Leonardo Fernández 03 de abril de 2016
Hace 7
años se inició la persecución política contra Manuel Rosales, un ensañamiento
que ha llevado a nuestro líder a sufrir el exilio, clandestinidad y
encarcelamiento producto de su liderazgo y capacidad para conectar con los
sectores populares.
Su
liderazgo en el Zulia fue indiscutible. Desde su llegada a la gobernación el
régimen perdió constantemente elecciones en la región, eso lo hizo un personaje
incómodo, pero tolerable mientras se mantuviera en el ámbito regional.
En
2006 decide dar un paso al frente por Venezuela e impulsar su candidatura
presidencial. Aquel fue quizás el año más difícil para la oposición,
desarticulada, dividida y sin presencia en las instituciones. Con aquella
candidatura Manuel inició el camino, democrático, pacífico y electoral que nos
llevó años después a ganar la Asamblea Nacional, para estar cada vez más cerca
del cambio.
Durante
la campaña “Atrévete” Rosales se dedicó a caminar los sectores donde los
líderes de la Unidad no entraban por ser “zonas rojas”, pero haber llegado al
corazón de las barriadas, es algo que no perdonan los enchufados, el haberse
atrevido a penetrar en las comunidades más pobres de Venezuela y llevar un
mensaje contra el miedo y la indiferencia, fue considerado por el gobierno su
mayor delito.
Su regreso
al país fue una decisión difícil, muchos le pedían que resguardara su
integridad física y libertad, pero ese anhelo por contribuir al cambio fue
mayor y regresó a su tierra arriesgándolo todo. Para sus detractores, su
retorno fue oportunista o inútil, pero quienes hemos caminado los barrios del
estado Zulia palpamos la esperanza que despertó su regreso, una acción que fue
fundamental para lograr el triunfo en los comicios del 6-D.
Manuel
posee un ascendente popular y una capacidad para entusiasmar a las clases
populares, en contraste con el oficialismo, desarrolló el entendimiento con
todos los estratos de la sociedad tras comprender que son necesarios para
construir un país moderno y próspero, es un demócrata que no cree en el
sectarismo impuesto a los venezolanos durante 17 años, por ello Manuel Rosales
ha logrado liderar sin distingo de clases.
7 años
después de iniciado el intento por destruirlo, política, moral y
espiritualmente Manuel Rosales sigue en las mentes y los corazones de los
venezolanos, en especial de los zulianos. Sin duda alguna, pronto esta etapa de
oscuridad acabará y él será un actor fundamental en la reconstrucción de
Venezuela.
@leofernandezf
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