Criada en uno de los barrios
más grandes del oeste de Caracas, hija de madre manicurista y padre vendedor;
graduada en la UCV como Licenciada en Estudios Internacionales, Marialbert
Barrios tenía 25 años de edad para el día de su postulación. Es la diputada más
joven jamás electa en Venezuela
Son las 12:27 de la madrugada
del lunes 7 de diciembre de 2015 y Marialbert Barrios Slother está
igual que todo el país: pegada a la pantalla del televisor. La presidenta
del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena tartamudea, da
rodeos, alarga los agradecimientos más de lo necesario, anuncia primero a los
perdedores, se enfoca en los cargos no adjudicables. Finalmente lo dice: “El
Partido Socialista Unido de Venezuela tiene 24 representantes nominales y en la
modalidad lista 22, para un total de 46 diputados. El partido MUD, en la
modalidad nominal 72 diputados, en la modalidad lista 27, para un total de 99”.
Marialbert está en Catia, en
casa de una voluntaria de su partido, Primero Justicia, con los ojos hinchados
de llanto, sorpresa y satisfacción. “Yo sabía los resultados desde las 7 de la
noche. Ya nuestros miembros de mesa y testigos nos habían pasado los números,
pero yo no lo podía creer. No lo quería creer. Me fumé tres cajas de
cigarrillos esa noche. A las 9 de la noche Tomás Guanipa me llamó y
me dijo ‘¿qué haces que no estás celebrando?’ Entonces arranqué a llorar. Lloré
por tres horas seguidas. Hasta que Lucena dio los resultados”.
Y es que Marialbert, o “la
negra”, como le dicen sus colegas diputados, sus amigos, su familia, enraizada
en el barrio El Guarataro, y sus compañeros de la UCV, se
estrenó en la política venezolana con uno de los triunfos más inverosímiles de
las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2015.
Ella y su compañero de fórmula
en el Circuito 1 del Distrito Capital —el avezado dirigente comunitario de
Voluntad Popular Jesús Abreu— les sacaron más de 35.000 votos de ventaja en las
tres parroquias que integran dicho circuito a los directivos
del Psuv y altos cargos del Gobierno Freddy Bernal y Ernesto
Villegas. El Junquito, La Pastora y Catia fueron zonas de Caracas
radical e históricamente oficialistas desde 1999 hasta ese día.
Ella y su compañero de fórmula
en el Circuito 1 del Distrito Capital sacaron 35.000 votos de ventaja | Foto:
Maru Morales
Las llaves eran
Abreu-Marialbert, por la Mesa de la Unidad, y Villegas-Bernal. Por eso ella
asume su victoria como un triunfo personal sobre Bernal, aunque confiesa que
nunca hizo campaña en su contra: “Mi mensaje siempre fue de optimismo. Yo tenia
claro que si quería ganarme el apoyo de la gente no podía hacerlo removiendo
heridas”.
Un resultado difícil de creer,
porque el ascendiente de Bernal en Caracas estaba más que comprobado: conoce la
capital como ninguno, ya que fue funcionario de la Policía Metropolitana y
director del Comando Especial Táctico de Apoyo (el temido grupo Ceta de la
Policía Metropolitana), fue constituyente por Caracas en 1999, alcalde de
Caracas entre 2000 y 2008 y diputado por Caracas entre 2011 y 2015 por el mismo
Circuito 1. Ello sin contar otros cargos directivos que ocupó durante el
gobierno de Hugo Chávez y los que aún ocupa en el de Nicolás Maduro.
Marialbert, en cambio,
solo era una muchacha crecida en uno de los barrios más grandes del oeste de Caracas,
hija de madre manicurista y padre vendedor; de abuelos trinitarios y graduada
en la UCV como Licenciada en Estudios Internacionales, con 25 años de edad para
el día de su postulación. Su experiencia política era incipiente: dos campañas
electorales dentro de la UCV, coordinadora de giras en otras dos campañas de
candidatos a diputados de PJ, y parte del equipo de giras de campaña de campaña
de Henrique Capriles: “La mejor experiencia de mi vida”, dice. En 2015,
antes de ser nominada candidata, su trabajo era coordinar las giras de Tomás
Guanipa, el diputado maracucho de PJ que aspiraba a la reelección, pero esta
vez por Caracas.
