Por Jonatan Alzuru Aponte
Mi hermano, el Dr. Alexis
Alzuru, ha lanzado al ruedo una hipótesis interpretativa de lo que sucede y uno
de los escenarios posibles en Venezuela, en una entrevista realizada por Elvia
Gómez, en Politika Ucab, que es digna de reflexionar.
No tanto para cuestionar o no
la probabilidad del escenario que al final de las cuentas es un asunto de
teóricos, cuya última palabra sería la contrastación. Frente a eso, en el
presente es bueno recordar que del futuro lo único cierto es la muerte, el
resto es incertidumbre. Más bien, su hipótesis podría utilizarse
como un incentivo para pensar y actuar en el hoy; sobre todo para los que
deseamos que la solución de Venezuela NO se resuelva con la consigna, “Mande
Ud. Mi general”, sino por un movimiento popular acompañados por la fuerza
militar y no a la inversa. Pero el deseo en política, supone la configuración
de tácticas y estrategias en el ámbito práctico para hacerlo posible.
Un primer aspecto
interpretativo, no tanto del futuro sino del pasado reciente. Las
movilizaciones contra la dictadura madurista no dependieron ni de la voz de
Leopoldo López ni del partido Voluntad Popular; ellos fueron un factor en la
dirigencia dentro de un comando de la lucha. Las movilizaciones tampoco
dependían, exclusivamente, del comando de la Unidad donde se aglutinan la
mayoría de los partidos de oposición. Fueron cuatro meses donde participaron
organizaciones civiles, partidos políticos, movimientos estudiantiles,
movimientos vecinales, movimientos comunitarios, asociaciones de vecinos y
grupos que se fueron forjando en el calor de la lucha, más allá de la MUD y sus
organizaciones. Muchas acciones fueron comandadas, dirigidas, por la unidad y
otras fueron prácticas que desarrollaron al calor del movimiento popular.
Un segundo aspecto. Es verdad
que se dieron negociaciones, entre el gobierno y la oposición, que ningún
venezolano de a pie tiene información, allí queda un lado oscuro que solo el
tiempo quizás podrá develar. Es verdad que la salida de Leopoldo una semana
antes de la consulta del 16 de julio, desarticuló a la unidad, basta revisar
las declaraciones del momento. También es verdad que el comando de la
Unidad no supo capitalizar ni la consulta que se transformó en plebiscito ni el
fraude electoral de la Asamblea Dictatorial Constituida del 30 de julio.
Las elecciones regionales
tienen la consecuencia práctica que el liderazgo se divide, necesariamente,
porque cada dirigente, cada organización con su equipo, debe concentrarse en su
región para dar la pelea electoral. Debemos añadirle a esto lo que se
realizará, las primarias que requiere de un esfuerzo de organización y
concentración de técnicos y líderes políticos para atender ese proceso. El
objetivo principal, de nuestra lucha, desplazar el gobierno de Maduro,
pasó a un segundo plano, en este momento. Tal asunto se puede corroborar,
por ejemplo, en los programas diarios de Capriles que pasó de orientar acciones
prácticas de lucha a describir y caracterizar el despotismo gubernamental que
padecemos todos.
Aunado a lo anterior se suma
la fractura interna de los dirigentes de la MUD, por la asunción de la
estrategia electoral… Tales componentes, quizás también el silencio de
Leopoldo, maximizan la hipótesis de Alexis Alzuru.
El gobierno aprovechando el
repliegue de la oposición, aumenta sus pasos para la consolidación de su poder
dictatorial, porque no tienen reacción, ni resistencia popular ante sus
medidas. Por el contrario, declaraciones como la del empresario de la Polar,
Lorenzo Mendoza, invitando a la conformación de una Comisión de la Verdad en el
área económica, lo que hacen es coadyuvar a la legitimidad de la Asamblea
Dictatorial o la asunción pasiva de la ratificación del poder electoral por
parte de las fuerzas opositoras.
Frente a lo que sucede, ¿qué
hacer? Es urgente la conformación de un equipo, una dirección nacional del
conflicto, un frente amplio, diverso de pensamiento y de sectores sociales, que
se dediquen a pensar y actuar la forma de confrontar al gobierno nacional de
manera inmediata, actuando “como si” no existieran elecciones.
Es vital, si queremos salir de
la dictadura, que toda discursividad de los dirigentes regionales, tengan como
objetivo central atacar al gobierno central y a sus instituciones ilegítimas.
Se trata de hacer una campaña
electoral, ya que se asumió esta ruta, no convencional donde la protesta se
transforme en la bandera fundamental del accionar político. Es de urgencia, la
emergencia de voces nuevas combinadas con el liderazgo compartido de quienes
han conducido el conflicto hasta ahora, que muestren su voluntad de lucha en la
calle. Es urgente que líderes, como Capriles, Ledezma, Leopoldo, María Corina,
Pizarro, entre otros, dejen de caracterizar lo que ya sabemos de la dictadura o
de los errores de unos y otros y se amalgamen en un plan de acción articulado,
engranado, con el frente amplio.
Es necesario y urgente
reimpulsar el movimiento de masas. Es vital prepararse pensando en el peor
escenario para la oposición dentro de la consulta electoral hasta el peor
escenario para el gobierno; calentar la calle tiene que empezar por testimonios
de su dirigencia, desde ya. No podemos permitir que Venezuela siga
dominada por los aguacates a punto de podrirse, los de ahora o los
futuros.
24-08-17
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