MUD 26 de mayo de 2017
@unidadvenezuela
El
presidente de la Asamblea Nacional, diputado Julio Borges informó que este
viernes que fue consignado un documento dirigido a la Fuerza Armada Nacional
(FAN) con el que se busca “sacudir la conciencia” de sus integrantes.
“Que
la FAN entienda lo siguiente: el plan de Maduro es destruir a la FAN… Es el
momento de que la FAN se deslinde de la violencia y que los delitos que se
están cometiendo (contra manifestantes) sean rechazados… Solo le estamos
pidiendo que contribuyan desde su posición a que se respete la Constitución”,
dijo.
Constituyente
“ilegal” busca cambiar estructura de la República sin consultar a venezolanos
Así
mismo se pronunció respecto a la Asamblea Nacional Constituyente que pretende
imponer el primer mandatario nacional, Nicolás Maduro y expresó que con ella se
pretende cambiar la estructura de la República, sin consultar a los
venezolanos.
“Pretenden
cambiar la Constitución y la estructura de la República sin consultar al pueblo
como lo establece la Constitución… Con la Constituyente, Maduro va a destruir a
la FA e instaurar un ejército como el de Cuba”, dijo.
Advirtió
que el Gobierno Nacional dirá que este llamado es un golpe de Estado. “No es
cierto. Estamos llamando al respeto de la CRBV y de los DDHH”.
Por
último Borges invitó a los venezolanos a atender la convocatoria que realizó la
Unidad Democrática en rechazo a los 10 años del cierre de RCTV.
“Mañana
se cumplen 10 años del cierre de RCTV y por eso tomamos la fecha como un hito.
En la plaza Alfredo Sadel será la actividad”, finalizó.
A
continuación lea el contenido completo de la carta consignada a la Fuerza
Armada:
“MENSAJE
DEL PUEBLO VENEZOLANO A SU FUERZA ARMADA NACIONAL
Estimados
hermanos de uniforme:
Hoy
Venezuela vive la mayor tragedia social de su historia republicana. El país más
rico del planeta en recursos naturales, se ha convertido en el de la población
más pobre en ingresos del continente. La que ayer fue la envidia de todos los
países de la Tierra, hoy es una nación que hace inmensas colas para conseguir
los pocos alimentos que puede adquirir, y donde cada vez más venezolanos hurgan
en la basura restos de comida para medianamente subsistir. El nuestro es hoy un
país desolado, donde campea la miseria, el caos y el sufrimiento colectivo ante
la ausencia de alimentos, medicinas, seguridad y paz. El paisaje más común hoy
en nuestra Venezuela es el de las madres llorando a sus hijos arrebatados
tempranamente por el hampa o la represión, el de los padres angustiados
buscando desesperadamente cómo llevar algo que comer para sus familias, el de
muchachos buscando huir de un país al que le robaron su futuro, o el de
nuestros enfermos muriendo por falta de medicinas.
Este
drama social ocurre simultáneamente con el enriquecimiento obsceno y acelerado
del grupo de privilegiados que hoy nos gobierna. El país vive los índices de
desigualdad social y de concentración de la riqueza en pocas manos más elevados
de los últimos 20 años. Hay unos pocos que se están enriqueciendo groseramente
a costa del empobrecimiento y dolor de la mayoría de los venezolanos. El
régimen de Nicolás Maduro no sólo es masivamente empobrecedor sino
estructuralmente injusto. Además de cruel máquina de pobres, es un instrumento
de generación acelerada de injusticia y desigualdad.
Para
el gobierno de Maduro, Venezuela es un botín y gobernar es un gran negocio. Ese
lucrativo negocio debe ser resguardado y defendido, y por esa razón ordenan
reprimir con furia a quienes claman por un orden distinto, que sea más justo
para todos. Es por ello que necesitan usar a una Fuerza Armada que les sirva de
defensa de sus privilegios y de sus fortunas mal habidas. Hoy, en nombre del
sufrido pueblo venezolano, del cual ustedes y sus familias también son parte,
les pedimos que no se sigan prestando a ese triste papel de guardaespaldas de
una putrefacta y corrupta oligarquía.
