Por Carlos Crespo
La cara de Stalin González se
dio a conocer en el país con el surgimiento del movimiento estudiantil de 2007,
al que se le atribuye, en buena medida, la primera derrota electoral del
chavismo: el referendo de la reforma constitucional de ese año. 10 años
después, González es el jefe de la fracción de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)
en la Asamblea
Nacional (AN) y, junto con otros compañeros de lucha
estudiantil, es considerado parte de la generación de relevo dentro de la
alianza opositora. “La ANC es un golpe de Estado maquillado”, denunció.
El integrante de Un Nuevo Tiempo (UNT)
habló con franqueza y reconoció que desde la Unidad se cometieron errores que
abarcan la organización interna, la comunicación y los esquemas de protestas.
Indicó que, dentro de la coalición, se avanza en una reorganización con el fin
de afinar las estrategias frente al Gobierno. “Hay unos voceros que le
quieren hablar a las gradas para obtener más seguidores en Twitter. No es el
momento de decir lo que la gente quiere escuchar, sino lo que debe escuchar”,
opinó.
El exdirigente estudiantil
recordó que en 2007 transcurrieron 6 meses de protestas antes de que la
oposición lograra su primera victoria electoral el 2 de diciembre. Insistió en
que es necesaria una negociación con el Gobierno, que incluya la figura de
“garantes internacionales” y una agenda clara y detallada, que posibilite una
salida electoral a la crisis política y económica del país. “Yo no creo que
estos señores sean demócratas, pero el terreno en donde nosotros les ganamos es
en las elecciones”.
¿Cuál será el objetivo del
Gobierno con los cambios que realizará la ANC a la Constitución?
—El gran fraude que está
haciendo el Gobierno es que, suponiendo que eso sea una ANC originaria, debería
redactar un nuevo texto o incluir los artículos o capítulos que creen y
someterlos a referéndum y, entonces, empezarán a ser válidos a partir del
referendo. Además de que es fraudulenta la Asamblea, y se convocó sin tener los
requisitos, está tomando decisiones en ejercicio. Es un golpe de Estado
maquillado. El Gobierno está fuera de la Constitución y por eso la respuesta
internacional. Con las marchas la respuesta de la comunidad internacional era
condenar la violación de derechos humanos y la represión, pero la condena más
fuerte, desde el punto de vista político y jurídico, ha sido producto de la
ruptura del orden constitucional.
Yo pienso que lo que va hacer
el Gobierno es agarrar esos dos capítulos o artículos y va a querer incluirlos
en la elección presidencial como parte de la campaña. Hacer constitucional las
misiones o cualquier cosa que se les ocurra y ponerlo para refrendarse el día
de la elección presidencial.
¿Como una estrategia
electoral?
—Totalmente. Porque el
Gobierno lo que hace es estar en campaña permanentemente, haya elecciones o no.
Los pocos recursos que usa son para hacer campaña.
¿Qué implicaciones pueden
tener las denuncias que ha realizado Luisa Ortega Díaz desde el exterior?
—Se había tardado mucho con el
tema de Odebrecht. Estamos hablando de que ese tema tenía un año en la palestra
pública de América Latina. Desde la Asamblea nosotros hicimos la denuncia e
hicimos algunas cosas. En la comisión de Administración y Servicios se hizo un
informe sobre unas obras inconclusas y 80 % de esas obras eran de Odebrecht. La
corrupción de Odebrecht era muy grande. Cuando ves lo que está pasando en
Brasil, por qué sale lo de “Lula” (Da Silva) y todo el escándalo de Odebrecht,
y Petrobras, ves que al final Chávez y Lula hicieron lo mismo. Se hicieron del
ingreso petrolero para financiar un movimiento político. Usaron Odebrecht,
usaron Pdvsa, para expandirse por América Latina. Eso que se usó para un fin
político tenía demasiada corrupción en el camino. Desde el más alto funcionario
que ha salido de ahí. La fiscal acusa al presidente de la República, a unos
ministros y a Diosdado (Cabello), pero es de los más altos hasta el más bajo.
