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martes, 31 de diciembre de 2013

La cola del perro

FÉLIX R. CHACÓN lunes 30 de diciembre de 2013


Escribir en esta época supone pasar revista al año que termina, y la conclusión obvia, en mi opinión, es de que hemos perdido otro año importante que no podremos recuperar en el futuro, así como irrecuperable es el puesto de aerolínea que no se ocupa.


En lo que llamamos hoy día concierto de naciones, para referirnos al grueso de los países del mundo normal y medianamente lógico, el grueso de noticias apartando los eventos que han significado desgracias para los pueblos, ronda sobre aspectos que pueden ser normales o medianamente normales, y otros que no tanto,  pero que son aquellos que más o menos conocemos y a los cuales estamos acostumbrados a sobreponernos con relativa rapidez. Por lo general hay noticias malas y noticias buenas, somos humanos, no robots programables para sólo producir noticias que nos gusten a todos. Pero aún así, si nos refiriéramos a nuestro contexto, encontramos que los países de la región han logrado llevar a cabo grandes tareas que les ha significado gran estabilidad política, económica y social. Y en su prensa local independiente puede leerse acerca de los muchos problemas que aquejan a la sociedad, pero de igual forma se reportan logros gubernamentales en materia económica y social. Se habla de que bajó la inflación, se mantuvo,  o de que no subió. Se menciona cómo se mantuvo a raya o cómo bajó el desempleo. De cómo se incrementaron las inversiones nacionales y extranjeras. De cuáles pactos bi y multilaterales se celebraron y de las incidencias positivas que se esperan para el país. Se anuncia nuevos mercados para sus exportaciones. Y todo queda plasmado en cifras reportadas que la sociedad puede aceptar más o menos uniformemente y con mediana confianza.



Sin embargo en Venezuela, 2013 ha pasado como un año infame el cual sólo pareciera haber deletreado desesperanza para sus ciudadanos (sólo refiérase al espíritu navideño). Las noticias "buenas" que se reportan se generan en la imprenta gubernamental porque de otra forma no existieran. No en vano el gran esfuerzo que ha puesto el régimen en acabar poco a poco con la libertad plena para expresarse, con medios de comunicación y la prensa libre e independiente.



Hubiésemos querido haber escuchado el anuncio de un programa masivo de construcción y remodelación de hospitales, escuelas, liceos, institutos tecnológicos. El reporte de una inflación reducida o por lo menos controlada hubiese sido bienvenido, así como que no hubo más devaluaciones. Que disminuyó la criminalidad, o que no nos endeudarán más.



Nos hubiese gustado no haber estado en el fondo de la pirámide de Maslow, procurándonos necesidades básicas para subsistir, sino proyectándonos al tope de nuestras potencialidades.



2013 ha sido una especie de montaña rusa de emociones, sí, sólo emociones que fueron y vinieron devolviéndonos adonde estábamos sin remedio alguno. Nada productivo que haya significado avance en alguna dirección. Como el perro que trata de morderse la cola y no va a ningún lado con ello.



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