ANTONIO MARÍA DELGADO 31 de octubre de 2017
La
anarquía y el alto índice de criminalidad que impera en Venezuela también
parece haber contagiado los cuarteles, revela una alarmante carta del fiscal
general militar dirigida al Ministro de Defensa, que expresa “gran
preocupación” por “un desmedido incremento” en los casos de robos, deserciones
y abusos de autoridad.
El
documento, al que el Nuevo Herald tuvo acceso, esboza la necesidad de crear con
urgencia una mesa de trabajo de alto nivel para tratar un problema que amenaza
con salirse de control.
“Respetuosamente
le solicito que se estudie la posibilidad de implementar una mesa de trabajo
con los Directores de Personal Militar con el objeto de fijar puntos de vista y
buscar soluciones a esta problemática que está deteriorando nuestra Fuerza
Armada Nacional Bolivariana”, manifestó el fiscal general militar, el general
de brigada Edgar José Rojas Borges.
La
propuesta es presentada en el marco de “la gran preocupación de este Ministerio
Público Militar por el desmedido incremento de delitos en Nuestra Fuerza Armada
Nacional Bolivariana, tales como sustracción (robo), abandono de servicio,
abuso de autoridad y en forma alarmante la deserción por parte de la tropa
alistada”, agregó Rojas en su misiva.
La
carta, escrita a mediados de mes y clasificada como “confidencial”, denota la
creciente preocupación interna de las fuerzas armadas venezolanas ante el
evidente proceso de descomposición que atraviesa.
Es un
fenómeno que ha estado aumentando de la mano con la grave crisis económica por
la que atraviesa el país y el clima de corrupción que se ha apoderado de las
altas esferas de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), explicó desde
Miami el general retirado y dirigente opositor Antonio Rivero.
Y es
que la tropa sólo tiene que mirar hacia arriba para ver ejemplos de corrupción,
dijo Rivero.
“Si el
soldado está pasando hambre, y luego ve que el general que está aquí roba, y el
diputado que está acá también lo hace, junto con el gobernador que está allá,
bueno, al final es de esperarse que él también lo haga”, comentó Rivero.
“Al
haber tanta corrupción y al no existir una adecuada respuesta en términos de
justicia, el soldado se siente que cuenta con la debida justificación para
delinquir”, insistió.
Y sin
embargo, integrantes del alto mando están comenzando a manifestar preocupación
por el impacto que el fenómeno está produciendo dentro de las fuerzas armadas.
En un
mensaje de texto obtenido en Miami por Rivero, el comandante general de la
Guardia Nacional, Sergio Rivero Marcano, expresó que la situación está
conduciendo a las fuerzas armadas hacia el abismo tras evidenciar actos de
corrupción en un punto de control militar.
“Señores
Generales y Almirantes ¿hasta cuando vamos a permitir estos actos de corrupción
y esa desidia o anarquía que pude vivir yo mismo en el Peaje de los Mesones?
¿Qué FANB [Fuerza Armada Nacional Bolivariana] vamos a dejarle al país, si
seguimos siendo alcahuetes por los compromisos que tenemos con los
subalternos?”, manifestó Rivero Marcano.
“A mí
me quedan sólo dos años y nueve meses, pero no por eso voy a permitir que se
siga yendo la institución castrense por este abismo. Seguiré luchando en contra
de este flagelo de la corrupción que sigue carcomiendo las bases de la
disciplina”, agregó.
A lo
largo de las últimas semanas, una serie de informes de prensa han resaltado
denuncias de integrantes de las fuerzas armadas involucrados en operaciones de
robos y de extorsión.
El
periodista de investigación Javier Ignacio Mayorca resaltó que muchas de estas
operaciones están vinculadas a la deserción de la tropa, fenómeno que en
algunos cuarteles ha llegado a ser masivo.
La
preocupación de la oficialidad es que muchos de esos soldados continúan en la
calle y utilizan sus uniformes para cometer delitos, explicó.
En su
carta a Padrino López, Rojas Borges dijo que uno de los fenómenos más
preocupantes es la manera en que “la curva de índice delictivo viene aumentando
hacia la tropa profesional”, compuestos por soldados que permanecieron en sus
unidades después de haber cumplido con el servicio militar obligatorio.
“Tan
sólo en septiembre del 2017, la Fiscalía General Militar ha solicitado la
apertura de averiguación penal militar a 450, tropas profesionales, de las
cuales 200, corresponden al comando de la Zona Guardia Nacional Bolivariana 44
( Miranda), y 250 al comando de la zona 43 (Tazón)”, señaló Rojas Borges.
La
carta de Rojas Borges atribuye la situación a distintos factores, incluyendo la
falta de orientación por parte de los comandantes naturales y el fracaso de las
instituciones en instaurar una cultura de valores y principios.
Pero
también advierte sobre la gestación de una cultura de impunidad, donde los
soldados implicados en delitos son protegidos por sus superiores.
“A
pesar de que la Fiscalía Militar ha sido estricta en cuanto a la solicitud de
imposición de castigos al personal concurso en delitos, se le ofrecen muchas
facilidades en los procesos judiciales”, manifestó Rojas Borges.
“Es
decir, se les conceden medidas cautelares (libertad condicional, suspensión
condicional del proceso o de ejecución de la pena), observándose además que
estos imputados son colocados en puestos de relevancia en la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana, acto que lejos de ser ejemplarizante, es un estímulo para
que continúen cometiendo delitos”, señaló.
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