Por Fernando Pereira
Padres, abuelos, familiares
están preocupados en cómo mantener sanos a los niños y adolescentes de casa.
Fundamental es el reconocer en sus hijos los síntomas del COVID-19 (tos,
fiebre, dificultad para respirar) para inmediatamente consultar qué hacer.
La cuarentena implica un
nivel de estrés para cualquier grupo familiar. La presencia de niños y
adolescentes implica un reto mayor. La Organización Mundial de la Salud, Unicef
y la Cruz Roja Internacional nos dan algunas pistas con esta población:
1.
Validar
sus emociones. Deben saber que en una situación así es
normal sentirse tristes, preocupados, inquietos e incluso aburridos. Tienen que
sentir que no están solos y que pueden hacer todas las preguntas, hablar
contigo o con alguien de la familia cuando lo necesiten. Deben saber que esa es
una forma de mantenerse sanos y seguros, cosa que es muy importante para todos
en estos momentos.
2.
Asumir
su protección. Plantearles realizar buenas prácticas de
higiene: lavarse las manos con jabón y agua; mantener la casa limpia, recoger y
eliminar los desechos; toser y estornudar utilizando el codo, evitar tocarse la
cara, ojos, boca y nariz es la mejor forma de protegerse a sí mismos y a los
demás.
3.
Ser
promotores de la salud. Deben saber que son sujetos activos y
que pueden ser un ejemplo para hermanos pequeños, vecinos u otros miembros de
la familia. Pueden compartir la información para la prevención de la enfermedad
y promoción de la salud.
4.
Promover
la convivencia. Hay que preservar un clima de convivencia
en el hogar. Estar tanto tiempo juntos puede propiciar el enfrentamiento y
agresiones entre hermanos; padres e hijos. Implica un esfuerzo de todos para
promover el buen trato y comprender que no podemos pagar nuestra frustración
con nuestros seres cercanos y más queridos.
Tiempo para fortalecer los
vínculos
Debemos estar atentos a que
los noticieros y el seguimiento de la pandemia en redes sociales no copen las
horas del día en la casa. Tener la información necesaria, de fuentes
confiables; pero con medida. Debe haber una “dieta informativa” que
permita no intoxicar, especialmente a los niños y adolescentes; protegiendo así
la salud mental que es vital en estos momentos.
En las actividades que
realizamos en Cecodap las familias siempre se quejan de la falta de tiempo para
poder comunicarse y acompañar a los hijos en su crecimiento. Esta emergencia
nos pone de parada forzosa y representa una oportunidad para comunicarnos y
conocer mejor a nuestros muchachos: cuáles son sus aspiraciones y temores.
Disponemos del tiempo para
que nos muestren cuáles son los juegos que usan, los youtubers que siguen, las
páginas o contenidos que les interesan.
Es una oportunidad de oro para poder
indagar sus motivaciones y contarles de las experiencias que tuvimos que fueron
decisivas en nuestras vidas cuando teníamos su edad, compañeros, familiares,
maestros que dejaron huella en quienes somos.
¿Qué hacer en casa?
Mantener
o crear una rutina en los horarios para dormir, comer y otras actividades.
Realizar
las tareas escolares asignadas, repasar algunos
contenidos. Debe ser un tiempo razonable para no convertir la casa en un aula y
aumentar el estrés.
Programas
de corte educativo. Quienes poseen cable, pueden ubicar canales
con programación de documentales sobre historia, geografía, turismo, cocina,
mundo animal.
El
poder de la lectura. Un libro o cuento que les guste puede ser
un canal maravilloso que lo introduzca al mundo de la lectura y un factor
protector en tiempos de emergencia.
Internet
como aliado. En estos tiempos que se fomenta el tele
trabajo, quienes tienen conectividad en casa cuentan con este aliado
fundamental para los muchachos. Hay muchos organismos internacionales y
empresas que han abierto sin costo sus páginas para tener acceso a bibliotecas
digitales, aulas virtuales, cursos online para aprender idiomas, por ejemplo.
El
poder del juego. Aprender a lavarse las manos, hacerlo
permanentemente, estornudar pasa de ser una obligación a ser un momento
entretenido, simulando a un superhéroe que se pone el codo sobre su rostro. El
juego es fundamental para que los niños se recreen y puedan procesar
preocupaciones y miedos. Juegos electrónicos, juegos de mesa, la búsqueda del
tesoro, mímica, adivinanzas. Hace un año tuvimos un entrenamiento en el marco
del apagón general.
Actividad
física. Una rutina de ejercicios adaptada al espacio o bailar
permite drenar la energía que los niños tienen acumulada.
Vivan
las artes. La música, cantar, aprender a tocar un instrumento es
un recurso maravilloso para abstraer la mente. Dibujar, pintar, recortar y
hacer un collage, dramatizar son recursos a nuestro alcance.
Lo
disfruto en familia. Ver una película y comentarla; cocinar
juntos; realizar tareas del hogar; ver fotos familiares; hacer una fiesta de
disfraces.
Cada familia encontrará la
vía con los recursos a su disposición porque para los niños lo más importante
es estar con sus familias. Como padres siempre recordar que los adultos somos
nosotros y quienes podemos comprender las circunstancias y tener más
comprensión y paciencia.
19-03-20
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