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jueves, 31 de agosto de 2017

Cinco visiones a la crisis nacional: todos los sectores dependen de un cambio político por @LUUSALOMON


Por Luisa Salomón


El cambio político es la llave para mejorar la crisis que afecta a diversos sectores del país, pues todas las propuestas de especialistas en estas áreas requieren de un gobierno interesado en implementar reformas

En una mañana movida por un inesperado temblor entre Vargas y Caracas, en los espacios de la parroquia de la Universidad Central de Venezuela especialistas en cinco áreas ofrecieron sus perspectivas sobre la crisis que atraviesa el país y sus posibles soluciones.

Con el nombre de "Propuestas para salvar a Venezuela" fue bautizado el evento, organizado por el portal Crónica Uno, durante el cual se analizó la situación nacional en las áreas educación, política, salud, seguridad y economía, y fueron expuestos varios planteamientos para tratar de rescatar a la nación de la crisis.

Aunque el análisis se realizó en diferentes áreas, las ponencias de los invitados llegaron todas a la misma conclusión: el cambio político es necesario para poder encontrar cualquier solución.

Educar para la convivencia: "Desaprender la guerra"

En el área educativa, la profesora Luisa Pernalete señaló que el país necesita una educación que, entre otras cosas, se enfoque en la preparación para la convivencia y la armonía.

La educación para la convivencia implica enseñar habilidades sociales, hacer frente a la cultura de la violencia y reconstruir el tejido de la sociedad. Esto lleva la enseñanza de educación emocional -"saber pedir perdón, saber disculpar, saber alabar"-, con los demás y con uno mismo.

"En este país la violencia se ha vuelto cultura y no hablo solamente de la inseguridad, que es parte de la violencia; hablo del maltrato, hablo de las muertes tempranas, hablo de niños de camisa blanca que han visto cadáveres", explicó Pernalete.



El sistema educativo debe también incluir otros enfoques: enseñar a valorar las normas, involucrar a los padres en la educación junto a los maestros, quienes a su vez deben reinventarse y reeducarse. Esto también debe contemplar la reforma de las escuelas de educación y lograr la medición de calidad del sistema para poder identificar fallas y mejorarlo.

"El Gobierno no quiere aplicar ningún examen. Tenemos que medirnos", señaló.

También afirmó que es necesario reconstruir el tejido social, que los niños y adolescentes aprendan a agruparse, que tengan sentido de futuro y planes de vida: "Si no hay presente para los niños y adolescentes, no hay futuro".

La planificación es otro aspecto a trabajar en esta área. "En educación no se puede estar cambiando de un día para otro el horario, el calendario. Nosotros trabajamos con niños y adolescentes quienes a su vez tienen familia. Cómo es posible que en 15 días ya han tirado dos días diferentes para empezar clases", preguntó. Asimismo, criticó que se suspendan las actividades cuando hay elecciones, pues los derechos no deben competir, y según la legislación venezolana el interés de los niños y adolescentes debe ser prioritario.


Todo, considera, pasa por un cambio político o de concepción de gobierno para que se atienda y valore la labor educativa. Sin embargo, se debe seguir trabajando en el corto plazo en soluciones, porque los niños no pueden esperar.

"Mientras llegue ese cambio político nosotros tenemos un niño y un adolescente que tenemos que atender y no podemos esperar que se nos pase la infancia (...) hay que organizarse desde abajo y exigir arriba lo que haya que exigir, con este Gobierno y con el que venga", afirmó.

Una crisis de salud que sí tiene remedio

Carlos Walter, del Centro de Estudios del Desarrollo de la UCV, centró su exposición en que cualquier análisis sobre la crisis queda corto si no se hace desde un enfoque intersectorial. Es decir, buscar soluciones que sean viables e implementables.

"No es posible una solución si no se produce otro tipo de cambio en el país", dijo.

Como ejemplos, señaló las cifras de mortalidad materna e infantil en los últimos años, cuya curva aumenta considerablemente desde 2013. Además, el crecimiento de los casos de malaria (que en 2016 registraron 240.637, 76% por encima de 2015). Estos casos, señaló, demuestran que la situación es grave en el sector, pero no recibe atención del Gobierno.


Con un cambio de gobierno, de régimen y de modelo económico, afirmó, podrán venir cambios en las políticas de salud. Esto pudiera llevar a medidas que contribuyan con mejorar al país, pues aunque la crisis es profunda, puede solucionarse.

"Lo importante es que tengamos presente que si se toman decisiones, sobretodo si se toman decisiones en el marco de lo que hemos venido insistiendo, de un cambio de gobierno y de régimen, esta situación es posible recuperarla. Y no solo es posible..., esa situación la recuperaremos", afirmó.

"Para recuperar este país tenemos que recuperarlo todo, y todos somos necesarios", agregó.

De hecho, señaló, en el sector salud ya hay debates en las academias sobre cómo proceder con los médicos integrales comunitarios una vez que cambie el gobierno.

