Luis Ochoa
Terán 15 MARZO, 2013
En las dos últimas ruedas de prensa de
Henrique Capriles, hemos visto a un nuevo Capriles,
maduro, reflexivo, directo que ha sabido interiorizar los aciertos
y desaciertos de su campaña electoral frente a Chávez e interpretando
el momento histórico que vivimos. El aceptar sus errores y disculparse de
los factores políticos, dio muestra de su calidad humana y de
la grandeza de su espíritu, de su humildad y de su capacidad de
rectificación, que es lo que los venezolanos necesitamos y no dioses
infalibles. Este gesto sencillo pero grandilocuente, le garantiza en
esta nueva campaña electoral, un sólido y entusiasta respaldo
unitario de la oposición democrática y, sin duda alguna, aún de los
propios abstencionistas crónicos o aquellos electores que por una u otra
razón económica están vinculados al gobierno, cuando interioricen
la nueva realidad que vivimos y diferencien entre el Capriles
incluyente y democrático y su contendor, autocrático, agresivo, cargado de
odios, de resentimientos sociales y tutelado por la Habana,
es entonces, cuando se podrá efectuar el gran cambio electoral para
que suenen las campanas de nuevos tiempos para Venezuela.
El proceso electoral que acaba de
comenzar es muy corto y cantado que su contendor se arropará en el sentimiento
de dolor de los seguidores de Chávez y no en su liderazgo y logros. El
mensaje de Henrique deberá ser sencillo y constituido por tres o cuatro
conceptos fundamentales, dirigidos a Maduro y no a Chávez, en donde
se acentúe el engaño y la mentira como norma política de Maduro. Se deberá
enfatizar en la perdida de la soberanía por la grosera intromisión y el
tutelaje político cubano, en donde incluso, el candidato fue impuesto
por los Castro. El tema social es fundamental y éste debe conllevar una
propuesta sencilla que transforme las dádivas como política clientelar por
el crecimiento y desarrollo de la persona. En fin, la expectativa de
un país democrático, integrado política y socialmente, un país alegre sin
persecuciones donde se nos invite a contribuir con nuestro granito de
arena al desarrollo y el bienestar social de la nación, es
un concepto que hasta el más simple de los ciudadanos percibe y hace
propio.
No es fácil ganarle al atropello y al
abuso de todo el aparato del Estado incluido un Consejo
Nacional Electoral parcializado. Solo el fracaso de este gobierno, el
deterioro institucional, político, de infraestructura, económico y social,
la mengua de la industria petrolera, el endeudamiento más colosal de la
historia de nuestra nación, además, de conducirnos hacia la
quiebra económica y moral del país, en donde hemos
terminado perdiendo hasta la propia soberanía y el
gentilicio venezolano, nos da una base de sustentación de esperanza de
cambio. Capriles representa ese cambio, ese liderazgo renovado, joven,
honesto, franco y frontal, que la gente percibe que le duele el país y,
por lo tanto, logrará sensibilizar el interior del ciudadano,
permitiendo aflorar la responsabilidad que todos tenemos con el
país y su futuro, nuestro futuro y el futuro de nuestros
hijos. Tenemos una gran oportunidad de construir una nueva Venezuela,
es la oportunidad de cerrar filas con Henrique Capriles, que con su
triunfo electoral, sentará las bases de una Venezuela, Soberana,
Democrática, Integrada y de Progreso.
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