Por Víctor Amaya
El presidente de la Asamblea
Nacional busca abrir caminos para cesar la usurpación del Poder Ejecutivo por
parte de Nicolás Maduro
El sábado 5 de enero Juan
Guaidó asumió como presidente del Poder Legislativo, y su primer anuncio fue
que desconoce la reelección de Nicolás Maduro. Desde este 10 de enero, por
tanto, la Asamblea Nacional, como el grupo de Lima –13 países del continente–,
Estados Unidos y la Unión Europea, lo considera un usurpador del Poder
Ejecutivo.
“Por primera vez desde 1958
Venezuela tiene un gobierno de facto, que no fue electo por el voto sino que
secuestró el Estado para beneficio propio”, dijo Guaidó el jueves 10 al
terminar la juramentación de Maduro en el TSJ. Durante su intervención, hizo un
llamado a la Fuerza Armada Nacional “para que dé un paso al frente” pues “hoy
no hay jefe de Estado, no hay comandante en jefe de la Fuerza Armada”.
Guaidó declaró al Poder
Legislativo en emergencia y llamó a la sociedad a buscar “la aplicación
efectiva de esta Constitución” admitiendo que “no solo depende de la Asamblea
Nacional”. Afirmó que “debemos lograr que las decisiones que tomemos desde este
Parlamento se puedan ejercer en simultáneo con el apoyo de todos”.
El presidente de la Asamblea
Nacional de Venezuela no puede acceder cuando quiere a su despacho en el
Palacio Federal Legislativo, controlado por la Guardia Nacional y que usa
también la asamblea constituyente chavista. En la sede de su partido Voluntad
Popular, fundado por Leopoldo López, recibió a TalCual.
–Ha dicho que en Venezuela
ha iniciado una dictadura abierta. El artículo 333 de la Constitución llama a
restaurar el estado de derecho. Una suerte de todo vale. ¿Cómo lo entiende la
Asamblea Nacional?
–Estamos en una situación de
inhabilidad de la Constitución. No hay presidente electo para el nuevo período
constitucional. Hay una usurpación y por eso implementamos la Ley de
Transición, para llenar este vacío. El elemento más importante es reunir la
fuerza necesaria para que cese la usurpación. Nuestro rol, nuestro reto, es
convocar a todos los sectores de la sociedad, Fuerza Armada incluida, para
lograr eso, construir un gobierno de transición y tener finalmente una elección
libre.
–La encuestadora Delphos
dice que el rechazo a Maduro llega a 80%. El Frente Amplio opositor ha ido
organizando a sectores en las distintas áreas de la vida nacional, ¿qué
falta en este sentido? ¿Sólo los militares?
–Esa es una pregunta
interesante porque tenemos años en esta lucha, y siempre la respuesta es
“cuando salgan los estudiantes, cuando los sectores populares bajen, cuando
apretemos el botón rojo, cuando declaremos el abandono de cargo, cuando
nombremos a los magistrados”. Siempre pareciera que tuviésemos una resolución
absolutista. Vivimos en una dictadura, y para la transición necesitamos de
todos incluso el chavismo, el que se ha desprendido y el que todavía queda ahí
con temor de expresarse porque no tiene una pista de aterrizaje.
–Han anunciado órgano de
transición, ¿cómo se va a estructurar y para qué va a funcionar?
–Debe ser lo suficientemente
amplio para consultar con todos los sectores, pero también muy específico para
ejecutar decisiones a través de la Asamblea Nacional. Porque al final del día
es el órgano legislador, el órgano de elección popular, es la Asamblea la que
debe articular y dar forma jurídica y legal a una transición que no está
prevista en nuestra Constitución. El artículo 233 dice que en 30 días hay que
convocar una elección nueva. Entonces, en este escenario, que el CNE no es
válido, que el CNE está secuestrado, en 30 días no pudiera ser. No solamente
hay que prever el Poder Ejecutivo, sino también los otros poderes públicos
necesarios para que sea una elección libre y transparente. De ahí viene ese
consejo de restitución.
–¿Ese órgano cuándo nacerá?
–El martes se introdujo el
anteproyecto de la Ley de Transición. La gran diferencia entre el PSUV, lo que
queda de él, y los factores democráticos es que nos basamos en la Constitución,
en las leyes, entonces debe estar articulado en el marco de las competencias
del Parlamento nacional, entendiendo el vacío, entendiendo la usurpación y lo
que debemos hacer para representar legítimamente al pueblo de Venezuela,
salvaguardar los intereses de la nación y también el patrimonio público.