Las obras son un escándalo grande. En todos los países donde ha habido
problemas con Odebrecht, por lo menos terminaban las obras. Este es el único
sitio donde está todo el tema de Odebrecht, donde las obras no se terminaban y
todas tienen sobreprecio, ¿Cuánta corrupción hubo? Además de que desbancaron a
Pdvsa, el dinero que estaba entrando al fisco lo sacaron por la vía de la
corrupción.
¿Qué ha arrojado el proceso de
evaluación que se está haciendo dentro de la MUD?
—El creer que las marchas, por
sí solas, van a lograr algo es erróneo y creo que todos estamos de acuerdo en
eso. Llevamos ya tres semanas, un mes, de inactividad del conflicto dirigido
por la MUD, porque las manifestaciones siguen, la gente sigue trancando porque
no hay agua, luz, gas, no llega la caja del Clap. Todos los días hay protestas,
lo que no hay es grandes protestas dirigidas por la Mesa.
Estamos en un proceso de
revisión y está en medio el tema de las primarias que hay que atender. Se está
reorganizando la Mesa, sin hacer el anuncio del anuncio, como la otra vez. Se
está en un proceso de hacer un equipo operativo que centralice y que tenga equipos
por áreas. Los que llevan el tema internacional, la calle y el activismo, el
proceso institucional de la AN y atender el tema de las regionales. Ya se
decidió hacer cuatro equipos y se está en la conformación de estos.
¿Hay entonces una reestructuración
dentro de la MUD?
—Hay una nueva forma de
organización para atender la realidad y se está trabajando en eso. Que la
dirección política permita a los equipos operativos llevar el día a día e ir
tomando decisiones. Estamos en un momento más operativo, igual que el tema
comunicación donde la Mesa ha fallado mucho. Mi opinión es que estamos pagando
las consecuencias, de alguna manera, de la reestructuración de finales del año
pasado e inicios de este año, de no tener secretario ejecutivo. ¿Qué es lo que
pasa? El secretario ejecutivo centralizaba todo eso y había un equipo que
estaba trabajando. Al desaparecer esa figura no había nadie que centralizara.
Meternos ahorita en la discusión de que si se necesita un secretario ejecutivo
o no es meternos en un debate sin sentido. Mi opinión es que debió existir
siempre pero así se decidió y así vamos a seguir marchado, por lo menos en esta
etapa.
Algunos dirigentes señalaron
que el objetivo de las protestas era que se produjese un quiebre en la Fuerza
Armada, eso no ocurrió…
—Esa era la teoría de Freddy
(Guevara). Más allá de eso, cuando tú ejerces una protesta es para obtener
algo. Las huelgas no son para que la gente se vaya. Mi diferencia con quienes
plantearon el tema del paro y la huelga es que cuando una fábrica se para y
decide ir a la huelga, los trabajadores están en la fábrica. Tú estás en tu
puesto de trabajo, lo que no estás es trabajando porque tienes una crítica a tu
sueldo, a tu condición, al salario, a lo que tu creas.
Aquí se vendió una idea de que
la huelga se hacía desde la casa, cuando eso no es así. Todos esos mecanismos
de lucha generan una negociación, cuando un obrero para la fábrica sabe que
tiene que hablar con el patrón y acordar. Aquí satanizamos el tema del diálogo
y la negociación porque se manejó mal en el pasado.
Yo creo que toda esa lucha
debe ser por amarrar el día de la elección, ¿cuándo es la elección
presidencial? ¿Va a ser a final de este año? ¿En el primer trimestre del año
que viene? ¿finales del segundo? La única manera que tiene el Gobierno para
quedarse en el poder es declararse dictador abiertamente y no convocar más
nunca a esa elección. La única otra forma es que la oposición saque tres
candidatos presidenciales, ni siquiera dos, sino tres. Con dos podría ganar. Eso
no va a pasar. Por eso creo, es una opinión muy personal, que hay que salir del
tema de las gobernaciones y deberíamos salir del tema del candidato
presidencial de una vez y no dejarlo tan tarde como lo dejamos en 2012.