Marialbert nació en noviembre
de 1990. Creció en un hogar humilde, trabajador, esencialmente chavista y
rodeada de tíos, algunos perseguidos durante la democracia. Julio Barrios, su
padre, se encontraba entre los caraqueños que el 11, 12 y 13 de abril de 2002
salieron a Miraflores a defender la revolución y exigir la restitución de Hugo
Chávez en el poder. “Hoy en día –aclara ella– es un opositor acérrimo de esta
dictadura, pero yo crecí en un hogar muy nacionalista, en gran parte por mi
papá. La política y los temas del debate nunca me fueron ajenos. De eso se
hablaba en mi casa todo el tiempo”.
Su primera marcha no fue de la
oposición, sino del chavismo, siendo una niñita: “Yo no decía que quería ir a
una marcha: ¡me llevaban! Cuando Chávez ganó yo tenía 8 años; fuimos a todos
sus mítines. También fuimos a uno de Irene Sáez, y a uno de Salas Römer, pero
lo de Chávez era una alegría que te contagiaba. Mi primera marcha fue de la
Rinconada a la Avenida Bolívar”.
Cuando entró en la Escuela de
Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela tenía apenas 16
años. De inmediato se conectó con el activismo estudiantil, pero desde la acera
de enfrente a la de su padre, pues el discurso y la oferta del chavismo nunca
la convencieron. Se vinculó con UNT, con AD y con Primero Justicia, considerándose
a sí misma como una reformista del movimiento estudiantil de este último
partido.
Se incorporó al centro de
estudiantes de su escuela, luego fue consejera de escuela y consejera de
facultad. Hizo campaña por Diego Scharifker a la presidencia de la FCU en 2009,
y luego en 2010 trabajó por su sucesor, Juan Requesens. El 31 de diciembre de
ese año lo pasó en una protesta pacífica en el rectorado de la UCV para exigir
un presupuesto justo. Para 2011, Marialbert llevaba la misma vida que
muchos jóvenes venezolanos: estudiaba, trabajaba y protestaba.
“En 2011, 2012 y 2013, cuando trabajé con
Capriles en sus giras, yo no supe lo que era un cumpleaños, un día del
padre o un día de la madre. Era toda la pasión y el amor para recorrer al país.
Cuando Capriles no ganó fue malísimo, fue un despecho. Una ilusión rota por una
realidad: Chávez seguía ganando”, confiesa en una de las entrevistas para esta
nota, sentada sobre una tanquilla de la Cantv en la plaza descubierta del
rectorado de la UCV.
De inmediato Marialbert habla
de la importancia de la defensa del voto, y advierte que la firmeza de los
testigos y miembros de mesa entre 2012-2013 y 2015 marcó la diferencia: “El
asunto del fraude va encadenado al amedrentamiento de la defensa del voto. En
Catia, en 2013, me decían que en los centros de votación llegaban los
colectivos armados y le ponían no sé qué cosa en la mesa a la gente y les
decían ‘fuera de aquí’. La defensa del voto fue fundamental en la victoria de
2015”.
Hoy en día ella no vive
en El Guarataro, sino “en el este” de Caracas, pero su conexión con los
problemas sociales y las necesidades de la gente se mantiene intacta.
¿Pero cómo esta muchacha
vestida de bluyín, con zapatos de suela, sin medias, camisa de algodón, cabello
largo y anteojos, logró imponerse a Bernal en 98 de los 182 centros de votación
del Circuito 1 del Distrito Capital?
“Estuvo en el momento adecuado
en el lugar adecuado. Además, ella es muy terca”, responde su amigo y diputado
de la oposición por el Táchira, Juan Requesens, desde su curul en el
Parlamento.
“Varias personas me habían
dicho que me iban a postular, pero yo no me lo creía. Hasta que llegó el día en
que la Unidad presentó las candidaturas y estaba mi nombre”, recuerda ella.
Ese “estar en el momento y
lugar adecuado”, en el caso de Marialbert, fue una suma de varios factores: en
parte, la decisión del directorio del CNE que obligaba a los partidos a
postular al menos 40% de mujeres –Carmelo Zambrano, también de PJ, le tuvo que
ceder la candidatura a ella–; en parte, el creciente descontento que penetró en
todos los estratos sociales frente a la escasez de alimentos y medicinas; en
parte el declive del chavismo luego de 16 años en el poder; en parte la
determinación de los testigos a defender cada voto. Pero todo ello, sin la terquedad
que mencionara Requesens probablemente no habría obtenido ese resultado.
