Lester Toledo 05 de noviembre de 2020
@LesterToledo
Transcurrían
las elecciones en Estados Unidos y durante la larga e histórica espera por los
resultados muchos venezolanos, así lo manifestaron en las redes sociales,
debatían, se enfrentaron y algunos hasta se consideraron especialistas en el
sistema electoral norteamericano.
Y mientras muchos mantenían su mirada puesta en
Estados Unidos, en las calles de Venezuela, los docentes y trabajadores de la
salud se volcaron a las calles para reclamar salarios justos, dignos y
reclamaban por el cese del hambre y de las muertes, así como por la debida
dotación de equipos de protección y bioseguridad ante la pandemia de la
Covid-19.
En Caracas, Mérida, Portuguesa, Lara y Cojedes, entre
otros estados, se escucharon los reclamos de estos valientes venezolanos, que
cansados de recibir sueldos de miseria y de sufrir hambre, decidieron liberarse
de las cadenas del miedo y expresaron a viva voz su reclamo.
Docentes, personal de enfermería, trabajadores de
hospitales se volcaron a las calles y al unísono entonaron el himno nacional y
gritaron sus consignas de dolor, con voces desesperadas gritaban: “Pueblo
escucha únete a la lucha”, “Nos estamos muriendo de hambre”, “Basta ya de
sueldos de hambre”, “Salarios dignos ya” y “No más muertes”, entre otros
reclamos justos.
Hablamos de una inmensa mayoría de venezolanos cuyo
ingreso mensual no supera los 0,77 centavos de dólar, y que es sobre esos
hombros maltratados por este régimen criminal, que reposan la salud y la
educación de nuestro país, y así es como le pagan.
Es que, si bien lo que acontezca en Estados Unidos
podría tener influencia con el destino de nuestro país, no es menos cierto, que
lo que nos tiene que ocupar es lo que está pasando con nuestros hermanos
venezolanos y en los responsables de esta crisis humanitaria, en otras
palabras, el foco y la mirada deben retornar a Venezuela.
Porque mientras se debatía la presidencia en el norte
y en las calles de Venezuela los ciudadanos reclamaban por hambre, resulta que
el régimen se ocupaba de estrechar sus vínculos y negocios con sus socios
iraníes.
No es casualidad que en medio de esta confusión, Jorge
Arreaza se dispuso a recibir con honores a su homólogo, el ministro de Asuntos
Exteriores de la República Islámica de Irán y jefe de la delegación iraní de
negociación en torno al programa nuclear de Irán, Mohammad Javad Zarif, para
estrechar aún más lo que llamaron, “nuestra alianza estratégica, nuestra
hermandad”.
En otras palabras, mientras el pueblo se vuelca a las
calles a protestar por hambre, el régimen se hace de oídos sordos y se dedica a
negociar la soberanía del país, no para dar respuesta a esos reclamos, sino
para llenarse sus bolsillos y para seguir robando y saqueando nuestras mermadas
riquezas.
Esa es la realidad, y ese debe ser el foco de
discusión, unirnos todos para poner fin a quienes se han empeñado a mancillar
al pueblo, a denigrarlo con sueldos de miseria, a matarlos de hambre y de
mengua. Cada venezolano que ha padecido de hambre, que sufre con los apagones,
que ha visto a sus familiares morir o irse del país, que no consigue gasolina,
o gas o agua, debe transformar todo ese descontento en acción de calle para
enfrentar al gran culpable de toda esa crisis.
Es vital entender, que es Maduro, y no Trump o Biden,
el culpable de los sueldos de miseria que devengan nuestros maestros y el
personal de la salud. Es él, el que ha condenado a la muerte a más de cinco
millones de adultos mayores, que luego de haber entregado su vida trabajando
por el país, hoy reciben una indigna pensión que apenas y les alcanza para
comprar medio kilo de queso, o medio cartón de huevos.
Es en contra esos indolentes criminales, que se llenan
los bolsillos a costa del hambre de los venezolanos, que debemos unirnos y
actuar.
Abrir los sentidos al clamor de la calle y en razón de
ello, actuar, porque mientras más venezolanos escuchen, reclamen y actúen
unidos, no habrá que seguir esperando por soluciones mágicas o extremas.
Siempre lo he dicho, el fin de esta dictadura de
Nicolás Maduro pasa por la unión de todas las fuerzas del país, el apoyo y la
validación internacional y sobre todo, la presión de calle retumbando con sus
voces: ¡Pueblo escucha únete a la Lucha!.
Lester Toledo
@LesterToledo
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