Existen toda una serie de
teorías sobre el origen del billetazo, la maniobra mediante la cual todo un
pueblo se quedó sin efectivo. Y, a su vez, los horrores que se sucedieron en
Ciudad Bolívar, dicen, fueron consecuencia del billetazo ya que en esa
población la mayor parte de las operaciones se llevaban a cabo con efectivo, no
siendo la mayoría de las personas bancarizadas.
Las teorías son muchas pero
cuando se llega al hueso del asunto no se tiene seguridad de nada. ¿Fue falta
de previsión? ¿Ineficiencia? ¿Pura maldad? Según Aura Palermo, en unas
declaraciones publicadas en La Patilla, según ella, decimos, éste no es un mal
gobierno sino el gobierno del mal.
¿O se tratará más bien de un
asunto de dobles? El primer escritor que trató de la idea de los dobles, los
sosías, los Doppelgänger, fue Plauto (Tito Maccio), dramaturgo latino que nació
alrededor del 250 ac. Tuvo mucho éxito con sus comedias y se pueden hasta
leer por internet. Ha pasado mucho tiempo para que nadie pueda ser acusado de
infringir las leyes de derechos de autor.
Además estas son leyes que
pocos toman en serio. Los escritores se enriquecen luego que sus editores,
libreros y afines ya son millonarios.
Vamos, entonces, a explicar
el billetazo a través de la teoría de los dobles.
Alguien, que pudiera ser el
Presidente del País o el del Banco Central, no decimos que lo sean, decide
mandar a retirar el billete de cien y da solo 72 horas para hacerlo. La gente
entra en pánico, al igual que los negocios, los bancos, los pranes, los
colectivos, los que resguardan nuestras fronteras y todos aquellos que por a o
por z, reciben, almacenan o guardan el vil billete.
En vista del desastre
ocasionado por esta decisión, hay que escurrir el bulto y pasa a tomar
decisiones el doble. En el caso de los dirigentes arriba mencionados el doble
pudiera ser el cuádruple por los volúmenes en cuestión. El doble decide que esa
fue una mala idea y aumenta el plazo para devolver el billete.
Ipso facto, los cajeros, los
bancos y demás entidades implicadas en el canje empiezan a devolver los mismos
billetes porque desde un comienzo nadie entendió cuál sería su destino final.
Pero esa devolución no podía
ser eterna porque entonces quedaría mal el primer emisor de la orden. El doble
no quedaría mal porque su decisión fue realmente subalterna a la primera. Sin
embargo, es el primero que pudiera llegar a ser el doble del doble, no es mala
la idea, y así nadie sería realmente responsable, que deberá decidir qué hacer
si en un futuro cercano, todavía no llega el dinero nuevo.
Cierto es que Ciudad Bolívar
quedó al borde de una guerra civil, no sabemos qué tan al borde, si se
tranquilizará o no, aunque se habla que si siguen matando a chinos se
movilizará Beijing, el Imperio Amarillo, para intervenir en el país y
rescatarlos y quizás hasta vengarse de la afrenta. Y esa afrenta es algo que no
tiene perdón de Dios, si se piensa que son justamente los chinos los que fueron
más diligentes en el aprovisionamiento de la comida.
Dicen que todo lo desataron
dos pranes rivales, y que después de acabar con el 90% de los comercios,
plantas, fábricas, destruyendo todo a su paso, incluso voltearon camiones y
gandolas, y, no contentos, se lanzaron hacia las urbanizaciones para saquear,
oportunidad en que los residentes se armaron con pistolas, machetes y otros
implementos y rechazaron los ataques.
Sin embargo, lo
verdaderamente deleznable fue el ataque a nuestra moneda. Es algo que CAP, con
toda razón, hubiera llamado un autosuicidio.
29-12-16
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