“El 10 de octubre de 2015 me
dicen que el candidato Freddy Bernal tenía 10 puntos por encima en las
encuestas. A mi jefe de campaña se le aguaron los ojos. Pero yo le dije ‘dame
tres motos’; llené mi morral de volantes y junto a dos de mis amigos,
integrantes de mi equipo de campaña, me paré en todas las estaciones del Metro,
en todas las paradas de autobús en Catia, El Junquito y La Pastora. Seis de la
mañana: ‘esta soy yo, este es el cambio, somos el futuro, no me voy a olvidar
de ustedes, mi propuesta es que la voz de ustedes sea escuchada’. Un discurso
en menos de un minuto. Tenía que irme rápido porque si se activaban los
colectivos, perdía yo. Gracias a Dios no he tenido que toparme con ellos”.
Y la estrategia ayudó: al
final de las cuentas del 6D, Marialbert le ganó a Bernal hasta en el icónico
colegio donde votaba Chávez y vota Maduro, el Manuel Antonio Caro, de
Catia, con una ventaja de 500 votos.
Marialbert no se siente cómoda
con el protocolo en el trato que implica su investidura. Es una diputada de la
República Bolivariana de Venezuela, es vicepresidente de la comisión de
Política Exterior del Parlamento y una de las representantes de Venezuela ante
el Parlasur. Pero también es una muchacha de tan solo 27 años, 26 cuando fue
juramentada en el Hemiciclo de Sesiones del Palacio Federal. La diputada más
joven de la oposición, la diputada mujer más joven jamás electa en Venezuela.
Ella prefiere que la traten de “tú” y no de “usted”.
“La negra es dicharachera,
coloquial, echada para adelante, guerrera. Es como uno. Yo la quiero mucho, no
solo porque es una extraordinaria persona, sino porque le mete mucho empuje a
lo que hace. Siempre está dispuesta a aprender. Aquí, en la AN, es la
protegida, la más chiquita, todos la ayudamos como sea. Ella llegó al
Parlamento de carambola, nadie se imaginaba que iba a ganar Catia, es la
verdad. Le ha tocado aprender muy rápido y lo ha hecho muy bien”, agrega
Requesens.
En los días de abril y mayo de
2017, Venezuela está convulsionada y la voz cantante en las protestas contra
las medidas antidemocráticas aplicadas por Nicolás Maduro la llevan los
diputados de la oposición. Marchas tres veces por semana, sesiones del
Parlamento por lo menos una vez a la semana, asambleas ciudadanas una vez a la
semana.
Su exposición mediática no ha
sido tan alta como la de otros parlamentarios; sin embargo, el 15 de abril el
ministro del Interior Néstor Reverol la acusó a ella y a Tomás
Guanipa y José Guerra de ser “financistas del terrorismo en Caracas”. Para
Guerra es muy sencillo de explicar: “Nos están cobrando la revolcada que les
dimos el 6D”. Ella es enfática: “Yo no tengo nada que temer, porque no debo
nada. Yo crecí en las calles de Caracas, conozco los índices de inseguridad,
soy testigo de la crisis alimentaria y el caos del sistema de salud de este
país ¿Qué voy a temer por conocer la verdad de mi país? Todos queremos que
Venezuela sea un país de inclusión, de paz, donde las instituciones no estén al
servicio de partidos sino de la gente”.
El 6 de mayo encabezó la
marcha de las mujeres que exigían el cese de la represión en Caracas | Foto:
Maru Morales
En medio de las protestas, las
marchas, las ruedas de prensa y el trabajo parlamentario, Marialbert encuentra
tiempo para, por ejemplo, acudir a la graduación de uno de sus mejores amigos
de la Escuela de Estudios Internacionales en la UCV, quien por cierto subió a
recibir su diploma con muletas, pues fue herido por un impacto de bomba
lacrimógena en una pierna en una de las marchas antigubernamentales de abril.
Se abrazan, se besan, intercambian bromas. Están felices de verse.
Requesens afirma que
Marialbert tiene conciencia de poder, pero sabe que debe esperar su momento. No
en vano sus referencias de liderazgo son Winston Churchill, Ángela Merkel,
Rómulo Betancourt y Henrique Capriles.
De Churchill dice: “No he
leído su biografía, pero cada vez que me desenfoco o me pongo a preguntar cosas
que no tengo que estar preguntando, me lo citan a él y es mi cable a tierra”.
La admiración por la líder
alemana, Ángela Merkel, le viene de la universidad, cuando siendo parte del
Modelo Universitario de Naciones Unidas, tuvo oportunidad de viajar a Alemania
a representar a Venezuela como parte de la delegación de la UCV. “Conocimos la
casa de Merkel y ¿sabes dónde vive? ¡En un apartamento en Berlín! Nada
suntuoso, nada ostentoso. Ella es mi ejemplo a seguir de una mujer en política:
no pierdes la feminidad, pero tienes que saber cómo jugarte los roles en este
espacio tan rudo como es la política, y más aún, la política nacional”.
