Manuel Felipe Sierra 5 de diciembre de 2013
Entrevista a Roberto
León Parilli – Presidente de ANAUCO
“Sostener
el precio de un producto no es regularlo, la economía no se puede domar como un
caballo”
¿De
qué nos sirve un precio justo de cualquier producto si luego no lo conseguimos?
Fue John Kennedy quien dio origen a que la ONU tratara el tema del consumidor
de una manera diferente y dijo “consumidores somos todos”, señala el representante
de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores.
Desde hace varios años ANAUCO
viene desarrollando una importante labor para organizar y defender a los
consumidores, su presidente, el abogado Roberto León Parilli, habla
extensamente sobre el fenómeno de la especulación y los efectos de las
recientes medidas aplicadas por el gobierno. Estas son sus reflexiones para los
lectores de ABC de la Semana.
— ¿Cuál es la visión que ustedes
tienen de las recientes más medidas del gobierno con respecto a la regulación
de precios y costos?
— Lo primero es que haciendo un
diagnóstico de lo que son los derechos del consumidor, que se han venido
conquistando a lo largo de la historia en el mundo entero y que hoy por hoy son
reconocidos, yo recuerdo siempre las palabras célebres de John F. Kennedy, que
fue quien dio origen a que la Organización de Naciones Unidas tratara el tema
del consumidor de una manera diferente, porque en ese momento dijo
“consumidores somos todos”. Pero se entendía como una masa abstracta que no
tenía derechos particulares y andaba cada quien en lo suyo. Kennedy hizo un
llamado para unir al consumidor y en aquel momento dijo que era el grupo más
importante del mercado pero sin embargo que no era escuchado. Yo le agregaría
que es el más legítimo, porque además se confunde mucho esa condición de
consumidor con la de ciudadano. En ese sentido, en el mundo se han venido
organizando movimientos que velan por los intereses de los consumidores.
— Y a partir de aquel momento
nacieron movimientos de este tipo en Estados Unidos y España también
— Si. Hay muchos movimientos en
Estados Unidos, en España y en Francia y en general se han venido extendiendo
en el mundo, pero siempre centrados en algunos derechos que tiene el
consumidor.
— ¿Cuáles son esos derechos?
— Vamos a resumir algunos de ellos:
por ejemplo, el más importante, es que tiene que haber disponibilidad de poder
decir, tiene que haber variedad para poder ejercer un derecho fundamental, que
es el derecho a elegir bienes y servicios de calidad. En Venezuela tenemos ese
derecho en el Artículo 117 de La Constitución. El segundo, es el derecho a la
información; el consumidor tiene que tener, cuando hay variedad en los
mercados, una información clara de cada producto: calidad, componente, precio,
etc. eso se hace con el apoyo de la publicidad. El otro elemento es el derecho
al reclamo y a la compensación, es decir, que si el consumidor ve afectado este
derecho como una oferta engañosa o por un producto dañado, tiene derecho a
reclamar de la mano de los organismos del Estado, a que se le indemnice por
ello. Y Luego el acceso, pero para que allá acceso tiene que haber estabilidad
de precios, pero estabilidad no es regular los precios. Se trata de que los
precios no cambien de un día a otro, para que con el ingreso que tiene una persona
pueda mantener su estatus de vida. Esos cuatro elementos en Venezuela están
deprimidos. ¿Por qué? En primer lugar, porque para nadie es un secreto que la
variedad h decaído, que hay que ir a cinco o seis lugres distintos para poder
completar las compras.
Monopolio del Estado
— Pero se trata de una situación muy
reciente…
— Claro, es muy reciente y tiene que
ver con las políticas públicas que se han venido implementando, en las cuales
el Estado se ha convertido en un Estado empresario y ha desplazado a los
competidores, a los empresarios y el Estado es el que se ha metido en el juego
comercial y es el jugador más importante del mercado. En algunos rubros es dueño
único, en otros, posee porcentajes que superan el 80%. En consecuencia, el
Estado ha monopolizado muchas de las fuentes de producción y comercialización
de productos eliminando competidores, y cuando eso pasa también elimina
variedad. Y esa es la razón por la cual ese derecho de tener bienes y servicios
de calidad, no está claro en Venezuela. El otro elemento, el sostener el precio
de un producto no es regularlo porque la economía es una de esas cosas que no
puedes controlar ni domar como un caballo, la economía no acepta el látigo. Eso
lo han conseguidos muchos países, por ejemplo Brasil, Chile, que tienen una
inflación de un solo dígito mientras que aquí tenemos la inflación más alta de
Latinoamérica y la tercera más alta en el mundo, y este también es un elemento
que hace muy difícil que el consumidor pueda ejercer el derecho de acceso a los
bienes.