–¿Hay urgencia en lograr su
conformación?
–Es que yo creo que no hay
que esperar al órgano. El mismo órgano es una construcción política que abre
los brazos a todos los sectores. Ahí está el Parlamento nacional, ahí está el
liderazgo estudiantil, ahí está el Frente Amplio, ahí está la sociedad. No
podemos seguir esperando a que alguien salga, a que alguien baje o a que
alguien se aparezca. Yo creo que tenemos que asumir nosotros la
responsabilidad, todos los sectores.
–El chavismo ha hablado de
la posibilidad de disolver el Parlamento y convocar a elecciones. La idea no
fue disputada por Nicolás Maduro. En ese escenario, ¿qué haría la directiva del
Parlamento?
–Sería un organismo
ilegítimo de un presidente usurpador que convoca a… No sé cuántos errores hay
en esa ecuación que no se puede producir. De nuevo, está secuestrado el
estado de derecho y lo importante es rescatarlo. No está en manos de
Maduro hoy desconocer al Parlamento, a la política, a la democracia. Es una
especie de harakiri político para él. Creo que no tiene hoy el pulso del país,
no tiene incluso el pulso interno de su partido, pues hay mucho descontento y
divisiones, y al no proteger a nadie hay dudas incluso con respecto a su
liderazgo.
–Pero eso también se dijo
cuando se anunció la constituyente en 2017.
–Él cruzó esa línea y
produjo la crisis económica más grande del continente.
–Pero sigue en Miraflores.
–Como dictador, claro. Ahí
el tema es la resolución del conflicto y que cese la usurpación. Entonces, si
es determinístico, como lo estas planteando, sigue ahí a sangre y fuego.
¿Cuánto más es sostenible, para él y para su grupo? Sigue sentado ahí y parece
que el rancho está ardiendo, si queremos verlo de una manera coloquial.
–El punto nueve del
comunicado del Grupo de Lima, que apoya el reclamo territorial de Guyana, ha
sido el detonante de toda la retórica desde el gobierno sobre soberanía y
traición a la patria. ¿Cómo se entiende ese punto nueve en la Asamblea
Nacional?
–Muy controvertido, y en
desacuerdo además. Hicimos un llamado al Grupo de Lima sobre ese punto que es
muy controversial para el país y que hay que llevarlo con mucha cautela e
independencia. El Parlamento ha hecho miles de reclamos y acuerdos. Yo estuve
en Anacoco ejerciendo soberanía, no diciendo que la ejerzo a diferencia de
quien lo vociferaba, en este caso Padrino López, porque nosotros sentimos la
soberanía, la tierra y la patria. Si el suyo fuera un discurso serio, real,
bueno se plegaría al parlamento nacional que ha hecho miles de reclamos, ha
hecho el seguimiento clave. Entonces no creo que el asunto de la soberanía que
ellos plantean sea real, ojalá lo fuera.
–Cuando nació el Grupo de
Lima había buena comunicación entre la Asamblea Nacional, la oposición y esos
países, había coincidencias y parecía que esa comunidad respondía a las
iniciativas que tenía la oposición puertas adentro del país. Ahora esa dinámica
cambia y hay diferencias entre unos y otros. ¿Qué pasó con la comunicación
entre la Asamblea Nacional y el Grupo de Lima?
–Nos tomó por sorpresa a
todos, en Venezuela. Hay que mejorar la comunicación, hay que entregarles
además el acuerdo que se produjo en la Asamblea Nacional, para que realmente
entiendan nuestras diferencias con ese punto nueve.
–Vimos a dos diputados del
polo patriótico incorporarse al parlamento. ¿Hay conversaciones con más
integrantes del chavismo disidente?
–Parte fundamental de este
proceso es la base del chavismo que se ha desprendido. La incorporación de
Eustoquio (Contreras) no es una gestión nuestra, sino un tema de respeto a la
Constitución.
–¿Hay algún acercamiento del
chavismo que sí sea gestión de ustedes?
–Ya se ha visto
materializado con Nicmer Evans, con el grupo de (el exministro chavista Miguel)
Rodríguez Torres. ¿Ha sido suficiente para lograr el cambio, la transición? No.
–¿Y negociaciones con el
propio chavismo en el poder? ¿Con quién hay que hablar del chavismo en este
momento?
–No lo tengo claro, si te
soy sincero. Yo creo que generar las garantías de salida, hablar de justicia
transicional, de plan país, esos son elementos importantes que pueden
terminar de desprender lo necesario para generar la transición.
