Julio César Arreaza B.27 de abril de 2020
@JulioCArreaza
Llegó
la hora ciudadana, el colapso de la nación convoca a una acción determinante
para acabar con la corporación criminal que llevó al país al despeñadero; sin
remilgos hay que asumir el divorcio con separación de cuerpos. No se puede
negociar con quienes nos malograron.
Ha
llegado el momento de conformar un movimiento definitivo de ruptura, articulado
eficazmente para producir el cese de la usurpación. Con sentido de realidad y
coraje, desplegado a la acción final, cuando nada hay que esperar de un
ecosistema embadurnado de corrupción, mentira y narcotráfico.
El
país merece otra cosa. Ha fracasado el modelo mental de los politicastros
motivados por intereses particulares, que la conchupancia con criminales los
asemeja, aunque se escuden en el discurso baboso y falso de la lucha por “la
libertad y rescate de la democracia”.
Aspiramos
a una ruptura protagonizada con gente comprometida con los valores de la
integridad, decencia, grandeza y desprendimiento. Enfocados en alcanzar el
objetivo de la ruptura y desterrando, al propio tiempo, la posibilidad de
reconstituir a viejas cúpulas disfrazadas de nuevas.
El
ecosistema de relaciones criminales no cesó con la muerte del galáctico sino
que continuó vivito y coleando con la usurpación, y ciertamente gozando del
apoyo de politicastros que conviven dentro de un saco de gatos, buscando
intereses crematísticos y carentes de la grandeza que demanda la hora actual.
Es sabido que el ecosistema del mal determina, por su naturaleza criminal, la
violación sistemática de los derechos humanos.
La
decisión de unos pocos malhechores nos trajo hasta aquí, sostenidos por la
fuerza dura de quienes ultrajaron y acabaron con las Fuerzas Armadas
democráticas, y pretenden reducirlas a un cuerpo que sostiene a una dictadura
por la complicidad de los altos mandos.
La
corporación criminal condujo a una emergencia humanitaria compleja que venimos
arrastrando antes del covid-19, con una economía que decreció hace 7 años a la
mitad. Venezuela está en desventaja con respecto a otros países, para recibir
las mismas medidas con miras a paliar los efectos de la pandemia. Insistimos,
veníamos ya en franco deterioro expresado en letales servicios de salud, agua,
electricidad, gas doméstico e internet y ahora sin combustibles.
Y
no digamos de la fundamental educación pública, básica y de bachillerato,
destartalada, destruida por el régimen y que se limita sólo al otorgamiento de
títulos sin valor porque no reflejan que sus portadores hayan alcanzado los
conocimientos para superarse y ganarse la vida.
Vivimos
las consecuencias de un modelo político y de vida criminal, de puertos y
bodegones. “Si tú produces me apagas el país porque no hay electricidad, agua
ni combustibles”. Un modelo pernicioso importador bueno para los robos de los
capitostes y no para el bienestar de la gente, basado en que es más barato
importar que producir. Causante de hambre, miseria y muerte. Se calcula que 43%
de las empresas cierren este año.
La
decisión correcta es trabajar por la ruptura, apegados a la verdad y conformar
un gobierno de emergencia con gente honesta a carta cabal y con coraje.
No
más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!
Nota:
Partió para la vida eterna el varón de Dios, Emeterio Gómez, eminente
economista y filósofo. Un hombre de excepción que sirvió a su país, se realizó
como persona, cumplió cabalmente su propósito existencial. Una potencia
intelectual. El hombre de pensamiento y acción dio valiente testimonio en estos
20 años aciagos padecimiento de régimen comunista. Expuso sus ideas y las
discutió en todos los ámbitos. Polemista sin igual. Anunció constantemente que
Dios existe. Estoy persuadido que ya sea la Presidencia de la República o el
Congreso del inminente gobierno democrático, asumirá el compromiso de editar
sus obras completas. Estos conocimientos contribuirán a construir a la
Venezuela posible.
Julio
Cesar Arreaza B.
@JulioCArreaza
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