Orlando Viera-Blanco 02 de septiembre de 2020
@ovierablanco
“Ni
Walesa, ODPOR, Mandela o las revoluciones balcánicas o árabes [primaveras] se
desmarcaron ni desenfocaron del objetivo: el cambio de régimen.
Después negociaron en democracia. Escribir misivas disruptivas estaba
[está] fuera de orden. Divide, desmotiva y debilita…”
Las predicciones en política obedecen a modelos
estadísticos basados en índices económicos, sociales o políticos que vencen el
‘estado del arte’ de la gobernabilidad. Países capaces de procurar
paz, prosperidad y estabilidad a sus ciudadanos. El ascenso, permanencia o
caída [en el poder] depende de los aciertos o quiebres de la coalición
dominante inter-alias, presión social y coaliciones
internacionales. La gran virtud: capacidad [madurez política] de generar
consensos y unidad.
El caso venezolano incorpora una variable inédita: la
coalición dominante no calca en un modelo de poder determinado. Es caótica y
ausente de un formato político convencional. Eso la hace fallida por lo
que el cambio no obedece a rigurosidades típicas pero sí un nivel mayor de
exigencias. Ante las atipicidades lo peor es la diseminación.
La caída del muro del Berlín y de la URSS.
La guerra fría enfrentó dos polos. Un bloque de
gobernanza democrático de influencia eurocentrista, judeocristiana, basados en
el respeto a la vida, la fe, la libertad, la propiedad, esto es, un sentido
teológico, social y político entre derechos y deberes para la convivencia.
Subyace el ideal del contrato social en un marco
constitucional y republicano sobre la triada del respeto a la ley, la justicia,
y la independencia de los poderes. En contrapartida el soviet. El
poder superior, centralizado y omnipresente del Estado sobre el hombre. En el
Estado democrático resaltan los valores de la sana competencia, libertad e
igualdad de oportunidades. En el Estado centralizador, autoritario y populista,
descansa la planificación y apropiación de los medios de producción, el hombre
incluido…
EE.UU. durante la guerra fría demostró mayores
capacidades de gobernanza lo cual le procuró alianzas y estabilidad social. La
URSS perdió el dominio de las masas y la confianza a partir de su ineficiencia
económica. La caída del muro de Berlín responde a la insurgencia del mundo
multipolar donde las naciones enaltecieron procesos de desprendimiento y
rebeldía. El factor fundamental fue la unidad de propósitos e identidad de
causa.
Odpor [resistencia] en Serbia para sacar a Slobodan
Milosevic; la revolución cívico militar de Rumania [desobediencia civil]
contra Nicolae Ceau?escu; Lituania y su revolución cantada [1989] más
el Movimiento Lituano S?j?dis [movimiento
reformista], la desintegración de la vieja Yugoslavia y la independencia de
Montenegro, Croacia, Serbia, Macedonia y Kosovo; Bulgaria y el lanzamiento de
la economía de libre mercado no planificada propio de la nueva constitución de
1991, Polonia y su Solidaridad con Lech Walesa al frente o el
Congreso Nacional Africano liderado por Mandela, fueron ejemplos incontenibles
de cambio político, social y territorial.
El común denominador de la caída de la URSS y del muro
de Berlín: i.-En lo institucional un nuevo orden político, económico, global y
democratizador. ii.-En lo colectivo: unidad, solidaridad y
organización ciudadana.
Ninguno de estos momentos: históricos, trascendentes,
transicionales y conductores de una reforma política profunda, vinieron
precedidos de peticiones [cartas] de intervenciones internacionales entre
grupos de resistencia. Ni Walesa, ODPOR, Mandela o las revoluciones
balcánicas o árabes [primaveras] se desmarcaron ni desenfocaron del objetivo:
el cambio de régimen. Después negociaron en democracia. Escribir
misivas disruptivas estaba[está] fuera de orden. Divide, desmotiva y debilita…
Votar y hacer maletas…
Lo padecido en Venezuela no tiene precedente. Entre
1998 y 2013-la era Chávez-vivimos experiencias antidemocráticas y
confiscatorias que se nutrieron de un modelo de reparto y redistribución de la
propiedad rapaz, en beneficio de una nueva élite revolucionaria.
Por una década [2003-2013] hubo una ilusión de bonanza que lanzó a la calle
políticas asistenciales, misiones, pan y circo, que redujeron los niveles de
pobreza crítica-cierto-pero sin productividad. Un barril de petróleo a 140$ y
1.4 trillones de dólares produjeron un espejismo de beneficencia que catapultó
el llamado socialismo del siglo XXI, que realmente fue el petro-populismo del
siglo.
La borrachera petro-revolucionaria condujo a un ‘ratón
socialista’ que perforó los últimos cabos de un Estado Republicano.
Pasamos de un Estado autoritario, militarista y personalista [era Chávez] a un
Estado ausente, miliciano, y colectivista, con múltiples cadenas de mando
repartidas en clivajes territoriales, económicos e institucionales. Unos
controlan el oro, los derivados de petróleo o servidumbres de paso. Otros los
alimentos, la justicia, la identidad, milicias, FFAA o lo que queda del sistema
electoral. Es una nación colonizada a pedazos y sablazos.
Esta atomización no excluye la adquisición [confiscación]
de franquicias de oposición acompañadas de compra de conciencias que se prestan
a participar en elecciones Prêt-à-porter [listas para llevar]. Ya
lo alertaba Platón. Seriedad en la política [spoude] es
obrar con el buen ejemplo a los jóvenes de la polis. Perder
la República es pulsar su migración. Y con el mal ejemplo de algunos
dirigentes se pierde su liderazgo pero también la unidad y el sentido de
pertenencia/permanencia en la lucha. Entonces los jóvenes hacen maletas. La
inmadurez no es de ellos. Tampoco su culpa, porque predecir y
padecer continuismo del status quo es el castigo cuando
se adolece de unidad y madurez política. Y se vacía la ciudad…
Orlando Viera-Blanco
@ovierablanco
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