LUIS UGALDE 26 de julio de 2019
La
negociación de Barbados resultará si hay presión fuerte de las naciones contra
la tiranía y una movilización en todas las instancias sociales, económicas,
políticas, culturales, religiosas…
Impresiona
la coherencia de nuestra Conferencia Episcopal que nos orienta con su valiente
reflexión ética y religiosa en la creciente tragedia nacional. No es fácil que
medio centenar de obispos año tras año se ponga de acuerdo en un documento
claro, preciso y valiente que no se queda en principios cristianos generales.
Este mes de julio acogen el dramático Informe del Alto Comisionado de la ONU
para Derechos Humanos y el clamor del país que exige cambio para evitar que el
barco se hunda. Más allá de los deseos no hay muchas alternativas con reales
posibilidades de salida y de reconstrucción. Creo que es posible la que los
demócratas están defendiendo en las negociaciones de Barbados con facilitación
de Noruega. En ella van confluyendo los países democráticos del mundo: La Unión
Europea, Estados Unidos y el Grupo de Lima, OEA y ONU. Hasta China y Rusia
empiezan a ver que las elecciones presidenciales limpias (con todo lo necesario
para hacerlas) es la única salida. La dictadura se resiste, pero hay que
hacerle sentir que ni tiene razón ni la fuerza suficiente para perpetuar su
tiranía sembradora de miseria y violadora de derechos humanos. Es
imprescindible que dentro del país ese 85% de venezolanos que quiere una
república con vida, dignidad y democracia se concentre en esta sola ruta, sin
necesidad de uniformarnos. Tomo del documento de los obispos esas líneas
maestras que necesitamos en la mesa de Barbados y más allá en cada país
democrático y más acá en cada demócrata venezolano: “La tarea de reconstruir
Venezuela: decisiones urgente”.
“12-
Como afirmamos el pasado mes de enero, ante la realidad de un gobierno
ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo, una vuelta a
la Constitución5. Ese cambio exige la salida de quien ejerce el poder de forma
ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo Presidente de la
República6. Para que sea realmente libre y responda a la voluntad del pueblo
soberano,7dicha elección postula algunas condiciones indispensables tales como:
un nuevo Consejo Nacional Electoral imparcial, la actualización del registro
electoral, el voto de los venezolanos en el exterior y una supervisión de
organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, entre otras;
igualmente el cese de la Asamblea Nacional Constituyente.”
“13-
Ante la ‘emergencia humanitaria’ en la que el sistema económico y político
vigente ha sumido a toda la población, es urgente que se permita la entrada
masiva y distribución de la ayuda de alimentos y medicinas, con participación y
supervisión internacional, y deslastrada de las diatribas partidistas y del
flagelo de la corrupción. La Iglesia Católica, a través de sus instituciones, y
particularmente las Caritas parroquiales, diocesanas y nacional, renueva su
compromiso de participar, junto a otras organizaciones, en la recepción y
distribución de esta ayuda humanitaria.”
“14
Los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, los órganos policiales y
el Ministerio Público, en el cumplimiento de sus deberes constitucionales,
deben obrar conforme a la justicia y la verdad, y no al servicio de una
parcialidad política. Así erradicarán de su seno las prácticas de persecución y
tortura, y resguardarán, defenderán y harán respetar los derechos de todos, por
encima de cualquier interés personal o partidista”.
Esos
son los cambios exigentes y complejos en su concreción, para lo cuales es
fundamental la movilización de todos los sectores nacionales. La Iglesia afirma
su aporte: “Para contribuir a esa renovación nacional, reiteramos nuestro
compromiso como Iglesia de seguir fortaleciendo la fe en Jesucristo que sana y
libera, y llevando esperanza a nuestro pueblo, a través del desarrollo de
programas de formación y organización que permitan la defensa de los derechos
humanos, la recuperación de la institucionalidad democrática y la
reconstrucción del país de una forma pacífica8. Desde nuestras instituciones
educativas, seguiremos brindando una educación de calidad que eleve los valores
espirituales y ciudadanos de nuestro pueblo”.
El
camino está claro. La negociación de Barbados resultará si hay presión fuerte
de las naciones contra la tiranía y una movilización en todas las instancias
sociales, económicas, políticas, culturales, religiosas… nacionales, como nos
repite cada día el presidente encargado Juan Guaidó.
Los
obispos terminan animando y convocando a todos los católicos a sembrar
esperanza y multiplicar el trabajo concreto para la salida y la reconstrucción:
“Agradecemos y felicitamos a los sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos, el
esfuerzo que realizan cada día para mantener viva la esperanza y profundizar la
evangelización del pueblo venezolano y, en particular, por las iniciativas para
la atención de las personas más vulnerables.”
“Queremos
convocarlos, una vez más a no ceder en el buen propósito de orar con humildad y
trabajar con confianza por el bienestar de nuestro pueblo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico