NORA GÁMEZ TORRES 23 de julio de 2019
@ngameztorres
Al
cumplirse seis meses del reto del presidente de la Asamblea Nacional, Juan
Guaidó, a la legitimidad de Nicolás Maduro en Venezuela, Estados Unidos está
dispuesto a ofrecer garantías para una salida negociada del gobernante que
ponga fin a una crisis política que muchos consideran estancada.
Un
funcionario de alto rango de la administración de Donald Trump sugirió que
Estados Unidos estaría considerando no incriminar a Maduro a cambio de que
acepte dejar el poder en Venezuela.
“Creo
que Maduro quizás está buscando una salida pero no sabe cómo luciría, no sabe
si hay garantías para eso. Creo que aún piensa que si va a, digamos, República
Dominicana, lo vamos a acusar e iremos tras él”, dijo un funcionario de alto
rango al Miami Herald. “Creo que esa es la preocupación y creo que hay espacio
para la negociación y eso es lo único para lo que hay espacio en una
negociación con Maduro”.
El
funcionario exhortó al gobernante venezolano a aprovechar la oferta antes que
sea tarde, citando un crítico reporte de Michelle Bachelet, la Alta Comisionada
de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que detalló las violaciones
de los derechos humanos en Venezuela bajo Maduro, y que podría usarse para
llevarlo ante la Corte Penal Internacional de La Haya. Estados Unidos no
reconoce ese tribunal, recalcó el funcionario, pero otros gobiernos de la
región sí.
“Ha
llegado el momento de decir, esta es la oportunidad que usted tiene y estamos
dispuestos a negociar para cerrar este capítulo, pero esa oportunidad se está
cerrando porque ahora incluso la ONU ha creado un caso que podría usarse en su
contra en La Haya “, dijo el funcionario. “Mi preocupación es que eso lo
desaliente a encontrar una salida. Lo que buscamos ofrecer es ... esta debería
ser su oportunidad de pasar la página, ahora, antes que sea demasiado tarde “.
El
funcionario pidió no ser identificado para poder hablar con franqueza sobre la
política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela.
Hay
precedentes de acuerdos de este tipo. Al presidente Jean Bertrand Aristide se
le permitió huir de Haití en 2004 a bordo de un avión militar de Estados Unidos
en medio de acusaciones de manipular las elecciones. Más tarde fue investigado
por acusaciones de narcotráfico pero nunca fue encausado.
Varias
figuras del gobierno de Trump ya habían hablado de la disposición de negociar
con Maduro una salida, pero la mención de garantías parece surgir del
reconocimiento de que, al cabo de seis meses, no parece haber una solución
inmediata a la situación en Venezuela.
“Nadie
le ha dicho nunca al presidente que esto sería rápido”, dijo el funcionario,
presionando con fuerza contra lo que él llama una “narrativa de los medios”.
“Es indiscutible que progresamos en debilitar a Maduro en las últimas 20
semanas que los últimos dos gobiernos. En ese sentido, nos sentimos muy bien
sobre dónde estamos y el avance que se se ha logrado”.
Pero
el gobierno de Trump, que ha apostado todo su capital a una salida del
gobernante venezolano, ha visto fracasar uno por uno los planes de la oposición
que ha apoyado, desde los esfuerzos para llevar ayuda humanitaria hasta una
conspiración con miembros del gobierno para derrocar a Maduro, quien sigue
aferrado al poder con la ayuda de Rusia, Cuba y China. Con un salario mínimo
equivalente a 8 dólares mensuales, el más bajo del continente, y en medio de la
escasez de medicinas y alimentos, miles de venezolanos siguen emigrando hacia
países vecinos, lo que amenaza con se que duplique el éxodo de cuatro millones
de refugiados si la crisis se prolonga.
La
sensación entre muchos venezolanos es de pesimismo y las manifestaciones más
recientes convocadas por Guaidó ya no son multitudinarias.
“Creo
que, lamentablemente, los medios de comunicación retratan esto de modo
equivocado”, opinó el funcionario. “No se trata del impulso [de Guaidó] y de la
gente en las calles; es realmente un desafío poder llegar a la gente porque
cada vez que él abre la boca, el gobierno venezolano tumba internet con ayuda
de los chinos. El mayor desafío que enfrenta es de transmitir su mensaje. La
gente apoya su mensaje pero no puede protestar si no saben adónde ir”.
Estados
Unidos fue el primer país en reconocer a Guaidó el 23 de enero de 2019 como el
presidente legítimo de Venezuela. Desde ese entonces, Washington ha destinado
millones para ayuda humanitaria y ha sancionado a miembros del régimen
chavista, agencias de seguridad y objetivos económicos como PDVSA, la petrolera
estatal. Todo menos una acción militar, pese a que altos funcionarios del
gobierno, el vicepresidente Mike Pence y el propio presidente machacaron la
frase “todas las opciones están sobre sobre la mesa” ante los medios.
Seis
meses después, una intervención militar, la opción más comentada en Venezuela,
parece una posibilidad cada vez más lejana.
“No
sé en qué parte de la esfera política venezolana se ha puesto de manifiesto el
hecho de que los venezolanos pidan una intervención militar y la van a
conseguir. No es así”, dijo el funcionario.
“Vamos
a hacer todo lo posible para ayudar al presidente interino Guaidó con las
herramientas y los mecanismos que tenemos, pero cuando se trata de esa opción
definitiva, la seguridad nacional de Estados Unidos pesa mucho y esa no es una
decisión que los venezolanos puedan tomar, esa es una decisión que le
corresponde al presidente de Estados Unidos”, agregó.
Lo
que Estados Unidos sí está dispuesto a hacer es ampliar las sanciones a nuevos
objetivos en Venezuela. La semana pasada, el Departamento del Tesoro sancionó a
la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela y a cuatro de
sus miembros por su papel en la muerte del capitán Rafael Acosta Arévalo.
“Verán
medidas más duras ... más amplias y más holísticas”, dijo el funcionario. El
efecto de algunas de las sanciones más recientes contra el sector petrolero,
agregó, apenas se han comenzado a sentir porque las regulaciones contemplan
períodos de gracia para que las empresas estadounidenses pongan fin a sus
operaciones en ese país.
Tras
el reporte de Bachelet, la Unión Europea también advirtió que aumentaría las
sanciones “si no hay resultados concretos en las negociaciones en curso”,
facilitadas por el gobierno de Noruega, dijo la alta representante de la UE
para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, en un comunicado.
Pero
sentarse a conversar con representantes de Maduro, primero en Oslo y
recientemente en Barbados, ha dividido a la oposición y debilitado
políticamente a Guaidó. Voces prominentes de la oposición, como María Corina
Machado y el ex alcalde caraqueño Antonio Ledezma, no han escatimado palabras
para criticar lo que consideran un gesto fallido que solo fortalece a Maduro.
El descontento con el diálogo ha forzado a Guaidó a tener mucho cuidado con su
postura para para poder presentarse ante los gobiernos europeos como un
político pragmático que evalúa todas sus opciones y apaciguar a su base al
insistir que no cesará hasta lograr “el fin de la usurpación”, una frase que
alude a la salida del gobernante.
En
un fragmento inédito de una entrevista concedida a fines de mayo a el Nuevo
Herald, Guaidó se refirió a las conversaciones en Oslo “como una iniciativa
más. Estamos enfrentando una dictadura… que durante años ha demostrado utilizar
este tipo de iniciativas para dilatar, para ganar tiempo, para confundir a la
opinión pública y para hacernos ver débiles. En este caso no les funcionó.”
“Venezuela
no tiene tiempo”, agregó el líder opositor. Unas semanas después, a principios
de julio y sin una solución rápida, representantes de la oposición y el régimen
de Maduro se sentaban de nuevo a conversar en Barbados. La semana pasada hubo
otro encuentro en esa misma isla.
Tanto
Noruega como la Unión Europea, que respaldan las conversaciones, apoyan una
solución política que incluya nuevas elecciones tanto para la presidencia como
para la Asamblea Nacional bajo un renovado Colegio Nacional Electoral y un
nuevo padrón electoral. Pero celebrar elecciones bajo Maduro, o incluso con él
como candidato, ha resultado un punto controversial.
El
secretario de Estado Mike Pompeo dijo el sábado que unas elecciones libres y
justas mientras Maduro siga en el poder, con el apoyo del gobierno cubano, son
“inconcebibles”.
Un
portavoz del Departamento de Estado para Asuntos de las Américas dejó claro que
Maduro es visto como el único obstáculo para la solución de la crisis.
“Lo
único que impide avanzar con un gobierno de transición, la suspensión de
sanciones y la preparación para las elecciones es la negativa de Maduro a
renunciar para permitir que el gobierno de transición tome el control”, dijo el
portavoz.
“No
apoyamos medidas que dejen a los participantes corruptos y no democráticos en
el poder o compren tiempo para que el régimen de Maduro consolide aún más su
dominio en el país”, dijo el portavoz sobre las conversaciones mediadas por
Noruega. “Cualquier discusión sobre una transición debe incluir la partida de
Maduro como condición previa para las elecciones; la creciente represión y los
ataques contra las instituciones democráticas son una prueba positiva de que
Maduro no está dispuesto o es incapaz de respetar los procesos democráticos”.
Aunque
el gobierno de Trump no ha ocultado su escepticismo sobre las conversaciones
mediadas por Noruega, el funcionario dijo que las sanciones de Estados Unidos
habían llevado a Maduro a sentarse en la mesa del diálogo.
“Sin
el rápido y contundente apoyo del presidente Trump, este desafío a Maduro se
habría derrumbado hace meses. La única razón por la que el régimen de Maduro
está incluso en la mesa de negociaciones en Barbados son las medidas tomadas
por esta administración”, dijo el senador Marco Rubio, republicano por la
Florida Marco Rubio..
“No
solo Estados Unidos se mantiene escéptico ante las conversaciones. El Vaticano
se negó explícitamente a participar en nuevas conversaciones y la Unión Europea
acaba de votar para imponer sanciones si estas fracasan, porque Maduro tiene
una larga historia de usar conversaciones para ganar tiempo y tratar de dividir
a la oposición”, dijo el senador. “La esperanza de lograr el alivio a las
sanciones de Estados Unidos es lo que obligó al régimen a participar en las
negociaciones. Estas sanciones solo deben levantarse si el gobierno legítimo
del presidente interino Guaidó puede llegar a un acuerdo que lleve a una
transición real a la democracia”.
Pero
incluso si Maduro accede a irse, no queda claro qué otros miembros del régimen
aceptarían dejar el poder. En Twitter, Rubio se refirió al más conocido de
estos personeros: Diosdado Cabello, el número dos del régimen, quien
últimamente ha acumulado más poder.
“Diosdado
Cabello está tomando el control de Venezuela de [las manos de ] Nicolás
Maduro”, escribió Rubio. “No solo preside la Asamblea Constituyente ilegítima,
sino que los miembros de su familia y los leales [a él] ahora controlan las
fuerzas armadas, la agencia de espionaje, la compañía de petróleo, la
recaudación de impuestos, las obras públicas y muchos ‘colectivos’”. Los
colectivos son organizaciones paramilitares a las que se les acusa de muchos actos
de violencia política en el país.
Un
primo de Cabello, el mayor general Alexis Rodríguez Cabello, es desde
principios de julio el Comandante General del Ejército Bolivariano. Un mes
antes, el inusual viaje de Cabello a La Habana generó un sinnúmero de
especulaciones.
“¿A
qué fue Diosdado Cabello a pasar el fin de semana a Cuba? Cualquier observador
curioso diría que está tratando de vender a los cubanos que quizás él sea la
mejor opción”, dijo el funcionario de alto rango. “Quizás estés viendo un cortejo
de elementos chavistas que trata de convencer a los cubanos de que sus
intereses están protegidos con ellos. Eso magnifica el hecho de que no hay
nadie en quien Maduro pueda confiar”.
Aunque
la oposición ha cuestionado la división entre “madurismo” y chavismo, lo que
consideran una separación artificial, el funcionario dijo que el “madurismo” se
había convertido en el “principal obstáculo para la supervivencia política del
chavismo”, otra razón para que los miembros del régimen se desvinculen del
atribulado gobernante. Al mismo tiempo, reconoció que había escenarios posibles
para el futuro de Venezuela que no eran “ideales”, como un golpe de Estado
promovido por Cabello.
Pese
a esta incertidumbre, el funcionario insistió en que la política estadounidense
hacia Venezuela estaba dando resultados.
“Solamente
hay que observar el cambio radical que ha habido en la situación en comparación
con el 31 de enero”, dijo. “Si alguien piensa que se ha perdido ese impulso,
que no se ha ganado mucho terreno, que Maduro no está herido de muerte,
entonces están observando un mundo completamente diferente”.
Tomado
de: https://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article232851177.html
La
agencia de noticias EFE tituló:
EE.UU. da un "corto plazo" a Maduro para
dejar el poder con "garantías"
Estados Unidos ha comunicado al presidente venezolano,
Nicolás Maduro, que tiene un "corto plazo" para dejar el poder con
"garantías" si no quiere enfrentar la Justicia internacional y nuevas
sanciones, reveló este martes el encargado de Latinoamérica en la Casa Blanca,
Mauricio Claver-Carone.
En una entrevista exclusiva con Efe en la Casa Blanca,
el mismo día en que se cumplen seis meses desde que Estados Unidos reconoció a
Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, el alto funcionario defendió
que los mayores frutos de la estrategia estadounidense están por llegar.
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