–¿En el caso de una negociación
con sectores del gobierno, qué se pondría sobre la mesa, una elección general
que incluya a la Asamblea Nacional?
–Con eso sí hemos sido
meridianamente claros y es importante: Elección libre, gobierno de
transición, cese de la usurpación. Yo creo que esa es la fórmula para cualquier
mecanismo que podemos implementar para un cambio en el país.
–¿Cómo incorporar al
chavismo en esa ecuación? Planteado así se entiende como: entrega del Poder
Ejecutivo para elegir a quien lo asumirá después. ¿Qué plantear para que haya
incentivos al otro sector?
–Precisamente con garantías
de salida, justicia transicional, porque además una elección libre no
tiene porqué ganarla la oposición. Y algo importante de una elección libre es
que el que pierda no va a la cárcel, no se le desconocen las competencias,
tiene una nueva oportunidad, tiene las garantías constitucionales
completas. No es arrebatar sino volver a la Constitución, al estado de derecho.
–Dijo que la cadena de mando
militar está rota a partir del 10 de enero. ¿Ha habido eco, respuesta
desde el sector militar?
–No hay un eco directo
porque no tenemos contacto directo.
–¿Quieren tenerlo?
–Yo quiero tener contacto
con todos los sectores de la sociedad que estén dispuestos a colaborar con la
restitución de la democracia.
–¿Están buscando contactos
con los cuarteles?
–En este momento, no.
–¿La Asamblea Nacional
quiere, aspira o busca, de alguna manera, guiar qué tipos de presiones debe
ejercer la comunidad internacional al gobierno de Venezuela?
–Lo importante es que
cualquier ejercicio de presión o soberanía sea desde Venezuela. Ahora, hay
países que tiene jurisdicción propia y que son libres, y de allí derivan
las sanciones a violadores o corruptos.
–¿Cuál cree es el tipo de
presión internacional que más afecta al gobierno?
–Yo creo que las sanciones
lo afectan muchísimo, en lo personal y en lo político.
–Usted milita en Voluntad
Popular, un partido político que ha sido calificado como del ala radical, más
beligerante. ¿Esa posición se sopesa o se entona de manera distinta desde la
presidencia de la Asamblea?
–No, da más responsabilidad.
Nosotros siempre hemos buscado articular con todos los factores, y la oposición
firme nos ha traído costos que hemos asumido con intereses, y no va a ser
distinto en este momento, creo yo. Lo que sí es importante asumir es que el
Parlamento son todos los sectores, es la minoría también, es la caja de
resonancia del país, que hace leyes, que hace contraloría, pero que también ha
vivido un momento inédito, que es no tener un Poder Ejecutivo en simultáneo.
Creo que da más responsabilidad la carga histórica que la partidista.
–Y sobre esa carga
histórica, ya tiene su primer meme, cuando le acercan muchos micrófonos y da un
paso atrás. Luego, se ha dicho que si Freddy Guevara hubiera podido, sería él
presidente del Legislativo. ¿Cómo llevar esa presión, esa responsabilidad histórica
que le ha tocado?
–Yo tengo nueve años siendo
parlamentario. Fui parlamentario suplente en el periodo anterior, fui
presidente de la Comisión de Contraloría, fui vicepresidente de la Comisión de
la Política Interior, jefe de la fracción de la Unidad, y en estos momentos,
presidente de la Asamblea Nacional. En cada una de las etapas hemos cumplido
nuestro rol. Hemos entregado las tareas, hemos hecho las denuncias pertinentes,
logramos mantener la unión de los partidos durante 2018, facilitar procesos para
que se mantuviera el pacto parlamentario y el acuerdo de gobernabilidad que
da respaldo y respeto hoy al parlamento en el mundo. No va a ser distinto
hoy, vamos a entregar la tarea.
–¿Qué le respondes a sus
compañeros de sector político que han comenzado a presionar fuertemente
señalando cómo debe actuar Juan Guaidó ahora que es presidente de la AN?
–Bueno, eso es parte del
debate. Hay que articular y producir política, porque al final la política no
es de una persona sino la expresión de un colectivo, de un sentir, y una
necesidad del momento que vive el país.
–La presidencia de la AN de
Henry Ramos fue de mucha confrontación; la de Julio Borges fue de mucha
relación internacional, reuniones con grandes líderes; la de Barboza fue un
signo de interrogación. ¿Cómo va a ser la presidencia de Guaidó?
–Esperemos haber sentado las
bases de la transición en el país. Ese es el objetivo.
11-01-19
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