González informó que la MUD
avanza en un proceso de reorganización de la alianza.
¿Cómo hacer para que una
eventual negociación con el Gobierno sí de frutos esta vez?
—Tiene que haber una agenda
clara, la gente tiene que saber qué es lo que se va a tratar. Siempre hablamos
de los cuatro puntos y ahora agregamos un quinto, que es el desarme de los
grupos civiles armados. Si tienes una agenda clara la gente ya sabe que es lo
que se va a dar. Es un tema de acordar cada punto. Ya tenemos las elecciones de
gobernadores, cuándo va a ser la de los diputados regionales, cuándo las de
alcaldes, concejales, la presidenciales. Amarremos eso y lo otro que tiene que
haber es el garante, que no hubo en este proceso (de 2016). Lo que hubo fueron
mediadores. Proponemos que haya países que sean garantes del proceso, que
garanticen que eso se va a cumplir. Hay propuestas de que sean cinco
cancilleres, nosotros creemos que deben ser presidentes. Si los presidentes
tienen una agenda complicada que sean los cancilleres, que sean garantes de que
el acuerdo se cumpla y que esté hecho completo.
¿Elecciones? Está bien, pero
tenemos la renovación de, por lo menos, dos rectores del CNE que se vencieron,
procurar condiciones electorales parecidas a las de 2015. Que haya observación
internacional. ¿Los presos políticos? Que el Gobierno haga la comisión de la
verdad para acordar sobre ese tema. Hay una cantidad de personas presas
que no
tienen ni una orden de fiscalía o que tiene una orden de
excarcelación, como el caso de Yon (Goicoechea) y todavía está preso. Hasta que
el Gobierno no tenga la voluntad y no haya garantías no se puede llegar a esos
acuerdos. Ese es el tema, que hay que llegar hasta los detalles.
Habló del tema de la comunicación.
¿En que se debe mejorar?
—Debemos tener una sola
comunicación de la Unidad. Lo que ocurre es que hay cuatro o cinco partidos que
comunican algo distinto. No es que tenemos que decir lo mismo, pero tenemos que
tener un solo objetivo. En eso hemos fallado, después del 30 de julio hubo como
12, 15 días de silencio. Esos errores se pagan, no son el fondo de la
discusión, pero están ahí y hay que corregirlos.
¿Hay manera de unificar la
protesta? ¿De que se dé con la misma intensidad en las zonas populares y en el
municipio Libertador de Caracas?
—Siempre dije que ese esquema
no podías llevarlo a los dos lados. Hay una cosa que repite Freddy Guevara que
es una cita de Mandela que dice que cuando estas en estos regímenes el terreno
de lucha lo pone el opresor. Es así. El Gobierno te deja marchar, pero en el
municipio Libertador tiene una conducta distinta. Siempre dije que no tenía
sentido convocar esas marchas en veinte y pico de puntos porque el objetivo no
podía ser rebasar el piquete de la GNB. Nosotros no estamos en guerra, el que
está en guerra es el Gobierno. Por eso creo que, en principio, el trancazo —con
el que no estuve de acuerdo— fue tan exitoso la primera vez. Eran dos horas, la
gente se sentía segura, estaba en su esquina. Pero cuando empezaste a estirar
esa liga fue que se empezó a convertir en una anarquía. Cada cosa tiene un
esquema, no puedes tener el mismo esquema para todo porque hay un Gobierno que
te limita el derecho a la protesta. La protesta no puede ser siempre la marcha.
Las protestas creativas son más contundentes que hacer una marcha de 50.000 o
de 60.000 personas.
