Escrito por William Peña (periodista) Martes, 03 de Junio
de 2014
@williampm
La cifra no puede ser más
desgarradora. De un total de 15 millones de teléfonos móviles que se vendieron
en el país en el año 2008, cuando había poco más de 27 millones de usuarios de
servicios, el mercado se contrajo hasta los tres millones de unidades en el
2013, justo un año en el que los usuarios móviles superaron los 31 millones y
existió una mayor demanda por equipos con más capacidades para datos,
aplicaciones y valores agregados, pues a medida que el mercado avanzó en
propuestas, los usuarios móviles se movieron hacia esas tendencias, aunque
pocos venezolanos pudieron lograrlo.
Así, en números gruesos, la caída en
la venta de móviles en el país en los últimos cinco años es superior al 80%,
justo en medio de un impulso mundial en innovación móvil en el que podría
considerarse el de mayor avance de la industria en años, sobre todo con la
llegada de los denominados teléfonos inteligentes, que poco a poco fueron
cambiando el rostro de los servicios en Venezuela y de los que pudieron
disfrutar de la llegada de valores agregados en datos y aplicaciones.
Sólo el año pasado, según cifras
extraoficiales, la caída en la venta de móviles en el país fue de 40% en
comparación con el año 2012, cuando también se produjo una debacle en la venta,
que venía así desde el 2009 y aún no para.
Y es que mientras que en el año 2008
prácticamente se vendió un equipo por cada dos usuarios móviles, en el 2013 esa
cifra se revirtió y lo que pudo lograrse fue prácticamente vender un equipo por
cada 10 usuarios, una cifra que reflejó la realidad de un país que se ahoga en
una crisis sin precedentes y que tocó con fuerza al sector telecomunicaciones
en los últimos años.
En Venezuela es prácticamente
imposible conseguir un equipo móvil hoy día, ni barato ni caro, aunque hay
algunas excepciones extremadamente costosas (ventas con precios de dólar negro
en algunas tiendas o por las páginas de subastas en línea), pero lo más grave
es que no se ven opciones de mejoras en el corto plazo, pues las deudas con los
distribuidores y fabricantes son cuantiosas y los créditos están prácticamente
paralizados.
Tanto así que, en los primeros cinco
meses del año (enero a mayo), prácticamente no se vendió un solo teléfono móvil
en el país y lo que apenas se ofreció, tanto en la estatal Movilnet como en las
privadas, fueron remanentes de inventarios del año pasado y el ensamblaje de
algunos equipos con piezas que quedaban en las plantas de pedidos del año
pasado.
Y es que la crisis ha llegado a unos
niveles tales que de los fabricantes de móviles prácticamente todos se fueron
entre 2013 y lo que va de 2014 (algunos desmantelaron sus unidades de negocios
y dejaron sólo un representante, otros ni siquiera eso) y no se augura un
retorno por la delicada situación que atraviesa ese segmento, en donde no se ha
podido negociar o vender un teléfono en el país en mucho tiempo.
Pero la demanda está allí, represada,
esperando una luz. Según cifras no oficiales, el mercado local de telefonía
móvil requiere de unas 10 millones de unidades sólo este año, para así poder
solventar la gran demanda que lleva acumulada de los últimos años, sobre todo
en equipos de los denominados inteligentes. Y es que Venezuela, que se
caracterizó por ser una de las economías en donde se sustituían los equipos con
más velocidad en la región, pasó a ser la economía en donde más tardan los
usuarios por cambiar sus equipos, pero no porque lo decidan sino porque no hay.
Y es que una gran cantidad de ellos están esperando una oferta para sustituir
sus móviles, pues no han logrado hacerlo por la escasez que hay en el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico