BBC News Mundo 08 de noviembre de 2020
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Leopoldo
López fue durante varios años el rostro más conocido de la oposición venezolana
en el mundo.
El fundador del partido Voluntad Popular se hizo muy
famoso después de ser apresado en 2014, cuando lideraba una serie de
manifestaciones en Caracas en contra del gobierno de Nicolás Maduro.
López fue acusado de incitar a la violencia y fue
sometido a un juicio muy cuestionado que derivó en una condena a 13 años y
nueve meses de prisión.
Tras pasar casi siete años con su libertad restringida
-de los cuales estuvo encerrado durante cuatro años en una cárcel militar y
otro año y medio en arresto domiciliario-, hace unas semanas se supo que López
había escapado a Madrid, después de haber permanecido desde abril de 2019 en la
embajada de España en Caracas.
López
es uno de los principales apoyos políticos del líder de la oposición y
presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, y jugó un papel
importante en el fallido alzamiento popular el 30 de abril de 2019 en la
capital venezolana.
Actualmente está haciendo un llamado a los partidos de
oposición para boicotear las elecciones parlamentarias que se realizarán el
próximo 6 de diciembre.
Stephen Sackur, presentador del programa de la BBC
Hardtalk, habló con López sobre su labor como líder político en los últimos
años. Aquí les ofrecemos una versión resumida de su conversación.
¿Por qué decidió huir de su país?
Fue una decisión muy difícil. Pasé más de cuatro años
en una prisión militar, después pasé un año y medio de prisión domiciliaria y
después estuve en la embajada de España en condición de asilo.
Nunca quise irme de Venezuela. De hecho, yo me
entregué a las autoridades en 2014. Cuando la dictadura inició un proceso
judicial en mi contra, fue mi decisión ir a la cárcel y no exiliarme.
Durante siete años he estado privado de la libertad,
pero las circunstancias actuales fueron las que me llevaron a tomar esta
decisión, que había evitado tomar durante muchos años, de salir de allí para
luchar por la libertad de Venezuela, algo que se han visto forzado a hacer
miles de venezolanos. No solo personas involucradas en la política, sino 5,5
millones de personas que han tenido que huir del país.
En una entrevista que le hizo la BBC en 2017, cuando
estaba en prisión, usted habló de su determinación de luchar por la libertad,
la democracia y el llamado a elecciones libres en Venezuela. El hecho de que
usted haya elegido salir del país hacia España se puede leer como un signo de
derrota y de haber fallado en sus intenciones.
Yo no lo veo así. Una vez (Nelson) Mandela dijo que
quien lucha por la libertad no elige la forma en que se lucha, sino que lo
elige el opresor. Como lo señalé antes, las circunstancias han cambiado. Y uno
de los principales elementos que necesitamos para llevar el cambio a Venezuela
es el fortalecimiento de la coalición internacional con nuestra coalición
nacional y con el pueblo venezolano, con el objetivo llevar a cabo el cambio
que necesita Venezuela.
Por muchos años, casi 17 años, el mundo y muchas
personas en Venezuela no hablaron de lo que pasaba en nuestro país y lo que
estábamos sufriendo debido a esta cruel dictadura.
Muchos ahora ven a Venezuela como una democracia
fallida, pero eso no ocurrió sino hasta 2014, cuando quedó claro para nosotros
y para el mundo que en nuestro país ya no había una democracia.
Esto no es fácil. No ha sido fácil llevar el cambio a
Corea del Norte. No ha sido posible llevar el cambio a Cuba o a Nicaragua y no
ha sido posible llevar el cambio a Venezuela. Y la razón es que hay una
dictadura, cruel, que ha sido hallada culpable de crímenes en contra de la
humanidad por Naciones Unidas. Y de muchas otras cosas terribles que se han
cometido en contra del pueblo venezolano.
No hay duda que, de acuerdo a reportes de distintas
organizaciones, hay un régimen represivo en Caracas. Como usted señala, no ha
sido fácil esa lucha contra ese régimen, ¿no sería importante también reconocer
que el liderazgo de la oposición ha cometido grandes errores a nivel
estratégico?
Por supuesto. Somos seres humanos y estamos luchando
contra una dictadura. Y como hemos tomado decisiones acertadas e importantes
que nos han acercado a retomar nuestra libertad, otras decisiones no han sido
tan acertadas en su momento. Lo cierto es que ha sido un proceso difícil en el
que hemos estado muy cerca de la libertad que anhelamos y en otros momentos
hemos quedado sin esperanzas.
Pero yo siempre cito una frase de Pepe Mujica,
expresidente de Uruguay: "Triunfar en la vida no es ganar. Es tener la
capacidad de caer y volver a levantarse", en este caso por la libertad.
Y yo creo que el problema no es la oposición. El
problema en Venezuela no es el pueblo venezolano. El problema es la dictadura
criminal que asesina a su pueblo, que mata a sus prisioneros y tiene aguantando
hambre a millones de venezolanos.
Seamos claros: la tragedia de Venezuela tiene un
nombre, Nicolás Maduro.
Usted es un hombre que aboga por la confrontación, la
resistencia, la acción directa. Estuvo al frente de la masiva movilización de
2014, que al final no alcanzó su objetivo. También vimos que, en 2019, su
protegido se autoproclamó presidente interino de Venezuela como presidente de
la Asamblea Nacional, algo que usted apoyó, ¿Fue un error nombrar a Juan Guaidó
como presidente de la oposición?
No fue algo que yo decidí. Fue una decisión hecha con
base en nuestra Constitución.
Esa fue la razón por la que Juan Guaidó fue reconocido
por el gobierno de EE.UU. y además por otros 60 gobiernos alrededor del mundo
como el presidente interino de Venezuela, porque la Constitución claramente
indica que si no hay un presidente legítimo posesionado cuando el periodo
presidencial inicia, entonces el presidente de la Asamblea Nacional asume el
control ejecutivo del país, como presidente interino, hasta que se convoque a
una nueva elección.
Y eso fue lo que pasó en Venezuela. No fue algo que yo
o el presidente Trump impusimos en Venezuela. Fue algo que estaba en la
Constitución. Estamos muy agradecidos con todos los países que reconocieron a
Guaidó como presidente. Y estoy convencido que lo hicieron con la idea de que
se celebraran elecciones libres y justas en el país.
Lo que nosotros queremos es que sea el pueblo de
Venezuela el que decida quién dirige el país y quién es capaz de ayudar a
construir el futuro.
Pero, si usted y Guaidó se hubieran mantenido en su
lucha por unas elecciones justas y libres, hubiéramos entendido su punto. Pero
obviamente esto fue mucho más lejos. Por ejemplo, el 30 de abril de 2019, usted
básicamente intentó impulsar una insurrección militar para derrocar a Nicolás
Maduro y, además, falló.
Lo intentamos y después dimos un paso hacia atrás.
Pero usted nos acaba de decir que estaba comprometido
con la democracia y las elecciones, y lo que realmente trató de hacer fue
un golpe de Estado.
No, eso no es cierto. Lo que nosotros propusimos fue
una propuesta con el pueblo, el ejército y la policía. Yo viví durante cuatro
años en una prisión militar, así que tuve mucho contacto con el ejército de
Venezuela.
Muchos de ellos son responsables de cometer crímenes
serios, pero la mayoría quiere un cambio. ¿Y qué pasó esa mañana? El
sentimiento de muchos militares que querían traer un cambio a Venezuela se hizo
visible. Y lo que nosotros estábamos proponiendo era precisamente traer un
cambio a Venezuela con un gobierno de transición con la estructura que existía
en ese momento y en menos de nueve meses tener una elección presidencial.
La situación en Venezuela es que estamos enfrentando a
un dictador y no se puede tratar a un dictador con las reglas y las dinámicas
de la democracia. Y necesitamos hacer lo que toque hacer para derribar al
dictador.
Y yo no soy quien señala como dictador a Nicolás
Maduro, no es el pueblo de Venezuela, es Naciones Unidas que lo responsabiliza
por cometer crímenes contra la humanidad. Es que se identificaron más de 8.000
asesinatos entre 2014 y 2019 en contra de personas que habían salido a
protestar contra este régimen.
Nosotros nos estamos enfrentando a un monstruo aquí.
Pero no solo fue ese momento, en el que cometió un
error de juicio al creer que el ejército estaría de su lado en esa jornada,
sino que se equivocaron aún más espectacularmente ese mismo año cuando envió
emisarios a Miami para hablar con un muy dudoso exmiembro de las fuerzas
especiales de EE.UU.
Y además se señala que usted le ofreció una gran
cantidad de dinero para organizar una intervención militar para secuestrar a
Maduro. Muchos expertos señalan que a partir de eso usted perdió toda
credibilidad. ¿Por qué lo hizo?
Como se ha dicho en varias partes desde que ocurrió,
ese episodio fue algo creado y elaborado por la dictadura. Y también se ha
dicho, con pruebas, que la masacre que ocurrió esa mañana fue algo que elaboró
la dictadura.
Así que no es cierto que nosotros estuviésemos
involucrados.
Permítame contradecirlo, señor López. Dos de las
personas que estuvieron involucradas en los contactos con esos militares fueron
Sergio Vergara y J.J. Rendón, quienes hacían parte de la Comisión de la
Estrategia para la Crisis, que lo incluye a usted.
No, eso no es cierto. Yo no sabía nada de esas
conversaciones y después, cuando Guaidó se enteró de esto, la conversación con
ese grupo se bloqueó por completo.
Y además quedó muy clara la posición del presidente
Guaidó. No estaba de acuerdo con esa operación y esas dos personas dejaron de
ser colaboradores del presidente.
Es cierto, fueron despedidos, pero fue un episodio
bastante vergonzoso. Y además le permitió a Maduro decirle al pueblo venezolano
que básicamente usted, Guaidó y otros estaban en el bolsillo de los
estadounidenses.
Como dije antes, no tengo nada que ver con ese caso ni
con ese episodio y el presidente Guaidó fue muy claro sobre su posición al
respecto. Nosotros creemos que Venezuela necesita un cambio, pero esa no es la
manera en que se debe hacer el cambio.
Hablemos del contexto internacional, la importancia
del apoyo que han recibido en los últimos años de, por ejemplo, Estados Unidos.
Teniendo en cuenta una muy probable presidencia de Joe Biden, ¿no cree que tuvo
demasiado fe en el gobierno de Trump?
Nosotros tenemos fe en la comunidad internacional que
nos apoyó y, por supuesto, en la administración Trump. Y estamos muy
agradecidos por esto.
Pero creo que la posición de Estados Unidos frente a
Venezuela es una posición bipartidista. Cuando Juan Guaidó fue a EE.UU. y
estuvo en el discurso de la Unión, en febrero de este año, recibió una gran
ovación tanto por parte de congresistas republicanos como de los demócratas.
La decisión sobre quién es presidente de EE.UU. no es
algo que dependa del pueblo venezolano. Nosotros tenemos el apoyo para llevar
el cambio a nuestro país. No tiene nada que ver con una ideología u otra. No es
sobre republicanos o demócratas. No es sobre el Partido Socialista en España o
el Partido Popular.
Esto es sobre libertad y democracia. Esto es sobre
millones de personas que están oprimidas por un tirano. Un tirano asesino que
continúa haciendo bastante difícil la situación del pueblo venezolano, lo que
ha obligado a miles a abandonar su país.
Entonces, esto se trata de libertad. Se trata en
esencia de que el pueblo venezolano tenga la opción de elegir su futuro.
No quiero desconocer el sufrimiento del pueblo
venezolano. Aquí tengo algunas estadísticas, como por ejemplo que la economía
venezolana se va a contraer en un 30% en 2020 y que el 80% de la población vive
en la extrema pobreza y 30% de los niños sufre de desnutrición.
Esa es la realidad de Venezuela. Pero usted apoya
medidas de embargo financiero que agudizan esos problemas
económicos que van a aumentar aún más cuando se ponga fin a los
intercambios de diesel por petróleo que estaba ayudando a los venezolanos
a ingresar combustible a su país, algo que los grupos humanitarios en
Venezuela dicen que va a empeorar la situación de la gente común. ¿Por qué
apoya estas medidas?
Mucha gente cree que la crisis humanitaria en
Venezuela es consecuencia de las sanciones económicas que le han sido impuestas
a Venezuela, pero eso no es cierto.
Y lo explico.
La crisis en Venezuela es producto de un deterioro que
viene de muchos años atrás. En 2018 fue el año en que se comenzaron a aplicar
las sanciones contra el país, así que la situación no es consecuencia de esos
embargos.
Además, lo que hemos venido promoviendo es que todo el
esfuerzo humanitario, que necesitamos que llegue a Venezuela ahora, debe
ocurrir a través de las agencias internacionales.
Y el gobierno de Juan Guaidó ha venido trabajando con
las agencias internacionales, Naciones Unidas y la Organización Panamericana de
la Salud con la idea llevar todo el apoyo para aliviar esa crisis humanitaria.
Pero, a la vez, también necesito ser muy claro sobre
este tema: se necesita que el régimen cambie si queremos que esta crisis se
solucione.
Usted solo ha dicho que el régimen debe cambiar. Y hay
otras figuras de la oposición que piensan que su estrategia de confrontación ha
fallado y que se necesita otra idea.
Por ejemplo, se va a realizar la elección de la
Asamblea Nacional el próximo 6 de diciembre. Ahora muchos partidos de oposición
han decidido boicotear esa elección. Pero hay unos líderes de la oposición que
no creen que ese sea el camino. Henri Falcón, jefe del partido Avanzada Progresista,
señala que el voto es el único camino para lograr ese cambio democrático.
Por ejemplo, miremos el caso de Bielorrusia. Incluso
sabiendo que el gobierno podría manipular las elecciones, los partidos de
oposición estuvieron en las elecciones y pusieron en evidencia al gobierno.
Me gustaría señalar que siempre hemos creído en el
voto y puedo contarle algo personal sobre votar: en 2015 se debían realizar las
elecciones parlamentarias. Yo estaba en prisión y fue cuando decidí hacer la
huelga de hambre con otros prisioneros políticos para que se estableciera una
fecha para esa elección.
Finalmente logramos una fecha, el 6 de diciembre de
ese año. Todos nos presentamos, unidos bajo un mismo partido y ganamos dos
tercios de la Asamblea Nacional. Pero Maduro hizo lo que haría un dictador y
nos quitó todos los poderes constitucionales que teníamos como poder
legislativo.
Quedamos como un símbolo legítimo de lo que el pueblo
quería, pero sin ninguna capacidad de legislar.
Así que ya hemos estado en esa situación. Nosotros
queremos elecciones. Quiero dejar este mensaje muy claro. Queremos elecciones
presidenciales porque es la única forma en la que el cambio puede llegar.
Pero no vamos a ser partícipes de un fraude. El 65% de
los venezolanos cree que no hay condiciones, bajo el régimen de Maduro, para
que se puedan realizar unas elecciones confiables.
La popularidad de Juan Guaidó, de acuerdo a varios
datos dentro del país, apenas llega al 25%, con lo que su capacidad de poder
llevar el cambio a Venezuela se ha reducido considerablemente. ¿No cree que ha
perdido la esperanza de poder hacerlo?
No, nunca voy a perder la esperanza. Nos vamos a caer
y vamos a volver a levantarnos. Porque se trata de nuestras vidas. Se trata de
lo que creemos. Fui a la cárcel y pasé cuatro años en la cárcel. Mucha gente,
mucha gente ha pasado por momentos muy difíciles, sufrimientos y lo más
importante, el compromiso continúa lleno de esperanza.
Tomado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54848943.amp
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