ISAAC NAHÓN SERFATY 15 de agosto de 2017
El
socialismo del siglo XXI que propone el chavismo es una patraña retórica que
sirve para mantener una empresa criminal e intereses asociados con el
capitalismo financiero. Resulta paradójico que quienes denuncian al
imperialismo yanqui, la explotación del hombre por el hombre y quieren
implantar un Estado comunal, sean los beneficiarios de transacciones
multimillonarias en el mercado mundial, incluyendo el tráfico de drogas y las
operaciones financieras con los bonos soberanos de Venezuela y de la petrolera
PDVSA.
La
clave financiera ayuda a comprender la infernal dinámica política que está
devorando al país y produciendo una onda de choque en la región de las
Américas. Los banqueros venezolanos, muchos de ellos cercanos al régimen desde
los tiempos del fallecido Hugo Chávez, han hecho millones de dólares al amparo
de negocios con el Gobierno. Lo mismo pasa con viejos y nuevos empresarios
quienes se han beneficiado de importaciones que el régimen ha promovido para
destruir a la industria privada local.
En el
corto plazo, los intereses financieros están influyendo en las decisiones de
actores políticos, tanto del lado de la dictadura de Maduro como de la
oposición. En octubre y noviembre se deben pagar unos dos mil millones de
dólares en intereses de los bonos soberanos venezolanos y de PDVSA. El régimen
de Maduro y la petrolera estatal han cumplido religiosamente con los pagos de
intereses de la deuda, aunque eso haya significado reducir drásticamente las
importaciones de alimentos y medicinas, generando más sufrimientos a los
venezolanos, como lo ha señalado el economista Ricardo Haussman.
Esos
intereses financieros también van moldeando las decisiones electorales, incluso
las de la oposición. La ilegal e ilegítima asamblea constituyente ha anunciado
que las elecciones de gobernadores, que debieron celebrarse el año pasado, se
realizarán en octubre próximo. Ya varios partidos de la coalición opositora
agrupados en la MUD han anunciado que participarán. Lo mismo ha dicho los
candidatos de la dictadura. Las campañas electorales cuestan dinero y los
políticos también "comen", así que hace falta levantar recursos, que
seguramente vienen de esos operadores financieros que gustosos hacen sus
aportes (en un país en el que no hay ningún tipo de control de esos gastos).
Otra
cara de la hipocresía del chavismo es la que revela las propiedades y activos
que tienen muchos personeros del régimen, tanto civiles como militares, en
Estados Unidos, Panamá y en varios países europeos. Miami, Madrid, Ciudad de
Panamá, Vancouver, entre otras ciudades, se han convertido en lugares favoritos
donde viven y se pasean estos corruptos y sus familias. Muchos generales y
altos funcionarios prefieren que sus esposas e hijos vivan lejos de Venezuela,
llevando una vida de reyes.
La más
reciente revelación de los negociados turbios que se han hecho en tiempos de
revolución bolivariana tiene que ver con la confesión de los propietarios de
Smartmatic, empresa proveedora del Consejo Nacional Electoral (CNE) de la
tecnología para las elecciones automatizadas. El mismo presidente de la
compañía, Antonio Múgica, ha dicho que el gobierno ha inflado las cifras de
participación en la ilegal elección constituyente. Sobre Smartmatic se han
hecho fundadas denuncias de corrupción, que incluye el pago de coimas a
personeros del chavismo, incluyendo al actual alcalde del Distrito Capital,
Jorge Rodríguez, cuando fue vicepresidente del consejo electoral.
Si
algún día cae esta dictadura, saldrán a flote muchas historias grotescas sobre
las mentiras en las que se fundó una ideología que ha arruinado a Venezuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico