sí y las premisas –información completa, número de empresas y
nivel de concentración, etc.- más que condiciones ideales constituyen variables
endógenas que pueden ser determinadas por el propio proceso competitivo. El
conocimiento y la información, traducido en know how y
productos para satisfacer necesidades son más el resultado del propio proceso
competitivo que una premisa exógena. Así las cosas, Armentano plantea que el benchmarketing de
la microeconomía neoclásica constituye un equilibrio estático y no un proceso
dinámico competitivo. Visto de otra manera, el proceso competitivo puede
implicar persistencia de beneficios económicos, producto del perfeccionamiento
de premisas como información suficiente, producto de las propias estrategias
competitivas y de emprendimiento de las empresas (este tema resulta fascinante
por si mismo pero requeriría un artículo propio). En resumen, el perfeccionamiento
y mejoramiento de condiciones como la información y alternativas a los
consumidores, obedece al propio proceso competitivo, que encuentra en los
beneficios, incluso aquellos persistentes por ejemplo producto de patentes y de
la propiedad intelectual, los incentivos para crear bienes y servicios que al
satisfacer las múltiples necesidades de los consumidores crean y constituyen la
fuente de excedente del consumidor, riqueza y bienestar de la sociedad. Como
hemos insistido en numerosas ocasiones, las relaciones humanas, especialmente
las económicas y comerciales constituyen un juego suma positivo (la visión
pueril y errónea marxista basada en la teoría del valor trabajo ha sido
utilizada para pretender perfeccionar una “superestructura” política que sí constituya
en lo político, lo social y lo económico una sociedad juego suma cero, fascista
o de apartheid. La “lucha de clases” no aguanta un mínimo cuestionamiento
basados en posibles mejoras Paretianas o incluso Hicksianas. De aquí la
trascendencia del Estado para crear la más importante de sus funciones,
responsabilidades y bienes públicos, el resguardo de los derechos de propiedad
y la reducción de los costos transaccionales por medio de una institucionalidad
jurídica robusta y seguridad jurídica que fomente y resguarde las
transferencias de propiedad, fuente de generación de valor y riqueza).
Un planteamiento en extremo
interesante que hace Schwartz en su artículo es que la teoría microeconómica
neoclásica sugiere que la entrada de competidores se consuma hasta que los
beneficios desaparecen. Sin embargo, como veremos más adelante, esta no sería
la única razón para que se reduzca o desaparezca la entrada a los mercados. De
hecho, aun con persistencia de beneficios contables, la desaparición de
beneficios económicos o el incremento de los costos económicos y de los
riesgos, pueden paralizar la entrada en mercados con reducidas o nulas barreras
de entrada. Lo anterior tiene especial significado en el caso venezolano, dada
la desinstitucionalización del país, el desmantelamiento del Estado de
Justicia, del Estado de Derecho, del debido proceso y del respeto a los
derechos de propiedad.
El riesgo de diseñar y basar las
políticas públicas y regulatorias en información contable radica en:
·
Los
beneficios contables reportados no tienen porque incidir sobre las decisiones
de entrada a los mercados; es el beneficio económico el que determina tales
decisiones.
·
Altos
o persistentes beneficios contables no implican ni altos ni persistentes
beneficios económicos.
·
Los
beneficios económicos pueden persistir, incluso en mercados caracterizados por
la libre entrada, bajas barreras de entrada y competencia vigorosa.
·
Beneficios
económicos persistentes no tienen porque implicar que el nivel de competencia
ha sido lesionado o que se ha desplegado un ilícito económico.
Schwartz asegura que muy contrario a
la creencia popular, los beneficios que son reportados en los estados
financieros no son ganancias que sean consideradas por las empresas cuando
deciden cómo y dónde serán asignados los recursos. Profundiza aclarando que las
magnitudes absolutas de estos beneficios no son considerados por las empresas
cuando se encuentran tomando decisiones sobre la pertinencia o no de las
distintas líneas del negocio (importa su relatividad especialmente ante los
riesgos asumidos y el costo de oportunidad de los recursos).
Es así como se hace necesaria la
distinción entre los beneficios contables y los beneficios económicos. Los
beneficios económicos representan las ganancias por encima de aquel monto
necesario para mantener los recursos de la empresa empleados en su uso actual,
es decir en el negocio que se encuentra generando beneficios (Schwartz, 2004).
Dicho de otra manera, el beneficio económico representa la diferencia entre los
ingresos percibidos y los costos incurridos, incluyendo en estos últimos el
costo de oportunidad tales como el costo del capital y reflejando los cargos
acorde con la tasa de retorno requerida. Es así como los beneficios económicos
suelen ser mucho menores que los beneficios contables reportados.