El 16 de julio, por ejemplo…
—El 16 de julio fue la
demostración de que este país quiere el cambio a través del voto. La gente fue
sin miedo a cada uno de los centros. El ambiente que había era de alegría y fue
un mensaje claro, de que la gente quiere paz. Lo que decidimos el 16J es que
queremos un cambio pacífico y constitucional, no una salida rápida. Ese fue el
error de 2002 y nos costó 15 años más de estos tipos. ¿Que si el cambio del
CNE? Bueno, nombramos a los magistrados y ¿qué ocurrió? Están presos, en el
exilio, en las embajadas. Yo quiero cambiar al CNE, pero de manera clara, con
los dos tercios de la AN, incluso si hasta puede ser acordado con el PSUV. La
lucha tiene que ser porque a la AN se le reconozcan sus competencias y el PSUV
participe en la AN. Lo que pasa es que la gente quiere salir de los puntos
rápido porque hay unos voceros que le quieren hablar a las gradas para obtener
más seguidores en Twitter.
González indicó que hay
voceros de la oposición que “quieren hablar a las gradas para obtener más
seguidores en Twitter”.
No es el momento de decir lo
que la gente quiere escuchar sino lo que debe escuchar. Yo no creo que estos
señores sean demócratas pero el terreno en donde nosotros les ganamos es en las
elecciones.
¿Por qué no se ha podido
conformar un frente común con el llamado chavismo crítico?
—Nos une la defensa de la
Constitución, hemos coordinado y nos hemos puesto de acuerdo en algunas cosas.
Con la fiscal, con la Asamblea, se hizo el acto de la Universidad Católica
Andrés Bello (UCAB). Se ha ido avanzando, pero ellos son chavistas y no se
trata de que sean opositores y de que formen parte de la Mesa de la Unidad o de
que nosotros vamos a disolver la MUD para hacer una coalición. Estamos cada
quien desde su trinchera y su espacio. Ellos le siguen hablando al chavismo,
nosotros no creemos en ese proyecto político. Creemos que hay una Constitución
que hay que respetar y eso nos une.
Con la Asamblea anulada en la
práctica, ¿van a reformular el trabajo de los diputados?
—La Asamblea está bloqueada
hasta económicamente. Nosotros, aunque no podamos ejercer las competencias, no
podemos abandonar ese espacio. La sede del Palacio Federal Legislativo. Los
símbolos del poder son para usarlos. No tenemos un plan para sesionar afuera,
pero en esta coyuntura tenemos que buscar hacer las dos cosas. No podemos
abandonar el Palacio y dedicarnos a la calle. Estamos trabajando en hacer una
sesión en el oriente del país. A lo mejor no la plenaria completa, pero dos
comisiones para hablar el tema de faja petrolera, el turismo, o el tema
agrario. Estamos pensando en ese esquema. Hacer sesiones en comisiones con los
diputados y tener a la AN en los estados escuchando a la gente y poder hacer
las cosas en Caracas.
¿Siguen viendo alguna
posibilidad de que el Gobierno salga antes de diciembre de 2018?
—La Unidad está decidida a
trabajar por el cambio político y el cambio de sistema y el modelo económico
del país. No renunciamos a la posibilidad de hacerlo de la menara más rápida
posible, constitucionalmente. La elección no tiene que ser en diciembre, puede
ser en el primer semestre o cuatrimestre y eso está en nuestros planes. Se
pudieran hacer a finales de este año, sabemos que no es tan fácil, es una lucha
que hay que dar y es parte del acuerdo que hay que buscar. Por eso es tan
importante seguir teniendo la calle, porque al final la calle es un instrumento
de presión para poder lograr el objetivo principal que es un cambio de Gobierno
a través de una elección. No renunciamos a que eso sea lo más rápido posible,
pero no nos ponemos una fecha: “Que tiene que ser en octubre de este año” y
entonces, sin necesidad, tienes una derrota, que no tiene sentido.
Fotos: Francisco Bruzco
28-08-17
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