Los
venezolanos, hartos de sufrimiento y de burla, hemos decidido cambiar. Y
hablamos del gran pueblo venezolano, porque esta lucha no es de un grupo
político contra otro. Hoy la realidad es que somos una sola familia, un solo
país que rechaza y se opone a un grupito que se quiere quedar en el poder aún a
costa de la destrucción del país. Pero, para lograr su objetivo, ese grupito de
privilegiados los necesita a ustedes, nuestros hermanos de uniforme. A ustedes,
que viven el mismo caos y la misma corrupción que vivimos todos, a ustedes
soldados que también sufren en sus casas los azotes de la escasez y el hampa, y
que en los cuarteles padecen el drama de la alimentación deficiente, del
apresto operacional destruido, del pésimo estado de las instalaciones, de la
seguridad social indigna, y de la manipulación política de quienes los usan
para proteger sus intereses.
En el
colmo de sus apetitos de poder y riqueza, el grupito de privilegiados ha
inventado ahora un mecanismo perverso y corrupto para escapar de la soberanía
popular. El miedo al pueblo le ha llevado a tramar un disfraz fraudulento de
supuesta “constituyente”, con el cual pretende cambiar la Constitución y la
estructura de la República sin consultar previamente al pueblo si autoriza a
que eso se haga. Frente a este nuevo golpe de estado, Venezuela entera se ha
puesto de pie. Pero el régimen, ya solo y sin pueblo, confía que la Fuerza
Armada Nacional le ayudará en esta aventura inconstitucional, prestándose para
reprimir y para impedir las demandas de todo un país en defensa de su
Constitución.
Los
venezolanos queremos enviar este mensaje a nuestros hermanos de la familia
militar. Ustedes hicieron un juramento sagrado ante la Constitución Nacional.
Esa Constitución Nacional, que ustedes juraron obedecer, dice clara y
explícitamente:
La
Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional,
sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la
independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio
geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del
orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional. En el
cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en
ningún caso al de persona o parcialidad política alguna.” (Artículo 328)
Ustedes
juraron ser los guardianes de la Constitución que nos dimos todos los
venezolanos. Hoy esa Constitución está siendo amenazada por un grupito para
quien ella es un estorbo a sus planes. Llegó la hora que sean fieles a su
juramento. No permitan que en vez de ser vistos como los dignos herederos del
Libertador Simón Bolívar, la historia los recuerde como los esbirros de la
dictadura de Nicolás Maduro.
No están
obligados, ni moral ni constitucionalmente, a obedecer órdenes criminales.
Recuerden también lo establecido en el artículo 25 de nuestra Carta Magna:
“Todo
acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos
garantizados por esta Constitución y la ley es nulo, y los funcionarios
públicos y funcionarias públicas que lo ordenen o ejecuten incurren en
responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos, sin que les
sirvan de excusa órdenes superiores”.
En
este sentido, merece un consideración especial el caso de la Guardia Nacional
Bolivariana, responsable principal y directa de la salvaje represión que ha
sufrido nuestro pueblo durante los últimos dos meses, y que ha provocado un
indignante saldo de venezolanos heridos y asesinados. Ya el Ministerio Publico
ha señalado la participación y responsabilidad de la Guardia Nacional
Bolivariana en algunos de estos hechos. Es el momento que los sectores honestos
e institucionales de la Fuerza Armada se deslinden de aquellos que están
incurriendo en violencia criminal y delitos de terrorismo de Estado contra
nuestro pueblo, y que manchan de sangre inocente las insignias y valores de
toda la familia militar. No olvidemos la suprema advertencia de nuestro
Libertador: “Maldito el soldado que apunta las armas de la Republica contra su
propio pueblo”.
Los
venezolanos lo hemos dicho repetidas veces: que cumplan con su juramento no
constituye un llamado a la rebelión ni a la sublevación. La paz de Venezuela
está en grave peligro. Sólo les pedimos que contribuyan, desde su posición, a
que se respete la Constitución y a que el pueblo pueda tener la posibilidad de
expresarse en elecciones libres, universales y directas, como única forma
pacífica de resolver esta trágica crisis.
La
Fuerza Armada debe saber que el país la quiere fuerte, constitucional, sin
afiliación partidista, querida y respetada por todos, y no humillada y usada
por un grupo que no les importa ni el futuro ni la reputación de la familia
militar con tal de proteger sus beneficios. Esta lucha también es por ustedes.
Les
pedimos a nuestros hermanos de la Fuerza Armada Nacional que no se presten a la
represión y al peligroso juego inconstitucional de un régimen corrupto y sin
pueblo. Vean lo que está pasando en las calles. Nadie puede contra las demandas
de cambio de un pueblo decidido. Cuando un país se decide a cambiar, no hay
fuerza que pueda detenerlo. Les invitamos a abrir sus ojos y sus corazones, e
incorporarse a la gran fuerza popular que ansía para Venezuela un cambio
político que no sólo es indetenible sino inminente.”
MUD
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