Por Carlos Carcione
El 4 de marzo se publicó en
Aporrea.org una nota de prensa del BCV[i] con declaraciones de su presidente
Nelson Merentes. En ella el presidente del BCV explica las consecuencias del
acuerdo con la minera Canadiense-Estadounidense, Gold Reserve. Allí el
funcionario ratifica, sin mencionarlo, que el emprendimiento conocido como Arco
Minero del Orinoco es parte de la propuesta hecha pública el mes de enero por
el actual Alcalde Rodolfo Sanz cuyo título es: “Contribución para el salto
económico”[ii].
Dice Merentes en dicho
comunicado:
“El Arco Minero del Orinoco se
va a convertir en el epicentro de la minería en Venezuela, no solo de
extracción, sino de industrialización. Lo que queremos es una minería
sostenible, muy profesional, muy del ambiente, que preserve los valores del ser
humano e impulse el aparato productivo nacional”.
En esta frase se concentra la
quinta esencia del nuevo rentismo integral. Un modelo en extremo depredador,
genocida de la naturaleza y de entrega al capital financiero internacional y
las corporaciones.
En un excelente artículo
titulado: Quimérico Eco socialismo versus tentáculos del Banco Mundial
(Canadá-Venezuela) [III], la Profesora Liliana Medina de Luzon realiza
afirmaciones que el Presidente del Banco Central, devenido ecologista tardío,
no responde.
Estas son algunas de las
incógnitas que Merentes dejó sin contestar.
Es cierto o falso que:
La revocatoria de la concesión
a Gold Reserve en el año 2009 por parte del gobierno del presidente Chávez
obedeció a que la práctica minera de la compañía había provocado un tremendo
daño ambiental en las zonas que tenía bajo concesión conocida como Las Brisas.
Que el actual acuerdo no solo
devuelve esa concesión, la segunda mundial con reservas certificadas de oro
sino que le agrega la de Las Cristinas que representa las terceras reservas
certificadas de oro más grandes del mundo.
Es cierto o falso que la
empresa de capitales canadienses pero con sede central en Estados Unidos,
tendrá libertad para comercializar el oro producido en el Mercado
Internacional.
Es cierto o falso que el
acuerdo exime a Gold Reserve de pago de impuestos a la altura de lo que su
práctica depredadora significa.
Es cierto o falso que el
acuerdo compromete un grave daño al patrimonio natural del país y secuestra los
derechos de las próximas generaciones de venezolanos al ser utilizadas las
reservas de oro para la realización de “masivas operaciones financieras”. Y que
compromete la vida, la salud y el hábitat de miles de personas de diversas
etnias originarias.
Es cierto o falso que las
consecuencias probadas mundialmente para el ambiente por la minería son entre
muchas otras:
La desforestación de los
suelos con la consiguiente eliminación de la vegetación.
Interrupción del flujo
constante de agua desde los bosques hacia los demás ecosistemas y centros
urbanos, producto de la desforestación.
Crecidas e inundaciones en
períodos de lluvia debida a que el suelo erosionado no puede contener el agua
como lo haría estando poblado de vegetación.
Gasto indiscriminado de
consumo de agua, pues, la actividad minera requiere de ello, lo que reduce la
napa freática del lugar expuesto a la explotación.
Extinción de pozos de agua y
manantiales.
Contaminación de las aguas por
el drenaje ácidos sulfúricos necesarios para la explotación, que permanecen en
el tiempo durante miles de años.
Exposición de cianuro, ácidos
concentrados y compuestos alcalinos.
Alteración y contaminación del
ciclo hidrológico, incidiendo negativamente en los bosques y las comunidades
aledañas.
También sería bueno que el
presidente del Banco Central de Venezuela, conocido últimamente por no publicar
en tiempo y forma las estadísticas que su institución construye sobre la marcha
económica del país, respondiera:
Es cierto o falso que la
llamada Industrialización Minera se realizará sobre la base de la
privatización, total o parcial, de las empresas que conforman las llamadas
industrias básicas de Guayana. Como explícitamente señala el Alcalde Sanz en su
documento.
Los 14 Motores y una vuelta de
tuerca al rentismo depredador
El Motor Minero es, de los “14
Motores para una economía productiva” el que más ha avanzado hasta el momento.
Y muestra el rumbo de conjunto del plan en ejecución. Es derecho de un país y
su pueblo, considerado como Poder Constituyente Originario, decidir,
especialmente, en momentos de profunda crisis, como resolver los graves
problemas que lo agobian.
Sin embargo este plan no
cumple con ninguno de los contenidos de protección del patrimonio nacional, la
protección del trabajo, la salud del medio ambiente nacional y el respeto a la
diversidad cultural de las comunidades originarias contemplado en la
Constitución. En segundo lugar es opuesto por el vértice a los cinco objetivos
históricos del Plan de la Patria, proyecto con el que fue elegido el presidente
Maduro. Y en tercer lugar, se construye a espaldas del pueblo, sin que este
pueda participar del debate necesario y sin que sea protagonista y decisor
sobre su validez y aplicación.
El proyecto viola también el
discurso oficial de eco socialismo, defensa de la soberanía y cuidado del
pueblo. Y va en contra del proclamado viraje a la economía productiva y ruptura
con el rentismo petrolero.
En nuestro artículo, Acuerdo con
Gold Reserve: ¿Cinismo o esquizofrenia?[iv]
Nos preguntábamos, luego de revisar
las noticias sobre este convenio, si la actitud del gobierno sería cinismo o
esquizofrenia. Hoy, el ciudadano Nelson Merentes despeja la incertidumbre, al
menos en lo que a él se refiere, es, sin dudas, cinismo.
05-03-16
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