Afirma que sin duda Betancourt
es una referencia obligada por su rol protagónico en la construcción de la
democracia en Venezuela y su visión de país. Sobre Capriles sostiene: “Es mi
referencia de político del siglo XXI. Es un chamo. Yo lo conocí en sus 30 y ya
anda por los 45 y sigue siendo un chamo. Cuando gané y nos juramentaron me dio
un consejo, me dijo ‘Mari, saluda a todos los trabajadores, dales seguridad, sé
solidaria con ellos, que ellos entiendan que llegamos aquí no para despedirlos
sino para trabajar con ellos”.
“Mis papás y mi familia me
dieron todo siempre. Me criaron de la calle El Martillo para afuera, para el
Este. No permitían que me relacionara, que tuviera amigos ahí, porque su
principal temor era que yo saliera como mi vecina, con una barriga”.
La calle El Martillo es la que
conecta la avenida San Martín con la calle José Ángel Lamas de El Guarataro.
Esto es en la parroquia San Juan de Caracas. Justo a mitad del camino entre las
estaciones del Metro Maternidad y Capuchinos.
“Mi mamá sí se crió en El
Guarataro, cerro adentro. Mi abuela es inmigrante de Trinidad y Tobago; mi
abuelo la dejó aquí en Venezuela y no volvió. La infancia de mi mamá está muy
marcada por el drama de la vida del barrio. Y eso de alguna forma me lo
transmitió a mí, mi sensibilidad por lo social viene de ella. Yo tenía un
vecino al que yo le daba tareas dirigidas, íbamos a la misma escuela,
estudiábamos en el mismo salón de clases. Hoy él tiene tres muchachos sin tener
profesión o trabajo estable y yo estoy aquí donde estoy. Eso te hace ver la
realidad de las personas que crecen en el barrio y la influencia de la familia
y la escuela”.
Recuerda con cariño a tres
maestros de la primaria y el Colegio San Martín, a unas cuantas cuadras de
su casa, administrado por Hermanos Dominicos: “El profesor de matemáticas,
Esteban; la de historia universal, Carmen Susana y la de Castellano, Maribel.
Inolvidables para mí. Lidia Heredia, la directora, me enseñó valores que me
marcaron el resto de mi vida: disciplina, ser educado, y seguir las normas”.
De mamá manicurista y de papá
vendedor, vivió lo mismo que viven muchas familias venezolanas: el divorcio de
los padres, la emigración de los hermanos, la crianza en manos de los tíos.
“Crecí con mis seis tíos. Los
dos mayores pertenecieron a la guerrilla urbana, militaron en el Partido
Comunista. Al mayor, José, lo fue a buscar alguna vez la policía en la casa. Y
a mi tía Edilia se la llevaron detenida por lanzar unos panfletos. Luego
mis tías Vilma y Yajaira, y por último tía Milagros, que fue con la que me
crié. Todos chavistas en un comienzo, ahora desencantados”.
Del divorcio de los padres le
quedó una lección: “que en las cosas del amor no hay leyes”; una madrastra,
Carmen, a la que quiere mucho; y el ejemplo de sus padres: “De mi mamá, la
constancia, la exigencia a mí misma. De papá, la tolerancia”.
Los mejores amigos de
Marialbert, al igual que los mejores amigos de muchísimos venezolanos, ya no
están en el país o están pensando irse. “De la universidad son mis amigos del
alma; ninguno está aquí. De la campaña de Capriles son los que se convirtieron
en mis hermanos de vida. Tampoco están. Hoy nació el hijo de uno de ellos,
Lugo, con el que hice gira y estoy particularmente triste y quebrada por no
poder estar con él… Dios te pone donde te tiene que poner”, confiesa con los
ojos cargados de lágrimas en una de las conversaciones para esta entrevista,
realizada sin mayores arreglos en el palco de prensa del Hemiciclo Protocolar
de la AN.
Pero la ausencia de los
amigos, del padre y de la hermana mayor, todos en el exterior, la llena con su
madre, su hermano menor y con sus “22 mamás” de Catia, El Junquito y La
Pastora. “A ellos acudo cuando estoy triste”.