Adicionalmente, debe ponderarse la
ausencia de correlación o relación causal entre los beneficios contables y el
beneficio económico. Schwartz a este respecto llama la atención que empresas
con elevados costos de oportunidad y con altos beneficios contables pueden
realizar pequeños o incluso negativos beneficios económicos. Lo anterior tiene
especial relevancia en un país como Venezuela, en el que las propias barreras
legales, la desaparición del debido proceso, medidas preventivas confiscatorias
y desproporcionadas; están elevando notablemente el costo de oportunidad de
desarrollar actividades económicas en el país.
Si no se entiende la lógica hasta
ahora explicada, podría estar lesionándose y destruyéndose los esquemas de
incentivos implícitos en la economía; atentando contra la eficiencia dinámica,
el bienestar social y el interés público. En palabras de Schwartz (2004): Es la
presencia de beneficios económicos –no los beneficios contables- lo que crea
incentivos a la entrada.
Con la información contable hay que
tener cuidado, toda vez que la misma se deriva de decisiones contables y de
metodologías adoptadas por la empresa y sus auditores. En la medida que la
información contable puede estar presentada en formas alternativas, siendo esto
perfectamente legítimo desde la perspectiva contable, el hecho cierto es que
podría mostrar variantes en el desempeño de la empresa. Por ejemplo, en el caso
venezolano, ¿han aprovisionado las empresas las sucesivas pérdidas cambiarias?,
toda vez que las empresas han visto desaparecer referentes cambiarios para
denominar su patrimonio y “beneficios” hasta ahora no repatriados. ¿Acaso la
información contable pondera los riesgos y la incertidumbre sobre el capital
propio, más allá y distinto al costo de la deuda? Schwartz llama la atención
que por definición, los beneficios contables no ponderan al costo de
oportunidad del capital.
La persistencia de beneficios
económicos no constituye, necesaria ni inequívocamente, poder de mercado, su
ejercicio o lesión del interés público. Incluso la teoría microeconómica
neoclásica reconoce la persistencia de beneficios económicos y márgenes positivos
o “supracompetitivos”. Lo anterior ocurre entre otras razones por:
1.
La
existencia de oferentes inframarginales en mercados de pool.
2.
Ante
el hecho que casi todas las empresas se enfrentan a una demanda con pendiente
negativa.
3.
Existencia
de competencia monopolística y diferenciación de productos.
4.
La
existencia de patentes, así como la aceptación y valoración de marca por parte
de los propios consumidores
En este orden de ideas resulta
fundamental para un Estado Benevolenteque pondere maximizar el
bienestar social; identificar si la persistencia no es producto de prácticas
explotativas, si se debe a la existencia de barreras y trabas legales y
administrativas responsabilidad del propio Estado (por ejemplo, el control de
cambio) o si resultan naturales y legítimas producto del propio proceso
competitivo y de innovación.
Llegados a este punto debemos entender
que optar por una posición Ad Hoc de causalidad de la persistencia de
beneficios económicos como producto de explotación del mercado, podría condenar
a la sociedad a perder beneficios y eficiencias económicas que podrían estar
explicando tal persistencia. En el estado del arte de esta discusión quedo
claro este punto cuando la escuela revisionista de la Economía Industrial, con
Harold Demsetz como uno de sus principales pioneros, propuso la Hipótesis de
Diferencial de Eficiencia, refutando la posición Ad Hoc y apriorística de altos
y persistentes beneficios económicos como producto del ejercicio de poder de
mercado. Basta que exista una empresa líder, eficiente y competitiva en el
mercado, para que esta posea mayor participación de mercado, y dado su mayor
beneficio producto de sus eficiencias y su mayor peso relativo; determine un
promedio ponderado del beneficio del sector superior a cualquier otro que no
posea empresas competitivas y eficientes.
Así las cosas, Schwartz finaliza su
artículo destacando que la persistencia de beneficios contables no significa
necesariamente nada. Continua afirmando que para utilizar información de las
empresas respecto a sus beneficios, márgenes o ganancias para concluir algo
respecto a poderes de mercado o explotación del mercado; se requieren análisis
detallados, robustos y técnicos no solo del margen, sino de su evolución en el
tiempo, así como de las características intrínsecas de cada sector económico y
su nivel de competencia.
Mi preocupación personal, es que los
controles, las barreas legales, las trabas administrativas y las acciones
regulatorias son uno de los grandes responsables de las distorsiones de la economía
venezolana y que estas distorsiones están siendo utilizadas para querer
justificar la continua vulneración y abolición de los derechos y libertades
económicas, así como del imperio de la justicia en el país.
Economista.
Master in Competition and Market Regulation. Master in Industrial Organization
and Markets. Maestría
en Economía y Derecho del Consumo. Postgraduate Program in Economics for
Competition Law. Especialización en Economía de los Sectores
Telecomunicaciones, Energía, Farmacéutico, Transporte, Agua y Banca. Programa
Avanzado en Política de Competencia. Consultor de Empresas.
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