Julio César Arreaza 28 de julio de 2019
@JulioCArreaza
El
10 de enero de 2019 marcó el término del mandato de Maduro. Luego del no
reconocimiento nacional y mundial de las fraudulentas elecciones del 20 de
mayo, llegamos a un nuevo período presidencial sin presidente electo. Al no
existir vacío de poder, en conformidad con la Constitución, el presidente de la
AN, de pleno derecho, pasó a ser el presidente interino de Venezuela. Entonces
lo primero de lo primero, según la carta magna, es el cese de usurpación del
narco régimen, violador sistemático de los derechos humanos. Luego viene todo
lo demás que conduzca a unas elecciones libres y limpias.
El
criterio expuesto es compartido por la mayoría del país y otras 54 naciones del
mundo. Y representa nuestra aspiración y objetivo y primer plan país.
Entre
los muchos luchadores por la causa de la democracia en estos 20 años resaltamos
la figura de José Méndez, un digno profesional venezolano de la ingeniería,
PHD, políglota y profundamente religioso y coherente con su fe cristiana. Pasó
a ser un nuevo preso político y relatan que ha sido torturado. Pedimos su
libertad inmediata. Es un hombre de principios y valores, que se ha movido,
viajado y aportado a los expedientes de las futuras causas ante la CPI.
Son
20 años de latrocinios, destrozo de la infraestructura de un país y ruina de la
agricultura, comercio e industria. Y así llegamos a la barrida de las
instituciones para sustituirlas por una corporación criminal que menoscaba la
soberanía de nuestro territorio con la entrada de grupos irregulares mejor
descritos como mafias. Un grupito que manda, dispone, humilla, hace y deshace,
dominando vilmente por la comida y salarios devaluados por trabajos
improductivos.
Todos
los esfuerzos deben dirigirse a ese único objetivo claro y justiciero: cese de
la usurpación. No vale la pena empañar esta lucha legítima en la que muchos
mártires han donado su vida, para llegar a la orilla de una negociación chucuta
en la que se corre el riesgo de que se filtren de nuevo los detritos de la corrupción,
muerte y miseria. La lucha en Venezuela calza los puntos de una gran causa que
concita la admiración y aprobación del mundo.
Quienes
hemos aportado nuestros mejores años en la lucha por el rescate de la
democracia, dejando atrás carreras, confort, empresas y ganancias, sentimos el
compromiso de no cejar en el coraje, coherencia y el dar el todo de sí, para
alcanzar el objetivo de librar a Venezuela del dominio de la corporación
criminal y sus filiales del eje del mal.
Vale
todo construir sobre bases sólidas y morales, la democracia que se instaurará
en Venezuela y atraerá los ojos del mundo, como ejemplo de la dignidad de un
pueblo, consecuente en el esfuerzo de formar una de las democracias modernas
enfocada en el verdadero bienestar y progreso de su pueblo. Invocamos para ello
la ayuda de Dios Todopoderoso.
¡No
más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!
Julio César Arreaza
@JulioCArreaza
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