Carlos Zapata 17 de julio de 2019
@Zapatacar
El más reciente informe de la ONU constata un nuevo
retroceso en Venezuela, que arrastra a la región. Confirma que cada año hay
mayor número de hambrientos en Suramérica, en América Latina y en el Caribe. Al
problema se agregan la subnutrición y el sobrepeso.
La proporción de personas que padecen hambre en
Venezuela se multiplicó por cuatro, al pasar de 6,2% en el período de 2012 a
2014, hasta el 21,2% en el período que va de los años 2016 a 2018, afectando a
por lo menos 6,8 millones de personas.
Lo afirma el nuevo informe sobre
el estado mundial de la seguridad alimentaria y la nutrición, presentado por
cinco agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Según
el documento, el porcentaje de hambrientos en la región escaló del 6,2% de la
población en 2015 al 6,5 % en 2017, manteniéndose la cifra el año posterior.
Se trata de al menos 2,5 millones de venezolanos.
“Esta cifra, siendo consistentes con el incremento reportado no debía ser menor
que los 3,7 millones del 2017. La diferencia quizás se explica por los
venezolanos forzados a migrar entre un informe y otro”, estima la experta en
seguridad alimentaria y nutrición Susana Raffalli.
Colapso económico y alimentario
“Junto a Congo, Venezuela es el único país en
calificar con los puntajes más altos de colapso económico y alimentario, y
calificamos entre los de mayor dependencia a importaciones”, agregó
la asesora de Cáritas en programas como el de
desnutrición y recuperación infantil.
“El número de mujeres venezolanas con anemia asciende
a 1.5 millones, y las consecuencias de esto hay que multiplicarlas por el
número de hijos”, dijo tras señalar que “en el índice de desigualdad (GINI),
nos superan pocos países, varios de América del Sur”.
Sostuvo además que la gráfica de la FAO (Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, conocida así por
sus siglas en inglés) “es elocuente en mostrar que el incremento en los
millones de venezolanos en situación de hambre es sostenido, desde el año
2009”.
Concluyó la especialista que la afirmación del
gobierno de Nicolás Maduro con respecto a las sanciones y los bloqueos
económicos como una razón de la crisis pierden fuerza como argumento. Sostener
que desde el 2017 esta es la causa “se queda sin sustento como emblema”. Ha
sido responsable no mencionarlo en el informe, dijo.
822 millones de personas con hambre
La contundente publicación de 239 páginas en el que
figura el término Venezuela 19 veces, estima en casi 822 millones las personas
pasan que en la actualidad padecen hambre tras la crisis económica mundial.
Aunque la peor situación está en África,
el número de personas hambrientas en América Latina y el
Caribe aumentó en 2018 por tercer año consecutivo hasta afectar a un
total de 42,5 millones. La cifra se explica en parte debido a la desaceleración
económica, pero también a la grave situación de Venezuela, de acuerdo con los
registros de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El informe fue divulgado este lunes 15 de julio de
forma simultánea en Nueva York y Santiago, destacando que Suramérica influyó en
el crecimiento global de las tasas de subalimentación, aunque también en este
ítem continúa África a la cabeza.
Desde el año 2014, en América del Sur
el hambre ha ido creciendo. El hemisferio se ve afectado por
la grave crisis que sufre la nación sudamericana, por lo que no sorprende
que “el porcentaje de personas” hambrientas aumentara “del 4,6% en 2013 al
5,5% en 2018”.
Desempleo desploma los ingresos
La situación en América Central y el Caribe es
diferente. En esas regiones el hambre está en retroceso. Sin embargo, con los
porcentajes 6,1% y 18,4%, respectivamente, siguen por arriba de las cifras de
América del Sur (5,5%).
El informe explica que el aumento del hambre refleja
la desaceleración económica en la región, afectada por la caída en los precios
de productos básicos que impulsan el Producto Interior Bruto (PIB) de muchos
países de América Latina. Además, el aumento del desempleo provocó menos
ingreso en los hogares, afectando la lucha contra la pobreza.
La FAO abunda que luego de varios años de caída en los
índices de pobreza, “el número de personas pobres se elevó de 166 millones a
175 millones entre 2013 y 2015, aumentando de 28,1% al 29,2% de la población”.
En la región los índices más elevados de hambre se
sitúan en el Caribe, donde ese problema afectaba el año pasado al
18,4% de la población (7,8 millones), y en Centroamérica, con el 6,1% (11
millones), aunque las dos tasas han disminuido con respecto al año 2010.
Sobrepeso, los niños son los más afectados
No sólo el hambre sino también la obesidad forman
parte del detallado reporte, pues el sobrepeso aumenta en
todas las regiones del mundo, afectando de manera particular a los niños. “Unos
40 millones de niños menores de cinco años tenían exceso de peso” en 2019. Una
paradoja con Venezuela, donde más del 12% de los infantes sufre desnutrición severa.
En Latinoamérica y el Caribe, el indicador aumentó del
21,7 % de la población adulta en 2012 al 24,1 % en 2016, hasta los 104,7
millones, en línea con el ascenso registrado a nivel global.
En 2016, las cifras ascendían a 131 millones de niños
de 5 a 9 años, 207 millones de adolescentes y 2.000 millones de adultos con
sobrepeso, de acuerdo con el informe.
En el mundo hay en total unas 821,6 millones
de personas pasaban todavía hambre en 2018. Por tercer año consecutivo
aumentó la cifra.
De los 77 países que experimentaron mayor desnutrición
entre 2011 y 2017, 65 sufrieron desaceleración o contracción de sus economías
de forma simultánea. 52 dependían altamente del comercio de productos básicos y
el vaivén de sus precios, señala Efe.
La subalimentación también crece
Del total de personas con hambre, 513,9 millones se
localizan en Asia (11,3% de la población), 256 millones en África (19,9%)
y 42,5 millones (6,5%) en América Latina y el Caribe. La situación más
alarmante está en África, donde la subalimentación ha crecido en casi todas sus
regiones, mientras que en países como Siria o Yemen no
para de incrementarse desde 2010.
Durante la inauguración de la 42° sesión del Consejo
de los Gobernadores del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA),
el Papa Francisco dijo en febrero de este año que se
debe “vencer la batalla contra el hambre y la miseria en el mundo”, algo que
dejará de ser un eslogan cuando sea planteado “con seriedad”.
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