Tener una familia propia no es
su prioridad en este momento. Requesens dice que Marialbert es pretenciosa, y
ella lo reafirma: “Pretendientes no me faltan, modestia aparte, pero no pienso
en la familia. La vida y la moral de uno tienen que estar depositadas en la
lucha que estamos dando. No puedes irte a una fiesta, a cenar o a vivir como si
aquí no pasara nada. Aquí se dio un golpe de Estado, como el del 4 de febrero
de 1992, el peo está prendido, pero este Gobierno no sale por el peo nada más,
tenemos que ser constantes, firmes hasta lograr el cambio”.
Algo de su actividad
parlamentaria
El 15 de mayo estuvo presente
en el gran Plantón Nacional convocado por la oposición | Foto: Maru Morales
En 2016 se incorporó a la
comisión de Poder Popular y Medios de Comunicación y participó activamente en
las discusiones para la reforma de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones.
También formó parte de la comisión mixta para la elaboración de una ley de
acceso a la información pública, instancia que aún no ha culminado su cometido.
En la sesión especial por el Día de la Mujer, en marzo de 2016, compartió el
derecho de palabra con otras siete representantes de la mujer venezolana. Fue
designada como integrante de la delegación venezolana ante el Parlasur y en esa
condición le tocó formar parte de la delegación que en septiembre del año
pasado se reunió con el viceministro de Defensa alemán, Ralf Brauksiepe, en
Costa Rica, para conversar sobre la crisis económica y el estatus del
revocatorio.
En enero de 2017 fue
secretaria accidental de la sesión de instalación de la AN. Participó en la
capilla ardiente en honor al político y diputado Octavio Lepage. Fue designada
vicepresidenta de la comisión de Política Exterior, Soberanía e Integración. Ha
ejercido derechos de palabra en los debates en plenaria sobre el Día
Internacional en Conmemoración de las víctimas del Holocausto y sobre el
Acuerdo con motivo del 51º aniversario del Acuerdo de Ginebra. Asimismo ha
participado en los foros “Clap es corrupción”; “Desarrollo sostenible con
perspectiva de género”; “Carta Interamericana y el rescate de la Democracia” y
“Carta Democrática Interamericana, Estado de Derecho y Elecciones”.
El 7 de marzo participó en una
reunión de la junta directiva con los congresistas italianos Manlio Di Stefano,
Ornella Bertorotta y Vito Petrocelli, quienes visitaron Caracas. El 25 de abril
y el 12 de mayo participó en reuniones del Parlasur, realizadas en Asunción,
Paraguay, donde denunció la violación de la inmunidad contra varios diputados y
la crisis institucional y política de Venezuela.
Marialbert Barrios también ha
estado al frente de las protestas iniciadas en abril. De hecho, el 1º de abril
fue una de las primeras afectadas por la represión con gases lacrimógenos por
encontrarse en la primera línea de la manifestación contra las sentencias 155 y
156 del TSJ; el 7 de abril participó en la clausura simbólica de la Defensoría
del Pueblo; el 29 de abril acompañó al movimiento estudiantil en la vigilia por
los caídos realizada en la plaza Bolívar de Chacao. El 5 de mayo participó en
el despliegue de una pancarta gigante en la sede administrativa de la AN, donde
se leía la frase “Maduro dictador”. El 6 de mayo encabezó la marcha de las
mujeres que exigían el cese de la represión en Caracas. El 15 de mayo estuvo
presente en el gran Plantón Nacional convocado por la oposición.
Los números del 6D (fuente
CNE)
En 2016 se incorporó a la
comisión de Poder Popular y Medios de Comunicación de la AN | Foto: Maru
Morales
Circuito 1, Distrito Capital,
votos totales:
Marialbert Barrios 154.876
votos
Freddy Bernal 118.201 votos
Circuito 1, Distrito Capital,
Parroquia Sucre (Catia)
Marialbert Barrios 105.810
votos
Freddy Bernal 89.739 votos
Circuito 1, Distrito Capital,
Parroquia El Junquito
Marialbert Barrios 18.814
votos
Freddy Bernal 10.685 votos
Circuito 1, Distrito Capital,
Parroquia La Pastora
Marialbert Barrios 30.252
votos
Freddy Bernal 17.777 votos
De 44 centros de votación
ubicados en La Pastora, Marialbert derrotó a Bernal en 36.
De 28 centros ubicados en El
Junquito, la Internacionalista se impuso al ex alcalde en 16.
De 182 centros electorales
ubicados en Catia, la muchacha de El Guarataro venció al expolicía en 98.
28-05-17
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