Ya no es recesión sino depresión económica

Henkel García, economista y director de Econométrica, planteó que actualmente Venezuela tiene un gobierno en el que el bienestar de la población no ha sido, ni es, la prioridad. En este sentido, hay un grupo que "busca crear una red clientelar" que buscaba mantenerse con populismo y ahora, a falta de él, pasa a un "modelo de control social policial".

García señaló que el problema en el caso venezolano es que el sistema "entrampa", pues sus reglas de juego promueven incentivos que pueden ser perversos, como el control de cambio, una institución que solo ofrece beneficios a un grupo reducido en detrimento de la mayoría de la población.

"Lo que tenemos es una combinación del desmontaje de instituciones y la imposición de instituciones, pero que son extractivas", señaló.


Ante este panorama, García propone principalmente desconcentrar el poder político y otras opciones que pudieran ayudar a cambiar el sistema, como eliminar la reelección indefinida, avanzar en la descentralización y revisar el financiamiento a partidos políticos, por ejemplo. 

Otros planteamientos: desmontar el Estado patrimonialista, promover una reforma profunda del sistema judicial, el respeto a las reglas de chequeo y balance, brindar seguridad al derecho de propiedad, respeto a las reglas fiscales y monetarias, independencia del Banco Central de Venezuela y la instauración de fondos de estabilización intergeneracionales.

Resaltó la necesidad de un pacto social en el que participen todos los sectores para lograr un mínimo de armonía social y política, que requiere el país con urgencia.

"Lo que hay que hacer es cumplir la Constitución"

La presentación del dirigente Ramón Guillermo Aveledo, primer secretario Ejecutivo de la MUD, fue una de las más esperadas -y con más preguntas- del foro. No podía ser de otro modo, considerando que la dimensión política fue justamente motivo de discusión en todos los aspectos.

La armonía social, explicó Aveledo, es la principal cuestión que debe interesar al Estado y a los ciudadanos. Para ello hace falta equilibrio, normativas.

Solucionar la crisis política "no es una receta", pero sí existe la guía para mejorar la situación y ella está en la Constitución.

"No hay Constitución perfecta, y esta no lo es (...) pero con esta, con tal que sea aplicada, con tal que sea cumplida, creo que podemos convivir todos", señaló.


"Los problemas nuestros han crecido tanto que tienen la inmensa ventaja de que nos afectan a todos", señaló, pues el modelo político y económico actual solo ha dejado pocos ganadores, por lo que una reforma definitivamente beneficiaría a la mayoría del país.

Señaló que en su historia Venezuela ha tenido 26 constituciones, porque cada vez que hay problemas con el cumplimiento de la Carta Magna se decide modificarla, en lugar de enfocarse en que sea cumplida.

Separación de poderes, independencia del BCV, respeto a los derechos humanos, descentralización. Todas estas necesidades están contempladas en la Constitución. El problema no es falta de normas sino que estas no se cumplen.

"Somos según la Constitución una democracia participativa y protagónica, entonces el asunto es que estas cosas se cumplan, que haya un pacto verdadero en torno a eso", sentenció.

Para atender la inseguridad es necesario un cambio de poder

Luis Izquiel, criminólogo y abogado, explicó en su ponencia que para solucionar el problema de la delincuencia es necesario un cambio político en el país, pues con este Gobierno la situación solo se ha profundizado.

Señaló que en 1999, cuando inició este gobierno, las cifras de la extinta PTJ reportó 4 mil 550 homicidios. Al año siguiente, la cifra alcanzaba los 6 mil y en 2001 llegó a los 8 mil. Actualmente no hay cifras oficiales de las autoridades, pero en 2016 se estimaron más de 28 mil homicidios.

Entre las 50 ciudades más peligrosas del mundo, Venezuela tiene siete u ocho ciudades y Caracas es la que reporta el mayor indice de homicidios en el mundo y la inseguridad es uno de los principales problemas de los venezolanos. No se ve inversión gubernamental acorde con el problema.


"Necesitamos un gobierno que en vez de estar armando colectivos y en vez de estar inventando una Milicia Bolivariana que no está en la Constitución, y en vez de tener un discurso de odio, atienda un clamor popular como es el desarme", señaló.

Entre sus propuestas, consideró necesario un cambio en el modelo policial que también incluya mejoras laborales para los funcionarios (un efectivo venezolano cobra Bs 300 mil, equivalente a unos US$ 20, en comparación, cuando en Ecuador se gana como mínimo US$ 1.000 al mes).

La carrera policial, señaló, debe ser vista para crecer y como una oportunidad social, ser reconocida. El modelo policial de Policía Nacional con policías estadales y municipales también debería ser revisado. Por extensión, la inseguridad también requiere de un sistema de justicia que funcione, sin impunidad, así como una reforma penitenciaria para mejorar la situación de las cárceles.

En el país no podrá haber desarrollo mientras haya inseguridad, pero por profundo que sea el problema, con voluntad política, trabajo y conocimiento se puede resolver la crisis en este sector.

"Venezuela no está condenada a vivir en este clima de violencia", afirmó.

30-08-17




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