— Pero también tiene que ver mucho con
eso que se ha llamado la “cultura consumista” del venezolano, en la cual ha
influido nuestra condición de país petrolero…
— Por supuesto, son problemas que
vienen adheridos a la cultura y la formación juega un papel muy importante. No
es lo mismo educar al consumidor para que sea un ciudadano solidario, que
colabore con la estabilidad de un país en lo económico, que obligarlo con un
látigo a tomar conductas que son contrarias a sus derechos. Yo creo que ese
método ha sido muy negativo para el país. Ese tipo de situaciones como el
racionamiento o ventas condicionadas es renunciar a nuestros derechos. También
te decía que el otro derecho fundamental es el derecho al reclamo y a la
compensación, ahora, cuando el Estado es empresario y a la vez supervisor y
regulador a sí mismo, ese derecho se va a menos. Por ejemplo, cuando una
persona va al Indepabis a reclamar sobre el servicio eléctrico, yo creo que eso
no prospera. Porque lo natural es que sean las empresas privadas las provean de
bienes y servicios para que el Estado supervise y regule.
— Pero también está la responsabilidad
del Estado de enfrentar la especulación
— Estas situaciones que estamos viendo
en Venezuela, que nos han alejado de esos derechos fundamentales que se han
venido conquistando en el mundo entero, pues ahora, después de muchos años de
supuesta especulación que seguramente sí las hay, pero cuando el mercado se
reprime se abren ventanas para la especulación, porque el bien más caro es el
que no se encuentra. Entonces, esa situación nos ha llevado a que se den varias
distorsiones en el mercado y ello justifica una medidas que más temprano que
tarde se van a convertir en unboomerang y nos van a producir
efectos negativos, como ha ocurrido con el arrendamiento de apartamentos, que
es una ley que beneficiaba supuestamente al inquilino y que ahora no se
consigue nada en alquiler. ¿De qué nos sirve un precio justo de cualquier
producto si luego no lo conseguimos? Yo preferiría tener el precio adecuado, el
precio estable y siempre tener el producto a la vista, yo creo que ese debe ser
el norte.
La Organización
— ¿Cómo ha sido la experiencia de
ANAUCO, siendo la organización más importante que se ocupe del tema en el país?
— Bueno, nuestra experiencia ha sido
que cuando el consumidor se une y se organiza tiene mucha más fuerza. Todo los
logros que hemos venido obteniendo en la organización (son muchos los casos que
hemos “ganado” para darle algún calificativo) provienen de la capacidad
organizativa. Cuando hemos unido el esfuerzo de los consumidores hemos obtenido
resultados más rápidos y más efectivos, por lo tanto no estaba muy equivocado
Kennedy, que decía que el consumidor individualizado, el consumidor en su
personalidad individual no tiene la misma fuerza, pero cuando se organiza, es
el la fuerza más grande del mercado. Él veía muy difícil la posibilidad de
organizarse porque las barreras de distancia y tiempo dificultaban que el
consumidor se pusiera de acuerdo, pero Kennedy no contaba con las redes
sociales, con twitter, por ejemplo. Esa potencia de la tecnología está siendo
utilizada por los consumidores y creo que estamos logrando muchas cosas y cada
vez vamos a lograr más porque nos vamos a entender mucho mejor.
— ¿Cuáles son las quejas más
frecuentes que han recibido con respecto a toda esta situación con los precios?
— Lo primero es la medida más
“efectista” que real. Nosotros hicimos una especie de encuesta en las colas que
hemos estado viendo en todos los comercios del país, resulta que un gran
porcentaje de las personas que están allí están comprando para otros. Eso es un
elemento que hay que tomar en cuenta, si se están beneficiando las personas que
están en la cola o se están beneficiando terceros que están comprando productos
para revenderlos. Por eso digo que es muy “efectista”, que en la práctica no
está llegando verdaderamente a las personas que lo necesitan. Porque a veces le
da igual a las personas que algo cueste cincuenta, treinta o siete mil
bolívares cuando no tiene ni los siete mil, no lo puede comprar. Eso es una de
las cosas que vimos. En algunos casos observamos que fue ficticia la rebaja de
precios, porque ellos esperaban la llegada de las autoridades, entonces lo que
hicieron fue remarcar los precios y luego bajaron a lo mismo. También hemos
recibido denuncias de empresarios que se compraron ellos mismos los productos
para no perder tanto, a través de sus empleados o familiares. Igualmente,
denuncias que tienen que ver con los funcionarios y es que habían muchos
apartando cupos en las colas.
— Todos los analistas, economistas y
expertos hablan de que las consecuencias de estos se sentirán el próximo año…
— Se van a sentir porque la capacidad
de reposición en la velocidad que requiere el mercado para volver a abastecer
sobre todo con esa garantía y ese anuncio de que se van a mantener los precios
en el tiempo, es muy difícil. Los productos que habían ahora fueron insuficientes
para la gente que estaba en las colas y las colas y todo eso se va a seguir
manteniendo en el tiempo. Además, cuando el Estado se ha convertido en
importador y vendedor no lo ha hecho muy bien, han faltado productos que
dominan totalmente el Estado, yo no veo cómo ello va a ser distinto esto.
Históricamente, cuando el Estado ha asumido esa conducta de empresario no ha
sido eficiente, entonces yo no puedo esperar que esta vez sí lo sea.
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