Por Eduardo López Sandoval
Buen apetito.
La próxima vez que almuerces, cuando te lleves a la boca, mi
pana lector, esa cucharada de arroz, saboréala bien, y piensa en la cadena
humana que hizo posible tan trascendental, significativo, nutritivo y sabroso
hecho.
Piensa y enumera.
El primer eslabón de la cadena es el agricultor, quien siembra y
cosecha la tierra que le legaron sus abuelos; éste es uno, agrégale un par de
humanos más como promedio, uno que es un trabajador asalariado y el otro es un
hijo del productor que lo ayuda en estas labores diarias.
Acumulamos tres individuos en la cadena de producción que no son
los primeros, porque otro importante número de individuos ha hecho posible que
los insumos lleguen a tiempo al agricultor, para que éste los coloque en la
tierra labrada.
Sigue masticando.
Para sembrar se debe preparar la tierra, para lo cual una
multitud de ciudadanos deben aportar sus saberes, como el operador del tractor,
el mecánico y el vendedor de estos equipos, y los lubricantes, sumemos a la
cadena sólo siete eslabones más, llevamos diez.
Toma otra cucharada más de arroz, saboréala y enumera los que
producen la semilla certificada, el fertilizante, los pesticidas, y los que
transportan esos insumos. ¡Ah!, y a los que la venden, los comerciantes son un
eslabón indispensable en esta cadena de producción. Suma noventa humanos más,
llevamos cien.
Ya el arroz se dio hermoso. Suma ahora los trabajadores que
laboran en la cosecha y posterior transporte a las plantas procesadoras que en
estas tierras llaman arroceras, ¿otra vez el transporte para llevar el arroz a
tu mesa? No. Antes pasa por las imprescindibles manos del comerciante. Llegamos
a mil individuos que trabajan para hacer posible que tú te hayas podido llevar
a tu boca este manjar, y todos comen.
Tú, de no vivir en una sociedad socialista bolivariana del siglo
xxi, serías el causante de esa cadena de felicidad, porque tú trabajarías y
ganarías suficiente para comprar en el mercado ese kilo de arroz, y habrías
hecho posible que estos mil individuos, además de comer, vistan, tengan carro,
piso y techo, pesquen los hombres los fines de semana y las mujeres sus tintes
para las canas no les falten.
Son mil uno individuos felices, porque tú también eres parte de
esta cadena feliz.
Esta cadena en este Socialismo Bolivariano de Venezuela se ha
acortado. Esa cucharada de arroz sigue aun dando felicidad a mil individuos,
pero en el país donde se produce, que puede ser cualquiera del mundo, pero que
son con preferencia los países de América donde ha predominado la sangre india
con la del Conquistador íbero, es Indoamérica. Para no salir de los apellidos
que han gobernado, digamos que el arroz que has saboreado viene de Argentina, y
el cuento tiene un lustro de viejo.
En Venezuela la cadena se ha acortado a solo el eslabón del
enchufado que tiene la felicidad de comprar con sobreprecio en Argentina. Sólo
uno come, pero come por todos, y más.
Los
transportistas, ni los comerciantes pueden ser parte de esta cadena. No, porque
se enriquecen, y ser rico es malo. Es esta la razón por la cual aquí en
Venezuela no se siembra, para evitar que los agricultores ganen dinero: ser
rico es malo para mil, sólo uno se “sacrifica” y se enriquece
El arroz que te estás comiendo es regalado por este Poseso en
las cajas CLAP. No es producido en Calabozo, Guanarito o Barinas. Técnicamente
es igual al producido en estos llanos, pero éste tiene el amargo de la
corrupción kichnerista-chavista.
Buen provecho.
Esta historia triste de los eslabones –que son mil– que son los
productores, peritos agropecuarios, cosechadores, pilotos, tractoristas,
camioneros, mecánicos, Ingenieros y comerciantes que forman parte de la cadena
del arroz, es válida para los eslabones de las cadenas de producción de todos
los productos que regala el gobierno en las cajas CLAP, sólo gana un enchufado.
Sólo un
jugador juega, es el lanzador, el receptor, el jardín central y el novio de la
madrina, y el campo corto; el umpire es gordo y con bigotes. Nosotros, como
parte de los mil, jugamos banco por veinte años de Revolución Bolivariana
30-07-19
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